martes, septiembre 25, 2012

FELIZ CUMPLEAÑOS,SEÑOR SUÁREZ



Hoy, 25 de septiembre,cumple 80 años Adolfo Suárez. Hoy, esto es una declaración de principios: feliz cumpleaños, señor. Y, otra vez, gracias. 

lunes, septiembre 24, 2012

CARRILLO: POLÍTICA, REALIDAD, HOMENAJE (y crítica de Ocupa el congreso)


El pasado martes día 18 falleció Santiago Carrillo. El día 25 de septiembre está convocado  Ocupa el Congreso. A veces la casualidad temporal une dos acontecimientos de forma tal que ambos llevan a la reflexión sobre un mismo tema: este es el caso y ambos hechos nos conducen al análisis político y a cómo debe hacerse esa política.

Carrillo fue siempre un leninista –nota: como consecuencia de esto fue estalinista-. Como tal, tenía una visión doble de la política: de cálculo racional, en cuanto que la clave no era el voluntarismo revolucionario sino la circunstancia histórica que se pudiera aprovechar; de ideal totalitario, porque la finalidad última no era la construcción de una sociedad democrática sino de un estado comunista. Era esa, también, la teoría general del partido comunista. Cuando comenzó la transición fue precisamente ese concepto el que hizo que Carrillo apoyara el proceso democrático. No fue su amor a la libertad -¿libertad para qué?- o que se volviese un traidor a la causa del proletariado el motivo de su apoyo a la democratización de España sino su idea del proceso histórico: buscaba generar las bases, aún no existentes, para la revolución. Así, Carrillo fue coherente con su ideario. Pensaba, sin equivocarse sin duda, que la España postfranquista no estaba madura para la revolución que él mismo soñaba. De hecho, su gran invención, el eurocomunismo del que hoy nadie habla, era precisamente una socialdemocracia táctica con un final comunista clásico: el estado totalitario.

Pero, esta actitud de coherencia política es una diferencia fundamental entre Carrillo y la oligarquía franquista, incluyendo en ella a Fraga. Esta aceptó la democracia por conveniencia personal: comprendió, a su pesar, que la única forma de mantenerse en la zona alta de la sociedad era dejarse llevar por la corriente esperando mejores tiempos. Por eso, la oligarquía franquista, y Fraga con ella, odiaba a Suárez hasta la muerte pues era la figura visible de ese proceso que les había quitado el control nacional absoluto de la finca. Suárez era así visto, como siempre le retrató la derecha durante la transición, como un advenedizo que había roto el orden natural de la idea de España como cortijo del Movimiento, es decir: de la oligarquía. Sin embargo, la visión de Carrillo sobre Suárez era, precisa y lógicamente, de admiración. En la idea leninista del desarrollo histórico que conduciría a la revolución, Suárez era una figura esencial precisamente porque era el que al romper con el franquismo generaba la nueva situación: modernizaba España y preparaba las condiciones que harían posible la revolución final. Para la visión histórica de Carrillo, Suárez era sin duda un estadista de talla mundial –para la nuestra también, aunque por distinto motivo- porque representaba la entrada definitiva de España en la edad contemporánea, la edad en que el ideal se haría posible.

De esta forma, para Carrillo el ejercicio de la política era una tarea de doble perspectiva: realista e idealista. Realista en el trabajo a corto plazo, buscando situar las bases para la revolución posterior; idealista, porque todo el sacrificio respondía a un futuro hipostasiado. Así, Carrillo fue una figura clave de la democracia española sin ser el mismo un demócrata, como no lo era ningún comunista ni casi ningún español, porque su idea de la política, que el siguió con extraordinaria coherencia, era esa mezcla de realismo e idealismo.

La política es curiosa. A veces si uno pierde más ganan. Fue precisamente lo que le ocurrió a Carrillo: lo que era el partido por excelencia fue fagocitado y desaparecido. Sin embargo, justo es reconocerlo, el partido comunista en la transición hizo más, y sacrificó más, que ninguna otra institución para traer la democracia a España. Y, más justo aún, hay que decir que Carrillo fue una figura clave. Por todo ello, quienes creemos que la democracia es mejor que la dictadura no podemos sino rendirle tributo y darle las gracias. Porque sin Carrillo, sin duda, este país hubiera sido peor: nada más grande se puede decir de un político. Y este es nuestro homenaje.

¿Y qué tiene esto que ver con Ocupa el congreso? Tiene que ver con la idea de política que está detrás. La política para Carrillo, como leninista, era futuro pero también presente y la relación entre ambas era un cálculo racional de acciones y posibilidades: curiosamente por eso acabó siendo tan humana y alejada del totalitarismo. El cálculo racional implicaba, ciertamente, contar con la realidad social. La política, para los movimientos como Ocupa el congreso, es algo distinto.

En primer lugar, la idea de tiempo. Para estos movimientos, el tiempo es un presente permanente. No existe diferencia alguna entre aquello que se busca como ideal y la acción actual. El futuro es el presente. Por eso, no hay necesidad de cálculo racional alguno y, al igual que en el 15-M, la clave de todo está en el rechazo visceral a la realidad -nota: hay una diferencia notable no obstante: el 15M como tal carecía de la vena totalitaria que, luego analizaremos, se vislumbra ya en Ocupa el congreso-. La realidad sociopolítica así no es vista como una condición de posibilidad, o de imposibilidad, sino solo como un freno a la utopía. Y por ello, no se debe contar con ella. La realidad, tan vulgar, está desterrada del análisis.

Además, este rechazo visceral lleva a la glorificación del voluntarismo.Como la realidad es malvada referirse a ella para ver si algo es posible o no es absurdo, es estar vendido a esa misma realidad. La lucha ya no es desde la realidad sino solo contra ella: la realidad solo existe para negarla. Esto lleva a una idea de trascendencia en el movimiento: se está por encima de lo que ocurre. De esta forma, el análisis de lo actual no se realiza desde conceptos inmanentes sino trascendentes: la retórica ocupa el lugar de la reflexión y todo ya cabe en los caracteres del twitter. Como consecuencia, el análisis se reduce a la moral personal -se habla de robo o de estafa o de indignación- pero no hay análisis socioeconómico: España, por ejemplo, no es una democracia, porque este concepto se entiende en una realidad tan sublime que no hay país que la cumpla, y como conclusión la democracia actual es igual que el franquismo –por cierto, que se lo explicaran a Carrillo-. La idea de condición histórica desaparece en aras de una idea de política como ideal puro. El momento histórico concreto deja paso a las categorías abstractas.

Y con ello surge así otra característica: la pureza. Efectivamente, la llamada ya no es al interés posible, por eso la eliminación del discurso de la clase media que es quién más sufre los recortes y debería ser figura clave de todo movimiento político actual, sino a una mezcla repugnante entre ética y estética. Y es una mezcla repugnante porque acaba siendo un problema absolutamente personal, de llamada a la pureza en la lucha de los santos. Los que están con nosotros son los puros frente a los otros. El movimiento se transforma así en iglesia, en cuerpo místico.

Y consecuente a esta característica de la pureza, y las otras, está el carácter totalitario del movimiento. Ocupa el congreso no pretende llenar el hemiciclo de votos individuales, ganar unas elecciones, sino de la acción de masas: en eso es coherente. Y lo es porque al tener el concepto de pureza ya no todos los votos deberían valer lo mismo: todos los animales son iguales, pero unos son más iguales que otros. Detrás de la simpática cara del rebelde social se oculta la fachada del totalitario. El desprecio a la votación que emana de Ocupa el congreso, no se prepara un movimiento para ganar las elecciones con votos particulares sino para como masa tomar la sede parlamentaria, no es un desprecio hacia los representantes -que objetivamente es un rebaño que solo está ahí para apretar el botón que les dice el jefe, seamos claros-, sino hacia los representados porque existe el paso previo en el cual se ha dividido ya a la población entre puros, los que nos siguen, e impuros, cuya voluntad no cuenta. Así, los integrantes de Ocupa el congreso estarían encantados en realidad, y ahora señalan que no con la boca pequeña pero en sus carteles sigue saliendo, de hacer ese proceso constituyente primero que pretendían. Lo podrían hacer de acuerdo a la ley, de hecho se puede reformar la constitución como bien nos enseñaron torticeramente el PSOE y el PP, pero eso implicaría mezclar a los impuros en una votación democrática así que es mejor hacer una representación estética de cuántos somos y qué guays: política de alto nivel.

Volvemos a Carrillo. Él era, como el leninismo, un totalitario: su ideal era el estado comunista. Pero, fue ese camino había una mediación que era la circunstancia histórica lo que le obligó a admitir el proceso democrático en España. Ocupa el congreso, y esta serie de movimientos, son hijos también del leninismo -en su teoría de élites como vanguardias- pero de ellos ha desaparecido el ideal de la historia como gran relato: papá es Lenin pero mamá es la posmodernidad. El tiempo no existe como proceso histórico y por tanto el presente es futuro: los rasgos místicos, también presentes en el leninismo y especialmente en el anarquismo, se disparan. Carrillo, buscando esa circunstancia histórica que conduciría a la revolución, resultó decisivo para hacer a los españoles más libres. Ocupa el congreso llegará a ser, tal vez, trending topic en twitter justo antes de que Mourinho vuelva a hacer el imbécil y siente a otro buen futbolista.

viernes, septiembre 21, 2012

EDUCACIÓN Y MERCANCÍA

Primer párrafo, no segundo ni tercero, del nuevo Anteproyecto de Ley de Mejora de la Calidad Educativa.

La educación es el motor que promueve la competitividad de la economía y el nivel de prosperidad de un país. El nivel educativo de un país determina su capacidad de competir con éxito en la arena internacional y de afrontar los desafíos que que se planteen en el futuro. Mejorar el nivel educativo de los ciudadanos supone abrirles las puertas a puestos de trabajo de alta cualificación, lo que representa una apuesta por el crecimiento económico y por conseguir ventajas competitivas en el mercado global.

jueves, septiembre 20, 2012

SOCIALISTAS EN RED (SER): RESUMEN SEMANAL

Como ustedes saben, pertenezco a SER. Por tanto, a partir de ahora, podrán deleitarse aquí con los diversos artículos que mis compañeros y yo mismo publicamos en nuestros diferentes blogs. Espero que lo disfruten.  

RESUMEN SEMANAL DEL 10 AL 16 DE SEPTIEMBRE DE 2012


martes, septiembre 18, 2012

ESCUELA Y SEGREGACIÓN/y 2: EL SEXO (pero que nadie se emocione)


En el artículo anterior, analizábamos en líneas generales la segregación en la escuela. Dividíamos está en a priori, cuando la segregación se realizaba de acuerdo a criterios que no tenían que ver con la competencia en el aula –la capacidad que tiene un alumno para resolver los problemas de una materia- sino anteriores a la misma; y a posteriori, cuando se buscaba, una vez analizada la diferencia de competencias, crear grupos por niveles que ayudaran a los alumnos a mejorar sus capacidades en determinadas materias. A su vez, señalábamos nuestro acuerdo con la segunda opción y nuestro rechazo a la primera. Y añadíamos algo que nos parecía fundamental. El rechazo a esta segregación a priori no era ideológico, en el sentido peyorativo de esta palabra, sino pedagógico: segregar por características ajenas a las competencias educativas carecía de sentido. Por tanto, lo que para nosotros primaba no era la idea de igualdad, que en ese mismo artículo explicábamos como fin pero no como medio de la práctica docente, sino la de la eficacia en el proceso educativo para conseguir esa igualdad.

Pero, sería falaz hacer un artículo absolutamente general cuando lo que nos ha llevado al mismo ha sido inicialmente una segregación en concreto: la segregación por sexos. Por tanto ahora la pregunta es: ¿debe existir la segregación por sexo en la escuela? Y por supuesto, vamos a declarar algo de primeras: aquí que nadie espere ñoñerías.

Los partidarios de la segregación por sexos se amparan en un argumento básico para defenderla que es un argumento de tintes biológicos. El argumento esgrime que existe una diferencia de maduración temporal entre los alumnos de sexo femenino y masculino, las alumnas maduran antes, y que además el cerebro femenino y masculino tienen determinadas diferencias que implican mayor facilidad o dificultad ante ciertas materias académicas. Por ejemplo, los niños serían mejores en matemáticas y las niñas serían mejores en lengua. Por esto, concluyen, lo mejor pedagógicamente sería separar a niños y niñas buscando así potenciar sus cualidades y minimizar sus debilidades.

El argumento así parece muy científico pues en ningún momento se observan en él elementos ajenos a problemas pedagógicos. Y es importante responderle desde la misma ciencia que ellos aseguran cumplir. No se trata, por tanto, de enfrentar dos modelos ideológicos, otra vez en el sentido peyorativo de la palabra, sino de demostrar que el modelo de segregación por sexos es una tontería auspiciada por una pésima interpretación, cuando no una manipulación, de la ciencia del desarrollo humano. Se trata, en definitiva, de demostrar que en la defensa de la segregación por sexos no importa realmente el cerebro sino exclusivamente los genitales. Y que eso no es pedagogía sino pura prejuicio.

Empecemos.

En primer lugar, admitimos que existen diferencias básicas entre el cerebro masculino y el femenino. De hecho, consideramos, es una certeza científica que no podemos negar. Así, por ejemplo, las áreas cerebrales dedicadas al razonamiento espacial son más importantes en el cerebro masculino y sin embargo las sociales sobresalen en el femenino: por eso, las mujeres no paran de hablar –nota: obsérvese el comentario machista e incluso patriarcal pero a la par ingenioso-. Pero también lo es otra cosa sobre este tema. Que la diferencia fundamental en los seres humanos entre los cerebros no es por sexo sino individual y basada en la plasticidad del cerebro, la capacidad de este a responder y adaptarse al ambiente interno y externo. Por esta causa, no todos los niños son buenos en matemáticas y no todas las niñas son magníficas en lengua. O dicho de otro modo, el mejor niño en lengua es tan bueno como la mejor niña y la peor niña en matemáticas es tan mala como el peor niño. Por ello, la diferenciación por sexos en las aulas carece de sentido, pues una vez hecha esta habría que hacer otra más por niveles de competencia en cada materia de acuerdo a la individualidad del alumno y en esta división, de hacerla científicamente y por ejemplo de forma anónima sin conocer previamente el sexo del alumnado, cabrían en el mismo espacio niños y niñas. Resulta, como consecuencia, sin duda más sencillo ir directamente a esa división por niveles de competencias sin pararse antes a mirar los genitales de los alumnos –lo que por otra parte, está muy feo-. La falacia, por tanto, de la diferenciación por sexos para mejorar el rendimiento escolar queda desenmascarada por la propia ciencia que dicen defender. Y algo más, todo se puede mejorar, con una buena atención, o empeorar, con una mala.

En segundo lugar, es falsa la identificación entre capacidad intelectual y éxito escolar. La enseñanza académica no mide la capacidad intelectual, de hecho consideramos que esta es imposible de medir. La enseñanza académica solo mide la capacidad del alumno a responder a un currículo –el conjunto de saberes propios de una materia y curso- determinado, pero no si es muy listo o no o muy capaz o no. El alumno puede no ser capaz de aprobar una materia, por supuesto, por una incapacidad intelectual en la misma –las menos veces-, por un problema externo y familiar, por un problema interno relacionado con la salud, por un mal profesor o, directamente, porque no pega un palo al agua. Incluso, caben otros motivos. Es decir, las variables del éxito o del fracaso escolar son múltiples y no pueden resumirse en problemas de madurez, de cerebro, de genitales, o de superdotación -ya sea intelectual o genital-. Por eso, además, resulta tan ridícula la pretensión, especialmente extendida entre los profesores de ciencias curiosamente, de calificar a los alumnos como cortitos o incapaces por la nota que sacan en su materia. Al fin y al cabo, siempre cabe la posibilidad de que el cortito no sea precisamente él.

En tercer lugar, está el problema de la prostitución del lenguaje. Efectivamente, en este asunto prima una palabra: madurez. El argumento es que las niñas maduran antes que los niños. Sin embargo, aquí hay un problema importante. Resulta evidente que la maduración sexual de las niñas es anterior a los niños y, con ella, su maduración biológica: es una tautología. Pero la maduración biológica, poder reproducirse, no implica la maduración del carácter humano: hasta Belén Esteban ha sido madre. Esa, la maduración del carácter, guarda relación con el ideal que se pretenda conseguir a través de la educación y ahí está la clave porque no es natural sino cultural: cada sociedad expresa en su ideal de maduración una forma de ser. Las niñas son, y volvemos a la naturaleza humana y al cerebro, por regla general más hábiles socialmente que los niños y al serlo sus acciones y los resultados de las mismas resultan en la interacción con otros individuos más agradables para aquellos que les rodean, especialmente para aquellos que gobernamos un grupo complejo. Pero, eso no quiere decir nada sobre su madurez o no pues, como ya hemos señalado, la madurez es un concepto que se establece de acuerdo a un ideal determinado. Así, por ejemplo, para nosotros la madurez sería la autonomía crítica hacia uno mismo y hacia la realidad externa. Y en eso no tiene nada que ver un hecho biológico, ser niño o niña, sino cultural: ser de determinada manera –que, por cierto señalamos, igual va contra la propia naturaleza humana-.

La segregación por sexo en la escuela no tiene ningún fundamento pedagógico ni científico. En realidad esconde un principio de selección social para que la clase alta pueda seleccionar la pareja para su prole. Efectivamente, lo que está detrás de esta segregación no es un factor de aprendizaje sino de, como los buenos ganaderos, control de la sexualidad de los jóvenes terneros y terneras –para que luego digan que no uso un lenguaje inclusivo y progresista- y con quién se arrejuntan y copulan. La idea que subyace es mantener alejado al sexo contrario en el tiempo no controlable por la familia, el tiempo de la escuela, y por tanto que la pareja sentimental se escoja de acuerdo a una selección del ambiente social concreto familiar y no escolar. Toda la parafernalia que esconde detrás no es más que una cortina de humo. Y como el humo tiende a subir hacia arriba solo permite ver y seleccionar por el bajo vientre y por si algo cuelga o no.

lunes, septiembre 10, 2012

ESCUELA Y SEGREGACIÓN/1: LO GENERAL


Que el ministro de educación no sabe nada de educación, no sé si de otras cosas, es algo que resulta evidente en cuanto se escuchan sus palabras. Recientemente, por ejemplo, ha vuelto a equivocarse al defender la educación diferenciada por sexos. Efectivamente, una sentencia ha señalado que esos colegios no pueden ser subvencionados por el estado y ha surgido, otra vez, el debate y, otra vez, la derecha ha lanzado sus tontos argumentos de siempre. Pero el mayor drama no ha sido ese, sino que la autoproclamada izquierda ha respondido con los más ñoños argumentos posibles del tipo de integración social, igualdad y demás tonterías que no tienen que ver con el proceso educativo sino solo con su finalidad. Este escrito, por ello, pretende presentar la cuestión de la segregación en la escuela desde otro ángulo que creemos es el auténticamente progresista y no desde la ñoñería de los ideales vagos.

En primer lugar, es conveniente distinguir entre socialización y educación. La socialización es la integración de los individuos en la sociedad determinada, haciendo que el sujeto sienta como parte de su personalidad el conjunto de reglas sociales fundamentales que rigen el orden social. Así, por ejemplo, si yo me trasladara a una tribu del Amazonas -a vivir una vida auténtica en contacto con la naturaleza y lejos del malvado consumismo, en contacto con mi parte espiritual y todas esas chorradas- no sabría cómo actuar en cada momento pues no estoy allí socializado. Por supuesto, resulta indudable que una función de la educación es esa socialización. Pero, no es la única. Efectivamente, la educación busca una forma concreta de socializar, no le vale cualquier manera, y es una forma autónoma y culta. Lo que la educación busca, en su discurso ilustrado que nosotros defendemos, es una educación para que los individuos piensen por sí mismos, autónoma, y desde contenidos determinados y considerados superiores, culta. Así, la educación ilustrada tiene como fin el pensamiento autónomo desde el conocimiento. Por eso, la educación ilustrada no es solo procedimiento sino también contenido. No es solo socialización, pues un sujeto analfabeto o un esclavo puede estar perfectamente socializado, sino algo más.

En segundo lugar, al hablar de educación hay que diferenciar el proceso de la meta u objetivo final. Es decir, no es lo mismo necesariamente lo que se busca en el aula con lo que se hace en la misma. La educación debe formar ciudadanos críticos y para ello cultos, aptos para una sociedad democrática en condiciones de igualdad intelectual –nota: obsérvese que no hemos puesto social, pues la escuela no puede compensar desigualdades sociales existentes más allá de las meramente intelectuales-. Hasta ahí bien. Pero eso no quiere decir, necesariamente, que la escuela, el proceso, tenga que ser democrático e igualitario. De hecho, no puede serlo. Cuando yo, como profesor, entro en clase no soy igual que mis alumnos en cuanto alumnos: soy superior. Esto sonará mal, pero es así. Y lo es porque, se supone, yo atesoro un conocimiento que mis alumnos aún no tienen y que mi obligación es enseñarles. Por eso, yo tengo más deberes que ellos. La escuela, por tanto, no puede partir de la premisa de igualdad sino de la de jerarquía porque su finalidad no es que los alumnos permanezcan como son sino que se hagan mejores. Y por eso, curiosamente, tampoco es una dictadura. Efectivamente, la dictadura pretende mantener a cada individuo en su puesto actual, sin posibilidad de mejora, pues ésta siempre iría contra el grupo dominante. La escuela ilustrada, sin embargo, pretende hacer que los alumnos lleguen a ser capaces de criticar a su profesor y su enseñanza al final del proceso. Por eso, educar es hermoso y, por eso, es triste.

Así, al distinguir el proceso de la finalidad, puede caber una diferenciación entre los propios alumnos para que alcancen ese objetivo de autonomía y cultura. Y por ello, cuando la izquierda niega cualquier tipo de segregación en la escuela lo que está haciendo es una ideología ñoña pues los alumnos, para alcanzar ese objetivo que es el irrenunciable, pueden necesitar una atención diferente dependiendo de sus circunstancias concretas. En consecuencia, como proceso para conseguir el fin, la segregación en la escuela, es decir: que pueda haber división de grupos de alumnos de acuerdo a ciertas cualidades para alcanzar el objetivo común, puede considerarse una solución perfectamente aceptable. Resulta, por tanto, ridículo cuando la autoproclamada izquierda clama contra cualquier tipo de división pues lo que esto acarrea, por ejemplo, es que aquellos alumnos con más dificultades, al no poder seguir el ritmo normal del grupo estándar, fracasen estrepitosamente en aras de la igualdad como ideología. Y resultaría conveniente que esa diferenciación se realizara cuando el proceso comienza, para cambiarlo, y no, como ahora, cuando termina.

De esta manera, consideramos que la segregación es posible porque su finalidad última es llegar a todos al mismo objetivo y, por tanto, lo que se debe medir en ella es su eficacia. Es decir, que estar de acuerdo en que la escuela pueda segregar, hacer grupos distintos de acuerdo a ciertos criterios, no implica que toda segregación sea la correcta ¿Cuándo entonces es correcta la segregación en la escuela? Este es el tema fundamental.

Puede haber, a grandes rasgos, dos tipos de segregación. Una a priori y otra a posteriori. Entendemos por segregación a priori aquella que se realiza de forma previa al desarrollo del alumno en el aula y que se genera por condiciones que nada tienen que ver con las competencias -¿ven qué bien empleo la terminología oficial?- que se pueden pedir para desarrollar el proceso educativo y alcanzar la meta. Por ejemplo, hacer divisiones a priori de acuerdo al color de la piel –nota: entre los seres humanos no existen razas, esto es ciencia pura- , el tamaño del cráneo o la religión profesada. Esta segregación es absurda, no porque vaya en contra de la idea de igualdad y esas cosas, sino porque es puro prejuicio anticientífico.

La otra segregación es aquella a posteriori. Se da durante el propio proceso escolar, por causas educativas, y su finalidad es lograr esa meta de formar individuos autónomos y cultos. Esta segregación puede ser total, con aquellos alumnos que tienen tantas dificultades que necesitan una atención especial básica en todos los frentes –por cierto, incluyendo el emocional-, como parcial, en determinadas materias con aquellos alumnos cuya dificultad es concreta a esa asignatura. Por ejemplo, no tiene sentido que haya grupos segregados por nivel en Filosofía –la materia fundamental del currículo sin duda- pues todos los alumnos saben lo mismo sobre ella: nada. Pero, puede haber sentido en hacerlos en inglés o en matemáticas, y otras materias menos importantes que Filosofía, donde los niveles pueden ser diferentes. Y tiene sentido no tanto para que el que más sabe sepa aún más, que también, sino fundamentalmente para que el que menos sepa no se pierda en el desarrollo de la materia: la supervivencia del más apto no es educación. Y, por cierto, ello nos llevaría a la conclusión, pero lo vamos a dejar, de que los mejores profesores deberían dar precisamente esos niveles más bajos. 

Así, como conclusión, la segregación puede ser aceptada, y debe serlo, para hacer que todos los alumnos lleguen a la meta señalada.

Ahora bien, ¿y la segregación por sexos? Pues eso lo vamos a explicar en la siguiente entrega porque es un tema que merece un desarrollo y yo ahora me voy a poner a leer prensa deportiva como el hombre viril que soy.

viernes, septiembre 07, 2012

lunes, septiembre 03, 2012

SER: SOCIALISTAS EN RED

El motivo del presente texto es explicar -aunque yo comprenda que a ustedes les de igual, como si me come la mano un cerdo- por qué me he unido a Socialistas en Red (SER) -nota: no lespongo el vínvulo porque estamos en obras-. SER es una unión de blogueros de izquierdas que participan juntos publicando los artículos, ya escritos en sus blogs independientes, en una plataforma común buscando con ello ampliar el debate social desde una perspectiva progresista. Así, SER no se compone a través de una identificación con unas ideas concretas sino por el deseo de desarrollar una acción de comunicación y debate desde una perspectiva de izquierdas.

Pero, ¿no estaríamos ante la autoproclamada izquierda? Sin duda alguna, en SER debe haber blogueros de la autoproclamada izquierda, de la izquierda folclórica, gente sensata y gente muy interesante. Pero eso no es lo importante. De hecho, apostaría para ganar a que no comparto la mayoría de las ideas vertidas en cada resumen semanal. E incluso, apostaría también, que muchas de ellas ya las he criticado con dureza en este blog.

Entonces, sería la conclusión, no debería haberme unido a ellos. Y la conclusión es formal y lógicamente verdadera, pero en la realidad falsa.

Estamos en guerra. Esta guerra es para defender el estado del bienestar y los derechos sociales frente al proceso de precarización que se está generando. Muchas cosas nos pueden separar en aspectos fundamentales a los distintos integrantes de SER pero lo que nos une a todos es la defensa del estado de bienestar y los derechos sociales: todos somos partidarios, al menos, de eso. Por eso, me uno a SER.

Y esto es importante. La política habla fundamentalmente del aquí y del ahora. Olvidar esto es peligroso. Cuando la situación política es tal que está en juego no elementos secundarios sino la condición de posibilidad de seguir viviendo en una democracia, y por tanto de seguir discutiendo, el acuerdo en la defensa de ese estado social y democrático de derecho es razón suficiente para la unión. Puedo tener diferencias respecto a la sociedad futura, puedo disentir sobre la realidad actual del capitalismo y su estructura de clases, pero estar a favor de la existencia de derechos sociales y su defensa nos une en la acción política y crítica.

Por supuesto, esto no implica la disolución en el todo, la renuncia a la individualidad. Al contrario, me apunto a SER porque reconozco que mi individualidad se desarrolla no solo desde mí sino desde las condiciones sociales que habito y que ahora se quieren destruir. Por eso y egoístamente, en el sentido más puro de la palabra, estoy en SER.

domingo, septiembre 02, 2012

VIDA INTERIOR/101: BUSCÁNDOME

¿Quién de nosotros no tiene una vida interior muy grande? ¿Y qué poeta no nos la cuenta una y otra vez? En esta sección mi alma se desnudará. Incluso he comprado una nueva para tenerla más grande. Porque, en el fondo, yo también quiero ser feliz.

Hay ahora una aplicación popular en facebook: su vida pasada. En ella, por lo visto, te dicen qué fuiste en la vida anterior, aunque no especifican anterior a qué. 
Yo busco mi yo auténtico: quiero ser una persona plena, quiero SER y no TENER (ahora que ha subido el IVA, eso me ayudará). 
Por ello, he hecho el test para ver qué fui en mi vida anterior, aunque aún no sé anterior a qué. Todo el mundo fue guerrero glorioso, senador romano, dama de la alta sociedad, espía, inventor... 
A mí me ha salido sirviente analfabeto, como el 99% de la población de entonces. 
Yo me sigo buscando.