Enseñar es un largo proceso donde importan más las actitudes que los contenidos (…) El impulso a la digitalización facilitará el cambio de paradigma educativo, con metodologías más activas y competenciales, y transformando los espacios en hiperaulas interactivas, abiertas y diáfanas.
Isabel Celaá, twitter 1-02-2019 y 23-10-2020.
Un principio de Pedagogía que debería considerarse es el de que no se debe educar a partir del estado presente de la especie humana, sino a partir de la idea de humanidad y su destino (…) con el fin de que un estado más perfecto pueda surgir en el futuro.
Kant, Pedagogía
Artículos que forman esta serie:
LA NUEVA PEDAGOGÍA Y LA CONSTRUCCIÓN DEL NUEVO SUJETO DEL CAPITALISMO/1
LA NUEVA PEDAGOGÍA Y LA CONSTRUCCIÓN DEL NUEVO SUJETO DEL CAPITALISMO/y2
Si a usted le hubieran dicho hace 30 años que poseía una educación enciclopédica sin duda alguna hubiera sonreído lleno de orgullo. Efectivamente, eso significaría que poseía vastos conocimientos y era una persona culta: lo mejor que se podía ser. Y precisamente se consideraba que ese era uno de los fines fundamentales de toda educación. Sin embargo, hoy en día si le hablan de una educación enciclopédica se esconde una crítica, pues se presenta su formación como algo antiguo y trasnochado. ¿Qué ha cambiado entonces? ¿Cómo debe ser la educación?
Lo que pretende este artículo es precisamente explicar por qué en la actualidad las instituciones de poder como los gobiernos, con la ministra Celaá al frente, los pedagogos afines y las grandes corporaciones privadas de educación, y no por casualidad actuando conjuntamente, defienden que la educación no debe ser enciclopédica y basada en la racionalidad, es decir de raíz ilustrada, sino que debe ser competencial, es decir basada en la capacidad de aprender a aprender y en la inteligencia emocional.
Así la tesis principal de este artículo será que la nueva idea de educación, que subyace a todas estas noñerías relacionadas con el auge de las competencias en detrimento de los contenidos, no es sino un proceso de dominación, control y creación del nuevo sujeto del capitalismo. Por ello, lo que vamos a hacer, es en primer lugar, explicar muy brevemente algo que ya hemos tratado en artículos anteriores publicados también aquí, qué es ese Nuevo Capitalismo que se ha impuesto, para luego intentar a su vez explicar cómo esta nueva educación pretende ser una forma ideológica de control social para crear sujetos sumisos y productivos para esta nueva realidad.
El Nuevo Capitalismo es resultado de un proceso de globalización que no atañe solamente al mercado internacional, sino que tiene como fundamento la conversión de cada individuo en mercancía capitalista. Su clave es la conversión de la vida humana en mercancía y esto significa que todos los momentos de esta vida son productivos para el propio capitalismo, ya sea a través de lo laboral, tal y como había sido en todos los sistemas económicos anteriores, o ya en la novedad de la producción de beneficio capitalista en el consumo. Así, el sujeto del Nuevo Capitalismo vive una vida absoluta de explotación en cada instante, pues es explotado tanto en su trabajo como en el resto de su horario diario a través del consumo. La vida humana queda así reducida a producción capitalista en su totalidad.
Y es en este marco de realidad, casi podríamos decir de ontología, donde hay que entender toda esta nueva pedagogía que insiste en la eliminación de los contenidos y pretende la adquisición de las competencias. Efectivamente, esta nueva pedagogía lo que busca es la construcción de un nuevo sujeto. Y para entender esto hay que diferenciar el ideal de sujeto que tenía la Modernidad con el ideal de sujeto que necesariamente debe tener este Nuevo Capitalismo.
En la Modernidad, se proclamó un sujeto fuerte que se enfrentaba al mundo intentando su conquista. Se trataba, por tanto, de un sujeto que no buscaba adaptarse a la realidad sino transformarla permanentemente. Era un sujeto esencialmente transformador y de ahí viene paradójicamente, también pero no solo, la creación del Capitalismo. Así el ejemplo de este sujeto, como muy bien descubrió Marx, era Robinson Crusoe, quien en la isla desierta construía un mundo absolutamente nuevo.
Con el definitivo triunfo del Capitalismo, sin embargo, este sujeto fuerte ha acabado resultando peligroso, pues del mismo modo que había conformado el Capitalismo podría construir su alternativa. Por ello, el sujeto del Nuevo Capitalismo, y de la Posmodernidad, es un sujeto que ya no busca transformar el mundo, pues carece además de una idea de Verdad, sino sólo adaptarse fluyendo en él. Se trata de un sujeto adaptativo a lo real y no transformador. Pues efectivamente, el nuevo sujeto ya no encuentra su sentido en sí mismo, sino que necesita su adecuación a lo externo para seguir sintiéndose realizado. Y esto, en lenguaje normal, quiere decir que el nuevo sujeto del capitalismo tiene que encontrar la realización de su vida en el consumo diario de mercancías para desarrollar su propia personalidad haciendo así, al tiempo, que se incremente el beneficio capitalista. Y así, para que el sistema funcione hay que hacer individuos que busquen adaptarse al mundo y que consuman en busca de una identidad que nunca alcanzarán. Y es esta la clave para entender las nuevas pedagogías y cómo buscan exclusivamente la dominación con la exaltación y desarrollo de esa misma adaptación. Los individuos tienen ahora que aprender a aprender a adaptarse al Nuevo Capitalismo.
De esta forma, el Nuevo Capitalismo requiere un nuevo sujeto dominado. Y ahí nace la nueva pedagogía.
Analicemos, por tanto, ahora los elementos característicos que desde esta innovación educativa permiten la creación de este nuevo sujeto para el Nuevo Capitalismo. Pero, antes hagamos una importantísima aclaración. Aquí no criticamos al profesor particular que decide en sus clases, y en aras de hacerlo mejor, tomar una serie de decisiones metodológicas. Consideramos de hecho que puede darse clase perfectamente trabajando desde distintas perspectivas y no hay necesariamente a priori una forma de dar la clase mejor que otra. Lo que juzgamos aquí es la innovación como modelo de imposición social y político, cuya última finalidad no es más que la creación de ese nuevo sujeto del capitalismo.
Y como esto ya se ha alargado y ustedes (o usted, o tú mamá que eres la única que sigue ahí) ya estarán cansados, seguimos en breve.