Distinga usted cuál es el bebé real y cuáles son los imaginarios.
"Ilustración es la salida del hombre de su culpable minoría de edad."
martes, julio 30, 2013
jueves, julio 25, 2013
JUICIO MORAL (lo fácil)
Mientras filma cada hecho el hombre grita desconsolado ¡qué horror! ¡qué horror! Pero ante tanto horror nunca deja de filmar aquello que luego entregará a un periódico. Y lo hará, tal vez para su presunta mayor gloria, con la grabación de su propia voz compungida.
Lo fácil ahora sería mostrar una especie de hipocresía personal. Pero lo fácil no es lo verdadero.
Mientras escribe, el bloguero se muestra indignado moralmente con el que ha filmado. Va, piensa, a demostrar la hipocresía del hombre del vídeo capaz de, ante tanto horror, seguir filmando sin inmutarse. Y, además, a rellenar otra entrada de blog, que desde el lunes no ha hecho nada porque está liado con otras cosas.
Lo fácil ahora sería mostrar una especie de hipocresía personal. Pero lo fácil no es lo verdadero.
Y eso tampoco hace a ninguno de los dos inocentes.
lunes, julio 22, 2013
sábado, julio 20, 2013
jueves, julio 18, 2013
¿SALIENDO DE LA CRISIS?
Resulta claro el mensaje que se está lanzando: estamos saliendo
de la crisis. Este lema publicitario ya no solo es una locura del gobierno
–aquellos brotes verdes, que hubiera podido cantar Nat King Cole- sino una obra
coral que se entona por un importante sector del periodismo, el análisis
financiero publicado, y publicitario, y el Partido Popular. Lo interesante aquí es analizar no solo si es
verdad o no la salida de la crisis, sino realmente qué se quiere decir con esa
consigna. Es decir, no se trata de decir que esta gente está mintiendo y por
tanto no estamos saliendo de la crisis sino de hacer un análisis sociológico,
al menos para nosotros, más interesante: se trata de mantener que ellos creen
estar diciendo la verdad y analizar, entonces, qué quieren decir cuando dicen
que se está saliendo de la crisis. Se trata, por tanto, de ver qué es para
ellos salir de la crisis y qué visión tienen de una España sin crisis.
Los datos objetivos no suelen tener problemas. La
interpretación de los datos objetivos, sí. Lo más inteligente que ha hecho la
derecha de este país, al servicio de la oligarquía y de un proceso de
precarización social (aquí un
resumen), ha sido sin duda presentar su interpretación de los hechos
objetivos como la interpretación objetiva de los hechos. Es decir, ha logrado
algo fundamental al conseguir identificar su interpretación de los datos con
los datos mismos, presentándolo como la misma cosa. Y así, presentar la llamada
crisis como un problema determinado que, una vez esos hechos específicos se
corrigen, se acaba. Efectivamente, la derecha ha lanzado tres consignas que han
sido seguidas con gran éxito por los medios fieles y que ha calado en la
mayoría de la población.
Primero, ha logrado generar la idea de que la crisis ha sido
motivada porque la gente ha vivido por encima de sus posibilidades. Así, ha
echado la culpa a la gente de haber tenido trabajo -siempre precario pues en un
país con una rigidez laboral extraordinaria, otro mito de la derecha, se ha
echado a la calle a seis millones de personas- y con él comprarse un artículo
de lujo como es una casa en vez de vivir en los pisos que los especuladores
compran para alquilar. Así, la chusma, como pensaría la derecha, pretendía un hogar y al comprarla
tuvo que aceptar las condiciones de la oligarquía política en gobiernos y
ayuntamientos, financiera, con los
créditos abusivos de los bancos, e industrial, con una casta de constructores
financiados por los dos anteriores elementos, impuso en un pasado cercano. Es
decir, en realidad la gente fue estafada. Pero, en la visión de la crisis
impuesta, el único culpable ha sido la gente que ha vivido por encima de sus
posibilidades.
Segundo, y al hilo de lo anterior, la derecha ha generado una
idea determinada de la visión económica. Efectivamente, hay, al menos, dos
datos muy interesantes en la economía española actual: la prima de riesgo y el
paro. La idea publicitaria de la derecha, genial por qué vamos a negarlo, ha
hecho que la discusión económica se haya centrado en la prima de riesgo y no en
el paro. Esto puede resultar baladí –qué bien hablo e incluso escribo- pero es
fundamental en este tema. Efectivamente, lo es porque hay una diferencia, y no
pequeña, entre una cosa y otra. El paro como cifra habla de la mayoría social
y, por tanto, de un interés mayoritario. Ahora bien, la prima de riesgo es algo
que se controla desde un sector social específico que, además, tiene intereses
oligarcas. La prima
de riesgo la decide eso que eufemísticamente se llama el mercado. De esta
forma, la prima de riesgo se puede convertir en arma política. ¿Qué significa
esto? Que el mercado, es decir: la oligarquía económica, puede priorizar, como
de hecho hace, unas opciones sobre otras a la hora de fijar el interés de la
deuda. Es decir, la desconfianza económica es ideológica y así, por ejemplo,
países con menor deuda
pública, como España, pueden sin embargo ser más castigados por los
mercados que otros con mayor endeudamiento. De esta forma, la prima de riesgo se
convierte en arma para eso que hemos llamado aquí como proceso de precarización
pues lo que busca es decidir las estructuras
macroeconómicas de cualquier país. La prima de riesgo es un instrumento
político del mismo modo, por ejemplo, que el Banco Central Europeo no compre
deuda. Así, cuando se
sitúa como prioritario que la deuda baje lo que se hace es desarrollar las
condiciones que la propia oligarquía ha puesto: el proceso de precarización.
En tercer lugar, está el otro, según la derecha, gran
culpable de la crisis económica: el déficit público. Efectivamente, la derecha
ha logrado colar por la rendija de la opinión pública la idea de que todo gasto
del estado es malo, que la gestión privada es necesariamente mejor y que hay,
como consecuencia, que reducir el gasto público –lo que para ella es reducir a
asistencial los derechos sociales-. Así, todo aquello que huela a intervención
estatal será censurado sin distinguir entre derechos sociales, reducidos a la
mínima, inversión pública y gasto censurable –que, por cierto, se mantiene-. De
esta forma el limitado estado del bienestar español se ha perdido y entramos en
el periodo de la caridad pública o privada. Pero algo más. De esta forma
también se introduce la gestión privada de los servicios públicos con lo que lo
que los grandes grupos empresariales de sanidad y educación pueden hacer
negocio fácil. Unos pierden y otros ganan.
En definitiva, la crisis se presentaba bajo estas tres patas
y con dos culpables: la gente y el estado habían derrochado extraordinariamente
y esto había llevado a una desconfianza general de los mercados vista en la
prima de riesgo. Por tanto, cortando la deuda, pública y privada –y la privada
era el crédito para la clase media-, y logrando de nuevo la confianza de los
mercados se conseguiría la ansiada salida de la crisis. Y esta era la trampa. Si se admitía como causa de
la crisis lo anterior, el malgastar de gente y la mala administración pública,
la forma de salir de la crisis era acabar con esto y eso significaba y no
curiosamente, reconvertir el país en otra cosa a lo que era antes de ahora: traicionar
a España.
Así, ya
estamos en disposición de poder explicar qué significa cuando dicen que estamos
saliendo de la crisis. Lo que se quiere decir es que se está cumpliendo estrictamente
el proyecto de precarización que comenzó fundamentalmente con el pacto del euro
y cuya finalidad última es convertir al sur y al este de Europa en un émulo de
China.
Efectivamente,
tal y como ya llevamos anunciando aquí hace tiempo -nos gusta echarnos flores-
salir de la crisis significa para la derecha conducir al país a la condición
necesaria que haga posible ese objetivo de la precarización. Y para ello, no
basta ya con una precarización socioeconómica exclusivamente sino que hace
falta una devaluación democrática donde la soberanía nacional, o sea los
votantes y ciudadanos, ceden su poder político ante Bruselas, lugar para la
propia oligarquía. Así, salir de la crisis para la derecha es haber sentado las
bases para precarizar España.
Se está
a punto de salir de la crisis porque España está cerca, ayer con el PP
defendiendo la LOMCE se dio otro paso, de dejar de ser un estado social y
democrático de derecho. La derecha, sin duda, va ganando la batalla. La
precarización es una realidad objetiva que comienza ya no solo a ser un
proyecto sino algo más, un hecho político y social con entidad propia. Cuando
el representante del gobierno señale que la crisis ha finalizado querrá decir
que nosotros, usted y yo, habremos perdido.
martes, julio 16, 2013
RESUMIENDO LA FIESTA: SAN FERMÍN
60 animales muertos.
50 animales heridos.
Innumerables animales borrachos.
Cultura popular.
50 animales heridos.
Innumerables animales borrachos.
Cultura popular.
viernes, julio 12, 2013
VIDA INTERIOR/122: EN TWITTERlandia
¿Quién de nosotros no tiene una vida interior muy grande? ¿Y qué poeta no nos la cuenta una y otra vez? En esta sección mi alma se desnudará. Incluso he comprado una nueva para tenerla más grande. Porque, en el fondo, yo también quiero ser feliz.
Soy, sin duda, un tío comprometido con la sociedad y la
justicia. A veces me miró en el espejo y digo: jo, que compromiso.
Incluso a veces añado con la sociedad y la justicia, aunque eso ya depende de la prisa que
tenga. Por eso busco todos aquellos medios posibles para hacer llegar mi
mensaje al resto de la humanidad, pero siempre desde el compromiso con la sociedad y la justicia –es que ahora
no tengo prisa-.
Desde pequeñito fui un rebelde, un luchador por la sociedad
y la justicia. Por ejemplo, mi hermano mayor tenía algo y no era justo que yo
no lo tuviera. Así que lloraba y lloraba hasta que lo conseguía: en realidad lo
que quería hacer era un mundo más justo. Y mi madre, y especialmente mi abuela, decían con emoción: qué
compromiso con la sociedad y la justicia.
Empecé a lanzar mi mensaje de compromiso con la sociedad y
la justicia a los vientos del pueblo allá por los años 90 en la página El Piquete Digital, hoy
desaparecida, compartiendo el trabajo con D. Ricardo Royo Villanova. Pronto
logramos una media de 100 lectores. Luego continué mi carrera en solitario con
este blog, y con el
pronto logré una media de 100 lectores. Mi mensaje, de compromiso con la
sociedad y la justicia, iba calando.
Pero mi
llamada solidaria no iba a ocupar solo esto sino que a medida que surgían las
redes sociales mi labor y compromiso con la sociedad y la justicia se dirigió
hacia ellas. Así, lo siguiente fue hacerme un perfil de facebook donde pronto
conseguí 100 amigos en mi labor rebelde. Y ahora, por fin y tras incluso suplantaciones
de mi personalidad que no pudieron imitar mi autenticidad y compromiso con la sociedad
y la justicia, afortunadamente ha llegado el momento de twitter. Sí, estoy en
twitter con mi @ep_mesa.
Y todo
por una causa justa.
Todo
por mi afán de compromiso con la sociedad y la justicia.
Todo
por un mi afán de compromiso con la sociedad.
Todo
por mi afán de compromiso.
Todo
por mi afán.
Todo
por mí –no, no tengo prisa, ¿por qué?-.jueves, julio 11, 2013
martes, julio 09, 2013
domingo, julio 07, 2013
sábado, julio 06, 2013
VIDA INTERIOR/121: EXCELENTÍSIMOS (o lucha de excelencias)
¿Quién de nosotros no tiene una vida interior muy grande? ¿Y qué poeta no nos la cuenta una y otra vez? En esta sección mi alma se desnudará. Incluso he comprado una nueva para tenerla más grande. Porque, en el fondo, yo también quiero ser feliz.
reza el lema del instituto de excelencia de la comunidad de
Madrid.
Yo al principio pensaba que es que todos eran familiares, yo qué sé,
o
que era el patrocinio de un nuevo yogourtht –no sé si me he dejado alguna t o h
de esas- de esos con bífidus activos y leocumitones bacterianos
o que era algo sobre los números primos -un chiste de excelencia o algo así-.
Pero no, al
final me he enterado que significa
LO MEJOR ANTE TODO.
Y yo he pensado: Jooooder, qué nivelón.
Y yo he pensado: pobres alumnos lo que aguantarán…
Bueno, pues estaba yo viendo la página web de la excelencia
ni unos peces persiguiendo el ratón por aquí,
ni un juego por allá,
ni un solo vídeo guarro,
en fin, algo sosa
y su bachillerato excelente cuando me he fijado en las notas
medias de selectividad.
No están mal, no están mal.
Pero resulta que en Filosofía mis alumnos han sacado mejor
nota.
Por supuesto, la educación no es lugar para competir
OE, OE, OE, OE, OEEEEEE, OOOOEEEEEEEEEEEE.
Y no seré yo quien niegue valor al bachillerato de excelencia
HEMOS GANAOO HEMOS GANAOO
Ni que haya una educación excelente para los mejores
GUIIIIII AAAARRRRRR DE CHAMPIOOOOOONNNSSSS MAI FREND (así, en plan bilingüe)
Pero vamos, que mis alumnos sacan mejor nota en
selectividad.
Y por tanto son, por lógica aplicada, excelentísimos.miércoles, julio 03, 2013
UN PROGRAMA DE IZQUIERDAS/6: EN DEFENSA DE ESPAÑA
Según la Constitución, España es un estado social y democrático de
derecho. Esta definición es básica para todo el desarrollo de este artículo.
Por eso, parece conveniente analizarlo.
La Constitución es hija del modelo de transición
español. Durante el periodo de su producción, tras la dictadura militar de Franco,
se buscaba la democracia. Pero no solo la democracia como abstracción sino un
tipo determinado de tal democracia. Efectivamente, y para entendernos, se podía
hablar en aquella época de una democracia tipo estadounidense o bien de una
democracia tipo europeo. La diferencia fundamental entre una u otra no era
tanto en el terreno político, las dos respondían básicamente a las mismas
características, como en el socioeconómico. Políticamente ambos modelos se basaban
en elecciones libres y libertad política, pero sin embargo socialmente había
una diferencia fundamental. En el modelo europeo existía una intervención
directa del estado en las políticas sociales, creando así lo que se ha dado en
llamar estado del bienestar. De esta forma, en las democracias europeas
continentales se unificaban los derechos políticos con los sociales, formando
ambos una suerte de derechos democráticos únicos.
Ese modelo de democracia política y social fue el
escogido por la transición española. Es decir, en la Constitución, fruto de la
transición española, se decidió no hacer solo un perfil de democracia política sino
que existiera una vinculación entre los derechos políticos y los derechos
sociales. Además esto se produjo en una coyuntura económicamente peor que la
actual y cuando comenzaba a emerger la luego llamada revolución neoconservadora
con Friedman dando consejos en Chile, a los neoliberales siempre les gustó la
democracia, y Thatcher preparándose para conquistar el poder en el Reino Unido.
La democracia social, por tanto, fue una opción determinada y la base del
consenso constitucional.
Con este pacto constitucional, se instauraba, mal
que bien pues todo hay que decirlo, un estado del bienestar que si bien era rácano
comparado con el europeo resultaba algo sin precedentes en la historia de
España. Y, también por primera vez en su historia, España se convertía en una
democracia realmente homologable con el resto de los países europeos. Este era
el triunfo, sin duda alguna, de la Transición española. Así, ese artículo
primero de la Constitución española ampliaba el modelo de democracia y lo hacía
en un sentido determinado. Y ese era, según la propia Constitución, el
fundamento de España. No era la bandera ni la monarquía ni la república de
trabajadores ni el destino en lo universal sino algo, tal vez, más simple: un estado social y democrático de
derecho.
Y ahora viene la traición.
Ya hemos hablado aquí varias veces del proceso de
precarización europeo. Consiste, aquí
un resumen, en una depauperación de las condiciones sociales, económicas y
políticas de ciertas regiones europeas, fundamentalmente el sur y el este, una
vez que el consumo de sus habitantes, base para el actual capitalismo, puede ser sustituido por una baja proporción
de la población de los países emergentes. Precisamente, este proceso es la clave
para entender lo que ocurre ahora en España y en el resto, no lo olvidemos, de
las regiones europeas citadas. Efectivamente, el nuevo proceso de depauperación
implica una pérdida de derechos sociales y de bienestar económico de toda esa
población europea pues su consumo, a diferencia de lo que ocurría en las economías nacionales que
dieron pie al estado bienestar, ya no es necesario para el sostenimiento de la
estructura económica. Y esto añade algo: no creemos que el estado del bienestar
fuera un feroz triunfo revolucionario sino un aprovechamiento de política
social sobre la base de ese mismo capitalismo.
De esta forma, el proyecto nacional de España,
reflejado en su Constitución aún retóricamente, ha sido suplantado por un
proyecto alejado de la soberanía nacional, tal y como demuestra por ejemplo la
propia reforma constitucional sobre el déficit urdida a escondidas entre
Zapatero -¿recuerdan que era muy de izquierdas y yo un malvado fascista cuando
le criticaba?- y el PP –aquí no hubo dudas-. Así, lo que ha ocurrido ha sido, ni más ni
menos, una traición a España. Por supuesto nadie tiene esto que ver con un repentino
fervor patriótico o una queja nacionalista sino algo mucho más importante: frente
a los paletos nos da igual perder la boina, o la barretina, pero no nos da
igual perder la democracia. Es decir, no nos da lo mismo dejar de ser un estado
social y democrático de derecho porque ese era el pacto de la nueva sociedad. Y
ese pacto era la soberanía nacional de la España democrática: la mejor forma de
vida que este país ha tenido nunca.
Se da así, además, un hecho curioso: la derecha que
siempre se ha presentado como amante de España ha traicionado a su país
convirtiéndolo en una colonia de Alemania
-tal vez, el viejo sueño de Serrano Suñer cumplido-. Y también una
paradoja más. De pronto el sector político progresista se
convierte en el defensor de la soberanía nacional. Y es aquí donde no hay que
equivocarse. La soberanía nacional no es el objetivo de la lucha, sino la
democracia política y social. El proyecto de precarización en que el gobierno
de la derecha nos introduce con gusto, y ya inició Zapatero, es una traición a
España -¿por qué tener tanto miedo a esta palabra?- porque busca acabar con la
democracia. Por eso, quienes estamos en contra defendemos España no como
destino en lo universal o como lugar de los pueblos, y los paletos, sino como
democracia. Y por eso, defendemos que la auténtica solución es que Europa
sea un solo país. Pero, mientras eso llega, que debe ser el objetivo a
corto plazo de la izquierda, tenemos que defender España como democracia.
Hay gente muy profunda que señala que todo es lo
mismo. Que da lo mismo defender la democracia social de nuestra constitución que
la precarización porque todo es igual. La culpa, dicen, es del sistema. Son, ya
digo, sutiles y radicales. Seguramente fueron a la universidad con una beca o
cuando las tasas eran más baratas. Nosotros, que fuimos a la universidad por
una beca, no somos tan sutiles y distinguimos entre lo necesario del capitalismo,
la explotación de la vida humana, y lo innecesario del capitalismo, el proyecto
de precarización. Y curiosamente sabemos que la única condición de posibilidad
de superar ese mismo capitalismo ya no es la precariedad que levantará al
pueblo –nota: ¿cuándo la pobreza ha levantado a alguien?- sino que haya unas
condiciones sociales determinadas que generen la posibilidad del pensamiento.
Pero además, no tenemos esa visión escatológica que nos permite ir dejando
cadáveres en la cuneta mientras miramos extasiados esa tierra de libertad que
nos promete y que realmente no es sino el reflejo de nuestro ombligo. Cada
alumno que no puede ir a la universidad porque le han subido las tasas,
cada parado que debe coger un trabajo
precario y mal pagado, cada enfermo al que se le reduce su asistencia o cada
calle que no se limpia -así, tan vulgares- es para nosotros también un problema
filosófico. Es ingenuo pensar que España era un paraíso antes de este proyecto
para convertirlo en una nueva China, pero desde luego era algo mejor que ahora.
Y a veces defender algo es más que soñar con todo.
martes, julio 02, 2013
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