domingo, enero 30, 2011

LOS TIEMPOS VERBALES

Estaba yo peleándome con la diferencia entre el presente continuo y el empleo del to be+going to+infinitivo en inglés y pensaba: qué raritos son los ingleses. Pero, de vez en cuando es bueno que a uno le saquen del egocentrismo de creer que su idioma es el normal y el del resto extraño.

Uno imagina que si alguien estudia español –ya sé que usted, amigo progresista, le llama castellano- no entenderá bien la diferencia entre los distintos tiempos verbales y pensará: qué raritos. Pues ahora tiene el mejor ejemplo. Los muchachitos de Batasuna, que igual incluso tendrían -¿ven la utilización verbal?- que ponerse a trabajar si su partido acabara sin ser legalizado, han decidido que rechazarían un atentado de ETA.
No lo rechazaron,
no lo rechazan
o no lo rechazarán
pero sí lo rechazarían.

Pue eso. Después de que Zapatero consiguiera, ¡ay el subjuntivo!, un gran pacto social con las pensiones según la prensa muy progre –El País y Público- imaginen ahora que lograra que ETA abandonara el asesinato -¿no esperarían que pusiera la lucha armada?-. Eso ya sería super guay, ¿a que sí? ¿Se imaginan el titular de la prensa progresista de verdad?

A veces es todo cuestión de verbo. A veces es todo cuestión de manipulación.


jueves, enero 27, 2011

SINDICATOS BASURA (a media pensión)

La ira es mala consejera. Además, la ira en política tiene ese aire de repugnante exhibición de superioridad moral del que la padece; ese triste: yo estoy por encima de ellos. Esto no es eso. El título de este breve escrito no es producto de la ira ni es un insulto: es una descripción. Y además, hecha sobre la base de los datos.

Veamos. Según las fuentes periodísticas, UGT y CCOO negociaban con el gobierno –nota: otro tema es si el gobierno debe negociar esto con sindicatos o no- el tema de la reforma de las pensiones. Una negociación implica, está claro, que ambas partes pierden algo al ceder. Pero, al menos, ambas partes deberían ganar algo también.
Recapitulemos el acuerdo.
Usted antes se podía jubilar a los 65, ahora a los 67.
Usted antes necesitaba haber cotizado 35 años para lograr la pensión máxima, ahora deberá cotizar 37.
Usted antes se podía jubilar anticipadamente a partir de los 61, ahora a partir de los 63.
A usted antes le hacían el cálculo de su pensión sobre los últimos 15 años, ahora se lo harán sobre los últimos 20 o, seguramente, 25.
Por cierto, con todo esto además su pensión bajará.

En un acuerdo entre dos, decíamos antes, algo se gana y algo se pierde. Queda por saber qué han ganado los sindicatos.
Usted, sin embargo, ya sabe que -y qué- ha perdido.

miércoles, enero 26, 2011

¡HASTA EL INFINITO...Y MÁS ALLÁ!

Yo sé que esto casi no interesa ante la vorágine de acontecimientos que nos asolan (por ejemplo, mañana mismo serán portadas de los periódicos de información general y abrirán los telediarios los partidos de la apasionante semifinal de la apasionante copa del rey) pero vamos a decirlo.

La sonda Voyager 1 abandona nuestro sistema planetario. Creo que, a pesar de las noticias publicadas, no es la primera vez que un objeto humano va más allá de nuestro sistema planetario –tal vez, es que no estoy seguro, las Pioneer ya lo hicieron- pero la Voyager 1 ahí va: más allá del viento solar.
Y, tal vez también después, como diría Buzz Lightyear: “Hasta el infinito… y más allá.”

Por cierto, golazo de Benzema. Mañana lo vuelvo a ver por la tele.

domingo, enero 23, 2011

RAPIÑA EMPRESARIAL (de la pérdida de derechos sociales)

1.- Hay una diferencia entre lo necesario en un sistema económico y lo contigente, aquello que puede darse o no. Ya hemos señalado en este blog (1 y 2 ) que el capitalismo ya no funciona de acuerdo a la explotación de clase. Sin embargo, también señalábamos en ese artículo que esto no impedía que siguiera habiendo intereses de clase y que la clase dirigente, en cuanto a que poseía más poder, pretendía mantener sus privilegios sobre la llamada clase popular. Y esa pretensión publicitada política, social y mediáticamente como una necesidad, falsa, del sistema tiene como consecuencia la pérdida de derechos para la mayoría de la población en el terreno económico y social.

2.- Recientemente, se están dando una serie de reformas en toda Europa que tienden a eliminar derechos a los trabajadores. Estas contrarreformas se dan ya en un sentido amplio, en cuanto a reformas generales, ya en un sentido más concreto, en los distintos convenios y negociaciones sectoriales. Esto, a su vez, se está presentando por la prensa de derechas de acuerdo a la falacia naturalista más grosera: lo que sólo es el interés de la clase dominante en mantener su privilegio –o sea, el coche de lujo y el chalet- es lo que debe ser por la realidad pues no puede ser de otra forma y quienes no se lo quieren permitir –los malvados empleados para pagar su hipoteca- es que no se modernizan. La necesidad económica exige, pues y en su discurso, que con nuestra depauperación paguemos sus lujos.

3.- No se modernizan. Es curioso el empleo de este término: una regresión social e histórica, en cuanto a que expulsará a un importante colectivo a una mayor depauperación, se presenta como modernización. Es decir, la vuelta a condiciones laborales anteriores se sitúa ideológicamente como modernización de las obsoletas, sin embargo más cercanas en el tiempo, realidades actuales –que por cierto también permiten a la oligarquía tener coches de lujo y chalet-. La oligarquía detiene, como dicen que hacen los agujeros negros, el tiempo. Ellos se sitúan a sí mismos –y tal vez el número de sus coches- como el criterio del progreso.

4.- Parentesis. ¿Oligarquía? Uy, que antiguo. ¿Coches de lujo? Uy, que antiguo. Pues tampoco. Oligarquía es un grupo numéricamente pequeño pero con gran poder. Forma parte de la estratificación social que se corresponde, a su vez, con la distribución desigual del poder y la riqueza. La oligarquía posee así pocos integrantes pero mucho poder. Y su finalidad social última es la pervivencia como tal oligarquía.

5.- Y la idea clave de todo este entramado ideológico sobre la reducción de derechos y que se presenta así como una necesidad del sistema económico para poder sobrevivir no esconde más, por tanto, que el interés de esa oligarquía en mejorar sus ya magníficas condiciones de vida. Y presentarlo como necesidad matemática es la gran mentira de todo el proceso. Y una mentira curiosa porque por una vez, aunque no gratis pero eso es otra historia, el desarrollo del capitalismo va en contra del interés de la oligarquía europea que pretende sobrevivir, como ya lo intentaron otras, contra el propio sistema.

6.- ¿Qué queremos decir? Lo que se le está pidiendo a los trabajadores en particular y a los ciudadanos en general, excluyendo la oligarquía y la clase emergente que pretende serlo, es un sacrificio en dos sentidos. Por un lado, en el sentido social en cuanto a que se les pide vivir peor que antes. Por otro, en el sentido político en cuanto se les pide tener menos poder de decisión en las cuestiones fundamentales para provecho exclusivo de esa misma clase social dirigente. Y no es algo estructural al sistema capitalista, que va por otro lado, sino solo un interés de esa misma oligarquía.

7.- Así, lo que en definitiva se está jugando aquí es la implantación de una sociedad regresiva en cuanto a ser una que vivirá peor que la anterior, con menor protección social y menor renta. Pero se nos da una excusa voficerada por los expertos: es para preservar el estado actual de cosas que, curiosamente, se destruirá de seguir con las reformas.

8.- Desmontemos la excusa en un triple frente: económico, político y social.

9.- Económicamente se nos dice, e incluso se apela a las matemáticas, existe una necesidad de renuncia a los derechos y a la depauperación social y económica de los trabajadores: el sistema no permite más. El hecho matemático, sin embargo, es, como las propias matemáticas por otra parte, inconsistente. Y lo es en un sentido triple.
En cuanto al pasado porque la causa de la crisis no es el factor trabajo y producción directa, sino el factor financiero y además de cierto tipo. No han sido ni los sueldos ni las condiciones de trabajo lo que ha producido la crisis sino que su origen está en una determinada práctica bancaria – y tampoco en la especulación porque toda actividad financiera es especulación-. Así, la crisis no guarda relación con salarios ni trabajo.
En cuanto al prersente porque en España el factor trabajo ya está depauperado. Efectivamente, en España un 63% de los trabajadores cobran menos de 1.100 € al mes, el sueldo medio es un 20% menor a la media de la UE, la temporaliad es del 25% y el paro es del 20%. Es decir: la culpa de la crisis la tienen sin dudas las extraordinarias condiciones laborales de los trabajadores españoles. Lo único que queda, vistos los datos presentados y sin ser demagógicos, es permitir el trabajo infantil.
Pero lo más interesante es en cuanto al futuro. Aquí es donde se ve el cariz ideológico, y no técnico, de la propuesta presuntamente matemática. En una economía moderna capitalista, y por eso el análisis de Marx del salario hay que llevarlo más allá, el sueldo no paga la productiva directa sino la productividad total. Es decir, el sistema se sustenta no en cuanto a producción directa de mercancías sino también en cuanto a su consumo. Por ello, el sueldo, para hacer un país competitivo, no se entrega en cuanto a lo producido durante el mes en el trabajo, aunque este sea una variable en la cuenta, sino también por lo que se consumirá durante ese mes y que activará la economía. El sueldo es una mercancía más y en ella se sitúa no solo el aspecto productivamente directo, el trabajo, sino también la producción indirecta, el consumo. Es este equilibrio el que mantiene el orden capitalista y permite el beneficio. Henry Ford, que es el padre del capitalismo moderno, subió el sueldo a sus obreros y estos se compraron un Ford T, autoalimentando en el consumo la propia producción: fue el primero que comprendió la nueva realidad mercantil del salario. Así, condiciones de depauperación excesivas, y más en España donde el estado asistencial es inexistente en comparación con Europa, paralizan el consumo y mantienen la crisis porque la actividad económica no se reactiva al no poderse consumir. Por ello, las condiciones de depauperación solo pueden interesar a las oligarquías ya que mantiene su papel social como tal oligarquía, pero no a asalariados, autónomos y PYMES –que por cierto suponen dos tercios del empleo en la UE y el 89% en España- que viven fundamentalmente del consumo interno. Por ello, no interesan a la economía del país como tal. Y por ello, otra vez, la condición que exige esta depauperación no defiende un interés nacional sino de clase oligarca. (¿Y China? De China prometo escribir algo enseguida pero sus peculiares condiones no la hacen comparable. Aunque, sea el sueño de mucho empresario español: si hasta es una dictadura.)

10.- Políticamente, la excusa viene dada en cuanto a la idea de interés general para España y la pervivencia de una economía sostenible. Si analizamos lo expuesto más arriba veremos que las condiciones propuestas de depauperación no benefician en nada ni a los trabajadores ni a las PYMES: el principal tejido productivo de este país. Entonces, ¿por qué se proponen? Se proponen porque la oligarquía económica y social sí saldría ganando pues sus beneficos directos, y solo los suyos, crecerían al estar menos involucrados con el concreto estado económico del país. Es decir, encierra realmente un interés de clase frente a un interés general.

11.- Y socialmente lo que se busca es la destrucción del, escaso, tejido social que hay en España y que lo representa básicamente el convenio colectivo. La oligarquía económica reconoce que el carácter universal de algo, incluidos los derechos, impide su mayor expansión en riqueza pues permite que la ley sea abstracta y por tanto ajena, al menos formalmente, al chantaje social directo. Por eso, el convenio colectivo, un reducto de esa ley universal y abstracta, debe ser abolido y es una condición expresada: impide una maximalización de la explotación individual –traducción: comprar más coches de lujo-. Así, el sueño liberal de la sociedad individualista es en realidad, conformado por esa oligarquía, el de la lucha desigual entre la corporación oligarca y el individuo. La atomización social, es decir y de nuevo la regresión social, es el sueño de la oligarquía no por la libertad, como creen en su ingenuidad los liberales, sino porque les permite mejor el dominio.

y 12.-La oligarquía quiere, en definitiva, eliminar el estado democrático europeo tal y como se le conoce. Yo lo sé y usted lo sabe: ese estado no es perfecto. Pero si se le compara con el sueño oligarca, que no es EEUU sino China directamente, la valoración tiende a subir. El defenderlo no es, por supuesto, defender la revolución -y ya sé que hay gente que siempre que vuelve de las vacaciones de verano se propone ser antisistema-. Pero la civilización empieza por la mera oportunidad de tan solo imaginar un mundo mejor. Defender lo que ahora hay, con todas sus limitaciones, es darle esa oportunidad a las generaciones futuras.

martes, enero 18, 2011

VIDA INTERIOR/72: MI PERFIL DE FACEBOOK (o, esta es mi vida)

¿Quién de nosotros no tiene una vida interior muy grande? ¿Y qué poeta no nos la cuenta una y otra vez? En esta sección mi alma se desnudará. Incluso he comprado una nueva para tenerla más grande. Porque, en el fondo, yo también quiero ser feliz.

Facebook me ha cambiado obligatoriamente el perfil. Me dice que ahora tienes más formas de contar tu historia. Con la anterior ya me sobraban opciones.

viernes, enero 14, 2011

FIAT tenebras (o algo así)

A las nuevas condiciones que la FIAT quiere imponer a sus trabajadores -una perla: los empleados (…) aceptan limitar las bajas por enfermedad a los casos graves (hemodiálisis, hepatitis, problemas circulatorios...) que requieran ingreso hospitalario en Italia- se les ha olvidado añadir la incorporación del trabajo infantil.
Seguro que va en el siguiente referendo.

miércoles, enero 12, 2011

EL ISBN PRIVATIZADO

El ISBN es un número que todo libro que desee ser comercializado, lo que es prácticamente igual que conocido, debe llevar. Es algo así como la matrícula de los coches.
Hasta la fecha, yo acudía mucho a él. Como el ISBN era obligatorio para cualquier libro y marcaba en su información los datos de la edición y el precio, uno podía buscar así una edición barata que era la misma que otra mucho más cara (yo he llegado a ahorrarme hasta un 50%).
Es más. Cuando yo mandaba un leer un libro en mi labor docente –nota: qué expresión más cursi; mejo digo, en clase- y los alumnos me preguntaban la editorial, yo siempre decía que pusieran en Google –sí, lo reconozco, decía Google e iré al infierno del monopolio- ISBN y buscaran allí cuál era la edición que les interesaba. Y, lo confieso también, añadía: la más barata, pero ojo que sea fiable –y entonces les señalaba que si tenían dudas me lo dijeran-.

Pero es que cuando se ponía ISBN en Google salía la Agencia (estatal) de ISBN. Sin problemas.

Los gremios son una cosa de la Edad Media. Consistían en grupos cerrados de profesionales que guardaban sus conocimientos para hacerlos inaccesibles a la mayoría de la población y así tener a un público cautivo que debía recurrir a sus servicios. La clave de los gremios era su exclusividad.

En España, el ISBN se ha privatizado –a escondidas o quizás a nadie le ha importado- y ha recaído en la Federación de Gremios de Editores de España. Ya hasta se federan, lo cual, si duda, debe ser un progreso con respecto a la Edad Media: al fin comprendo la Alianza de Civilizaciones. Como primera medida es que si ustedes teclean en Google ISBN ya no sale como primera opción la Agencia de Datos. La segunda, es que a partir de ahora se cobrará por conseguir el ISBN hasta ahora gratuito.
Es, sin duda, otro paso adelante para la (INDUSTRIA DE LA) cultura.

domingo, enero 09, 2011

LA FAMILIA NATURAL (como el yogur)

¿Es la familia cristiana una institución natural? Según la iglesia católica, sí. Pero además, sería el modelo de familia que ellos propugnan el natural siendo todos los demás, el matrimonio homosexual por ejemplo, perversiones y por tanto malos y pecaminosos –nota: yo no hablo así, así habla la iglesia-. Precisamente explicar, primero, a qué se refiere ese orden natural que fundamenta lo bueno y lo malo según la iglesia y, luego, hacer una crítica del mismo es lo que pretende este artículo. Y lo pretende porque la crítica radical es la que se hace, o al menos se pretende, desde la raíz.

¿De qué habla la iglesia cuando se le llena la boca de la palabra natural? Seguramente muchos de sus altos ejecutivos, allí reciben el nombre de obispos y cardenales, o sus publicistas no lo sepan. En realidad, no se refieren a la naturaleza como mero hecho biológico sino a una idea distinta que es la existencia de un orden natural definido, una idea de origen aristotélico y con un trasfondo metafísico –por otro lado esto último como cualquier idea científica-. Este orden natural se fundamenta, según esta teoría, en que cada individuo tiene una función determinada de acuerdo a su forma de ser y dicha función viene marcada por un principio fijo e inamovible denominado esencia. Así, la naturaleza es una cadena de seres que yendo de los más simples a los más complejos tienen una finalidad propia -cumplen una labor- cuyo resultado último es el mantenimiento del orden previo y, claro está, natural. Y dicho orden es anterior a cada ser y a su voluntad. Cada ser natural debe cumplir un fin propio y esta teleología, he aquí el principio aristotélico, ha sido así puesto por el creador, que es el principio cristiano. Surge así, idea de Santo Tomás, la ley eterna: un plan divino que atañe a la creación y que Dios ha puesto. Y este plan divino no implica solo al mundo natural específico, no es solo una ley física, sino también al moral pues la esencia no marca únicamente cómo es un ser sino también, y fundamentalmente, como debe ser y comportarse. Por ello, este plan divino es también clave de la moral y se denomina Ley Natural. Efectivamente, en el cristianismo en general y en el catolicismo en particular, la moral debe respetar este orden impuesto por Dios pues él en la creación puso las condiciones del desarrollo correcto de dichos seres –alejado así del azar evolucionista-. Y por eso si la moral respeta esas formas naturales será correcta y si no lo hace será mala por antinatural. Es decir, la moral que hace cumplir el plan divino es la buena, las acciones que lo incumplen son pecado. Así, por ejemplo, el matrimonio forma parte de la moral natural de la especie humana y su fin es la procreación: como los conejos. Por eso los anticonceptivos o el sexo sin fin reproductivo son pecados -y gordos, de los que vas al infierno-. Y son pecado gordo no solo porque paran la finalidad natural sino porque lo hacen de forma consciente y oponiéndose al principio mayor: el hombre deja de estar subordinado al plan divino y en su soberbia, el pecado de Lucifer, se sitúa por encima. Y por eso, por ejemplo, la iglesia lamenta que se dé el premio nobel a Edwards, investigador que permitió los llamados bebés probetas. Se lo deberían dar a alguien que siga la ley natural. Tal vez, a un sanador milagroso.

De esta forma, cuando el lobby cristiano habla de moral natural y orden natural está hablando de éticay no de biología. Pero, como fundamento de su teoría, no solo de ética. Porque toda esta moral cristiana -que no es toda la moral cristiana tampoco- tiene un fundamento metafísico. Y esa es la grandeza de Santo Tomás de Aquino –y en esto no hay un ápice de ironía- en cuanto que la teorizó hace 800 años, sin duda uno de los mayores filósofos de la historia, y esa es la miseria intelectual de la iglesia –en esto, tampoco- en cuanto que la sigue actualmente.

¿Miseria intelectual? Cierto, pues el fundamento metafísico de esa moral es falso. Y si se puede demostrar que no existe orden natural, fundamento de la creencia, la consecuencia lógica será que el edificio moral se venga abajo: no habrá actos más naturales que otros y, como consecuencia, no podrá ser ese el criterio de bondad.
Pero, ¿cómo discutir ahora este criterio del orden natural? Pues presentando que el fundamento resulta falso científicamente, trasnochado filosóficamente y, una sorpresa, políticamente incompatible con la democracia. O sea, es superstición.

Primero, es falso científicamente porque dicho fundamento se basa en una idea de naturaleza destruida por la ciencia moderna. La física aristotélica se basaba en un principio fundamental que era la existencia de una naturaleza ordenada sobre dos principios: la teleología –todos los seres tienen un fin- y la esencia. Los seres naturales existen para buscar un fin y tienen unas características fijas e inamovibles que les hacen ser lo que son. Pero, todo esto es insostenible hoy en día científicamente. El universo no es un todo armonioso sino precisamente un lugar de cambio permanente desde sus orígenes: el fijismo –que es la clave del creacionismo y la física aristotélica- es falso. No hay ni finalidad de los seres ni esencia pues el cambio permanente niega la meta. La naturaleza no es el campo armonioso aristotélico sino el campo de lucha, extensible a la física, darwiniano. El universo actual, que cambia de forma permanente y permanece inhabitable de forma, pongámonos optimistas, mayoritaria no es el ejemplo de armonía aristotélico ni de la bondad de la creación: si existe un creador no ha debido aprobar, por su chapuza, ni la ESO. Y así la única extrapolación a la ética de esta naturaleza real es, y en eso tenía razón el nazismo, la eugenesia y el darvinismo social –por cierto, no tan diferente de la extrapolación de la creación divina a la sociedad en el cristianismo-.

Segundo, todo este orden resulta falso filosóficamente. Toda la metafísica que hay detrás del cristianismo, y lo que en él no es metafísica es superstición, es falsa. La existencia de un orden preestablecido es, como ya demostró Hume, imposible de mantener racionalmente pues implicaría la posibilidad de demostrar a priori y racionalmente dicho orden en el futuro -haga la prueba en casa y busque demostrar que el objeto que hoy cae también lo hará mañana-. Así, esa metafísica clásica fue sustituida, a partir de Kant, por una filosofía del sujeto. Y la clave del sujeto es la autonomía. Sin embargo, la clave de cualquier orden natural al que hay que obedecer es la heteronomía: la ley viene dada por algo ajeno a ese sujeto. El cristianismo es la negativa a la filosofía moderna.

Así, el cristianismo que pretendió ser una filosofía ha devenido, y de ello no es culpable por supuesto Santo Tomás, en superstición: el argumento ha acabado siendo circular. La demostración del orden natural es solo posible si existe un creador y la única razón para defender la existencia de éste –nota: algo exagerado esto que vamos a decir y matizarlo en otro momento- es la fe en él. El orden natural solo se puede defender partiendo de una creencia religiosa que exige, sin embargo, un comportamiento racional como es la moral: suena a Al Quaeda. Y si solo suena, y no lo es, no es gracias desde luego al clero sino a su pesar. Ha sido la evolución social de occidente la que nos libró de la barbarie religiosa y no, no se dejen engañar, la voluntad de la iglesia.

Pero lo más grave de la defensa del orden natural es sin duda su repercusión social. El orden natural es incompatible con la democracia. La democracia parte del supuesto de que debe ser el sujeto el creador del orden social –nota: no confundir alegremente con el relativismo-; la religión parte del supuesto de que hay un orden natural al que adaptarse. Sin duda cuando Santo Tomás lo teorizó fue progresista, hoy en día es reaccionario. La democracia, la auténtica, solo es posible desde la autonomía del sujeto moderno y por eso es incompatible con la religión que defiende un orden heterónomo, en cuanto a dado por un ser superior ajeno al sujeto, que debe regir sobre la ley. O sujeto o Dios.

Disney es una productora extraña. Ha realizado sin duda obras maestras del cine que perdurarán en la historia del arte. Entre las nuevas, La bella y la bestia, por ejemplo. A su vez, ha creado películas terribles como El Rey León. Al inicio de la misma, un mono estúpidamente místico –bueno, no se puede ser místico de otra manera- enseña la cría de león a los habitantes de la sabana y estos se arrodillan a venerarle: son sus futuras víctimas. Lo llamaron en el marketing el ciclo de la vida. Los publicistas no conocen todo: pudieron llamaron el orden natural donde no deben existir homosexuales, solteros, amor sin descendencia ni nada de aquello que pueda alterar a un clérigo subvencionado.