miércoles, julio 30, 2008

UNA IDEA: SÍ, HAY CRISIS



En 2008 el gobierno nos regaló cuatrocientos euros.
En 2009, solo nos dará una bombilla.

Es definitivo: hay crisis.
Y yo ya no soy un antipatriota por decirlo.



Qué alivio.
Qué descanso.
Qué, en definitiva, de izquierdas vuelvo a sentirme.
Igual, pero solo igual, me quito la corbata.
O me manifiesto por el aborto libre.
O grito por la laicidad.
Pero eso ya me parece muy radical.
Tente corazón.
Poco a poco...
Poco a poco...

lunes, julio 28, 2008

NACIONALISMO Y HOMOGENEIZACIÓN (un ejemplo)

En un reciente artículo, Nacionalismo, lengua y dominación, explicaba yo, mal que bien, que el verdadero problema lingüístico español no era sino la utilización del idioma por parte del nacionalismo para homogeneizar la sociedad y buscar así su dominación. Y explicaba, mal que bien, como este proceso había comenzado en la administración pública a través de las oposiciones y la petición del conocimiento, para sacar la plaza y no a posteriori, de la lengua regional. Así, decía, se conformaba una administración pública afín al nacionalismo como primer paso para extender una sociedad fiel a los partidos nacionalistas (ahora que ya incluso el PSOE lo es).

En esto que estaba yo con otros. Los otros eran también profesores y algunos, afortunadamente para la educación de este país, habían sacado la plaza en la oposición de profesores de secundaria convocadas en Madrid. Y entre los que allí estábamos, unos nueve o así, éramos minoría los que habíamos nacido en la misma comunidad madrileña. Y salió el tema. Y yo, que soy un indudable fascista como todos los que hemos firmado el manifiesto en apoyo a la lengua común, hice una pregunta: ¿no sería curioso comparar cuánta gente de fuera de Madrid ha sacado plaza en las oposiciones a profesor de la Comunidad de Madrid frente a cuánta gente de fuera saca plaza en las oposiciones a profesor de otras comunidades? Y añadí con afán sociológico: ¿pongamos en las últimas tres convocatorias, por ejemplo?

En fin. Era tarde. Nadie lo hará, tranquilos. Pero yo, llevado sin duda por mis ideales de extrema derecha e incluso de derecha extrema, no descanso.

miércoles, julio 23, 2008

ORGULLO DE FUNCIONARIO

Pues que en la Universidad Autónoma de Madrid quieren que la gente fiche. Como en cualquier empresa. Pero, hay un problema: son funcionarios. Y la cosa cambia porque el lema es yo no he sacado una oposición para esto. En realidad, la he sacado para nada. Y CCOO, en carta enviada al gerente con registro del 18 de julio -no es paradoja de día-, se niega a ello y pide, cuando menos, un complemento de puntualidad. Imagino que como principio de negociación. Luego, otro por trabajar. Y más tarde otro por aparecer por allí los días impares, que siempre tiene más mérito. Son funcionarios.

Conocí una vez a un hombre que se levantaba cada día a las seis de la mañana para ir a trabajar. Cuando llegaba al trabajo, contaba, no había nadie. Luego, cuando se iba, cumpliendo su horario, tampoco: era el último, era el primero. Viejo dicho evangélico realizado: el buen Dios debería estar contento. Nunca nadie se lo agradeció, nunca le sirvió de nada. Era solo un administrativo. Creo que de grupo C. Era funcionario.

Conozco a la mejor profesora posible de Filosofía. Los alumnos se emocionan en sus clases y siempre quiere ser tutora. Cada trimestre se queda dos tardes para recibir a aquellos padres que no pueden venir por la mañana pues no trabajan de funcionarios y no pueden mostrar tanto interés como exige el profesor funcionario: les echarían del trabajo. En cada instituto en que ha estado la junta directiva le ha puesto pegas para quedarse esas tardes: lo solucionó con los conserjes. Este año su tutoría la invitó a cenar y los padres le dieron las gracias. Nadie más se las ha dado nunca. Ni le han dicho: un buen trabajo. Y nada de todo eso que ha hecho le ha servido en el concurso de traslado para ganar puntos. Tal vez, debería haber hecho un curso en algún Centro de Formación del Profesorado. Entonces sí le hubieran dado puntos. Quizás uno sobre motivación.

A la profesora de Economía de mi instituto, este año la felicitó el inspector por sus resultados en selectividad. La profesora de filosofía es interina, no tiene plaza fija, y curiosamente es la única jefe de departamento que es, a su vez, tutora. Creo, ahora que lo pienso, que es la única jefe de departamento interina. La felicitación de inspección no le sirve en el baremo de la oposición. He buscado, pero no hay donde colocarlo. Debería haber dado un año más de clase. O tener un año más asistiendo a un instituto, entrando y saliendo a ciertas horas, para lograr los puntos. Y tendría seguro su plaza.

Cuando llegó al centro en 2006 supo que el anterior profesor de Filosofía daba dieciséis horas lectivas porque según la ley podía sólo dar quince: era jefe de departamento. De esta forma se quedaba libre un curso de ética de 4º que daba, según le contaron al nuevo, alguien de francés. Sin embargo él dio el primer año dieciocho horas porque decidió que la ética de la ESO era fundamental. Y al año siguiente dio veinte horas porque decidió, otra vez, dar la psicología de 2º de bachillerato. Antes la elegían, es una optativa, seis alumnos; el año pasado, cuando la dio él, la eligieron treinta. Este año la junta directiva se la quiere quitar. No ha ganado más dinero ni ha logrado más puntos. Sólo ha trabajado más. Tal vez, debió elegir algún cargo: jefe de actividades extraescolares quizás. O ser solo jefe de departamento y dar quince horas.

En mi instituto durante el presente curso un amplío número de tutores han sido interinos: son profesores de paso, que deben adaptarse al centro y a los alumnos, sin esperanzas de quedarse y a los que sin embargo se les da el puesto fundamental. De hecho, este año, los dos tutores de 2º de bachillerato han sido interinos que, además, tenían media jornada. Sin embargo, nadie dudó en nombrarles tutores del último curso de la enseñanza secundaria. Y de un curso tan difícil. Lo hicieron muy bien y se preocuparon mucho. Pero ser tutores no les ha servido para las oposiciones. Tampoco esta vez. No sacan plaza para ser funcionarios de carrera.

Años después el individuo que se levantaba a las seis de la mañana se jubiló sin pena ni gloria. Luego, murió de un ataque al corazón mientras se duchaba y al caer se hizo una brecha en la cabeza. Todo así de sencillo. Le enterraron en un lugar donde en invierno hace frío y en verano un calor abrasador porque da el sol casi todo el día. Pero al tiempo es un lugar oscuro. Y nunca nadie le dio justicia ni en la tierra ni, tampoco, en el cielo.

lunes, julio 14, 2008

NACIONALISMO, LENGUA Y DOMINACIÓN

El reciente Manifiesto en defensa de la lengua común, que se llama así, ha generado una polémica curiosa. La catalogamos de curiosa porque la autoproclamada izquierda ha corrida a la defensa del nacionalismo y ha tildado a los autores y firmantes del manifiesto, entre los que me encuentro, de neofranquistas, fascistas, nacionalistas españoles y otras lindezas por el estilo. Personalmente, y es por pereza no por dignidad, me da igual que lo opinen. Pero es curioso que la autoproclamada izquierda, y tan de izquierdas que ya prepara el aborto libre –eso sí es de izquierdas- y el voto inmigrante –uy, uy, uy, qué de izquierdas-, se haya enfadado tanto. Porque el manifiesto, que se queda corto en mi opinión, no era para tanto. Así que si realmente quieren saber lo que yo opino, y es no tener otra cosa que hacer sinceramente, lean lo siguiente.

Las lenguas son, entre otras cosas, instrumentos de comunicación. Las lenguas son, entre otras cosas, hermosos instrumentos de belleza. Pero las lenguas son, también, instrumentos de dominación y control social. Para ello, cuando la lengua es única y ya la habla tanto la élite social como el resto de la población se genera la idea de su correcta utilización y pronunciación, por ejemplo, en inglés, que diferencia a las clases sociales –lo que no quiere decir por supuesto que la lengua se pueda utilizar como uno quiera-. Cuando hay dos lenguas, sin embargo, el sistema ya no puede ser ese. Entonces se trata de que la lengua de aquellos que tienen el poder, o lo buscan, se imponga como lengua única y modelo de homogeneización social. Pero esto tiene sus matizaciones pues, como ya hemos señalado, es diferente si la élite ya posee el poder o lo busca. Y este tema de la búsqueda del poder es precisamente la clave de todo el problema lingüístico, generado por el nacionalismo, en España.

Comencemos. Las élites sociales tienden a buscar el poder. Para ello precisan dos cosas: en primer lugar, algo que las señale públicamente como élites, es decir, algo que las haga diferentes a la chusma; en segundo lugar, que ese algo, sin embargo, pueda ser tomado por esa misma chusma como sistema de identificación, como mito, y por tanto como legitimación de esa misma élite que ya lo posee y son, así, los adelantados que deben tener el poder. Los políticos profesionales catalanes y vascos, especialmente los nacionalistas pero ya también los de PSOE e IU y en ciertas zonas los del PP, tienen un límite natural a su ambición: el territorio regional - de esto ya hemos hablado aquí-. Y los políticos profesionales nacionalistas, y los del PSOE e IU y cada vez más los del PP, son una élite. Pero una élite con ese problema específico de limitación, como las especies endógenas de la naturaleza, a un territorio muy concreto. Así, cuando una élite limitada frente a un poder superior externo quiere tomar el poder en lo que considera su territorio, en realidad lo considera su cortijo, en primer lugar debe homogeneizarlo como propio y distinto frente a ese poder externo para presentar a este como extraño y a sí mismos como lo nacional. Y aquí hay dos opciones para conseguirlo: por un lado, el crimen o el exilio para todos aquellos que no piensan igual, algo que se ha hecho con cierto éxito en el País Vasco; por otro, conseguir un proceso de identificación utilizando un elemento reconvertido en ideológico, aunque no necesariamente tal por sí mismo, y que se transforma en hecho necesario para el medrado o ascenso social.

Eliminemos la primera opción, pues solo se usa en el País Vasco. Analicemos, por su extensión regional, la segunda. En esta segunda opción se trata de encontrar un elemento que cumpla una tarea, a su vez, doble: por un lado, se trata de buscar algo que la élite o bien posea ya o bien lo presente como desideratum para llegar a su propia posición -que ella, curiosamente, ya posee-;por otro, este algo debe además de ser un factor excluyente primero para una mayoría, pues si no, no existiría tal élite, y luego, una vez tomado el poder, pasar a ser un modelo de identificación al ir incluyendo paulatinamente a todos como miembros de una nueva comunidad o como excluidos de la misma. Este método, que ya utilizaron los nazis con brillantez a través del concepto de raza aria, será el utilizado por los nacionalistas, salvando las distancias por supuesto, pero a través de la autodenominada lengua propia o lengua nacional.

Efectivamente. La seña de identidad, como tales nacionalistas, será la lengua que se sitúa, incluso, por encima de la ideología política. No se trata aquí de que ellos la hablaran al principio o no, que en el País Vasco muchas veces era no, sino que la idea era que el idioma que se hablaba, ya realmente ya de forma imaginaria, en la región era el símbolo diferencial con el resto del país, presentado generalmente como atrasado y depredador, y que la élite se presentaba a sí misma como la poseedora de la esencia patria y su garante: la lengua. Efectivamente, a partir de ahí surge en las regiones con partidos nacionalistas fuertes e idioma singular una desenfrenada carrera con un doble objetivo: primero, dominar la sociedad a través de tomar toda la administración pública con sus fieles y generar, en el resto de la actividad económica, una relación de clientelismo; segundo, obtener un estado de opinión en el cual cualquier ataque al empleo de la lengua como elemento ideológico, en realidad elemento de dominación social, fuera un ataque contra la lengua misma , la cultura propia –como si la cultura tuviera lugar- y la idiosincrasia autóctona –que básicamente se reduce al modo de calarse la boina-. Así se comenzó un proceso que empezó con el asalto a la administración pública a través de la petición en las oposiciones, al principio como mérito luego como obligación, del conocimiento de la lengua regional. Y se hizo porque se sabía que iban a ser los elementos nacionalistas los más beneficiados con la medida y porque se eliminaba así la presencia de personas de fuera de la propia región: se homogeneizaba la sociedad eliminando al forastero y al diferente. Por si esto no fuera poco, y siempre contando con la simpatía o el silencio cómplice de la autoproclamada izquierda, los empresarios regionales veían con buenos ojos las medidas coercitivas en materia de etiquetado pues ello limitaba la propia competencia o al menos la paliaba. Así, la lengua no era ya un medio de comunicación sino de dominio social. El último paso, dado a través de la educación, ha sido extender la lengua propia a las capas sociales como elemento mítico de unión.

El resultado es altamente satisfactorio: el PNV lleva gobernando sin descanso en el País Vasco hasta ahora y el PSC ha perdido la S pero ha levantado la C -de catalán, que nadie piense cosas raras- para quitarle el poder a CiU mientras que IU se ha convertido en una especie de coros y danzas folclóricas de acuerdo a cada región –aunque, sin duda, muy de izquierdas-. El dominio triunfa.

Cuando yo era niño recuerdo que por navidades siempre ponían las películas de Tarzán -Tarzán solo hay uno: Johnny Weissmuller -. En ellas, y tras entretenidas aventuras que a veces se repetían pero siendo niño uno no se percataba de ello, surgía una terrible tribu salvaje, aparte de los gabonis, que buscaba matar a Jane –la guapísima Maureen O´Sullivan- y al safari. Y recuerdo que me daba miedo: era un tribu, eran salvajes. Tan alejados de la civilización. Pero siempre recordaré que quien más miedo me daba de todos los de la tribu era el hechicero con las plumas más largas y las tradiciones más ancestrales.

miércoles, julio 09, 2008

(seguimos) MEMORIA HISTÓRICA

Hay lugares en España donde a un asesino se le dedican calles. En concreto son pueblos y ciudades del País Vasco donde la mayoría de una sociedad cobarde y cómplice, aunque menos cobarde y cómplice que muchos sus políticos, dejan hacer, dejan pasar: no ver, no oír, no escuchar.

Hoy la Audiencia Nacional ha decidido que el que haya calles dedicadas a etarras no es delito: se pueden mantener. Tal vez sea porque no hay una ley hecha ad hoc, o sea: aposta, para ello. Mientras, tras una planificada campaña de la autoproclamada izquierda, salió la Ley de la -autodenominada- Memoria Histórica.
En su artículo 15 dice:
1. Las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura. Entre estas medidas podrá incluirse la retirada de subvenciones o ayudas públicas.

Porque, para esa autodenominada izquierda, hay temas fundamentales de justicia histórica.
Y otros un poco menos.

Y como siempre con admiración hacia un grupo, pequeño seamos sinceros, de heroicas personas en el País Vasco.

lunes, julio 07, 2008

RAZÓN INSTRUMENTAL

Podríamos definir la Razón Instrumental como una modalidad del pensamiento que prioriza la utilidad de las acciones y el uso de objetos de acuerdo a un proceso de medio-fin. Es decir: que hay cosas que se utilizan como medio para conseguir un fin, una meta, y que lo importante es esa meta sobre el medio interpuesto. La cuestión de la razón instrumental es pues un pensamiento pragmático en el cual lo fundamental es el criterio de utilidad: lo importante de algo es para qué sirve. Así, por ejemplo, si yo quiero clavar clavos utilizaré de acuerdo a la razón instrumental un medio, el martillo, para conseguir un fin que es lograr un objetivo. Pero si ahora no quiero clavar clavos el martillo será inútil. Si quiero comer sopa, el fin, utilizaré la cuchara, el medio. Pero no me servirá para comer filetes y la desecharé cuando ocurra esto. Así, la razón instrumental se une a la técnica y podríamos decir es su razón, y por ello, es también razón humana y resultaría ingenuo, y reaccionario, denigrarla como un modo de razonar menor. No lo es en absoluto y en ella hay también progreso y emancipación como lo hay en la propia técnica.

Sin embargo, la razón instrumental, como tal modo de razonar, posee, como todo, peligro. En este caso, el peligro fundamental es doble: por un lado, la razón instrumental objetiviza las realidades con las que trata independientemente de su categoría real: las convierte siempre en objetos, en instrumentos para algo. Por ejemplo, me daría igual, de acuerda a la idea de utilidad, estar en mi oficina bancaria ante un cajero humano o uno automático si lo que busco es sacar dinero: y tendría razón de acuerdo a la finalidad allí buscada. La razón instrumental todo lo objetiviza y esa es su fuerza en la utilidad pero su, primer, peligro en el discurso social pues así el cajero automático y el humano se igualan ya no sólo en su función laboral concreta sino en su realidad social: su medida social y real exclusiva es su rentabilidad económica. En segundo lugar, la razón instrumental es una razón ya caída en la falacia naturalista: en ella se identifica el ser con el deber ser. O diciéndolo de otro modo más comprensible, y tal vez por ello más cierto, la razón instrumental tiene una limitación conceptual grave: la aceptación acrítica de la realidad tal cual es. Efectivamente, la razón instrumental da por sentado el concepto de totalidad actual como algo ya definitivo y sin posibilidad de juicio y por ello lo que es útil o provechoso no viene sólo de la autonomía de los individuos y su proyecto o de la propia racionalidad sino, a su vez, de las condiciones que ha impuesto esa misma realidad a los seres humanos. Es decir: los intereses de los individuos no son sólo de tales individuos, esa tontería del yo hago lo que quiero, sino que están lógicamente mediados y casi siempre dominados por la propia realidad social en la que viven. Sin ir más lejos, si mis alumnos dudan entre estudiar ciencias o humanidades, lo cual, por cierto es una dicotomía falsa pues la ciencia es humanidades, acabarán, si siguen la razón instrumental, estudiando ciencias pues es lo útil. Pero, ¿lo útil para qué? Pues lo útil para el sistema económico que lo ha decidido así al identificar ciencia con tecnología productiva y al identificar esta con rentabilidad económica. Así, en la razón instrumental el sujeto pierde su autonomía y por ello al emplearla debemos limitarla solo a ciertos aspectos de la realidad y supeditada a fines racionales no instrumentales (en el caso de los alumnos, por ejemplo, qué deseo realmente hacer y qué seria lo justo o lo bueno). No se trata de hacer a la razón instrumental, por tanto, una crítica ontológica total y por ello reaccionaria, como la que hace Heidegger, sino una crítica de acuerdo a finalidades de emancipación humana: la razón instrumental no puede generar discursos emancipatorios en política. Su uso debe, pues, ser moderado.

¿Pero a qué viene todo este rollo? ¿Recuperando apuntes para el próximo curso? ¿Demostrando otra vez, y cuántas van, lo listo que nos creemos? No, sino a un tema muy interesante: la inmigración. Si ustedes recuerdan los argumentos a favor de la llegada masiva de inmigrantes durante los últimos años se dividieron en dos bloques: la necesidad de la economía española de mano de obra y el superávit de la Seguridad Social con su filiación. Así, la idea clave era que los inmigrantes eran necesarios como útiles de desarrollo económico. Efectivamente, en una economía básicamente planificada de acuerdo a dos sectores productivos sin necesidad de cualificación en sus empleos mayoritarios, los servicios y la construcción, la llegada masiva de mano de obra barata fue una bendición para la productividad. Y fue cierto que resultaron útiles: puras mercancías. E incluso los más progres se volvieron multiculturales y alabaron los grandes desarrollos culturales que la inmigración traía –ya se sabe que es lo bueno de la gente que tiene que emigrar: suelen ser los sectores más cultos de la sociedad-. Y así el pensamiento realizó una auténtica demostración de razón instrumental: era interesante, era útil, que hubiera inmigrantes.

Pero, ¿y ahora? Ahora hay crisis, bueno: desaceleración, y los inmigrantes sobran. Y de acuerdo a la razón instrumental habría que, lógicamente, expulsarles. De hecho, y es coherente, los mismos que nos explicaron sus ventajas ahora les piden que se vayan a su …. país. Es razón instrumental y quienes ahora se escandalizan solo demuestran su incoherencia: si era bueno que estuvieran porque era útil, cuando son inútiles es lógico que se les quite. Es lo que tienen los instrumentos. Aunque siempre hay esperanzas para ellos. Así, la crítica parcial y de gestión al capitalismo demuestra su obsolescencia: no sirve para enfrentarse a su realidad. Y es que ya lo decía Marx: ser radical es atacar los problemas por su raíz (y añado yo: y no ser un folclórico).

Y, ya por último, -¿ha llegado hasta aquí?-, aunque no me puedo preparar todas las clases del año que viene porque todavía no sé lo que voy a dar –de eso hablaremos otro día- seguro daré 1º de bachillerato. Y hay nuevo currículo con la LOE. Y de Filosofía han quitado Metafísica- ¿fundamento último?, a quién le interesará eso- y le han puesto nuevo nombre: Filosofía y Ciudadanía. Pero está claro que esto –seguro, seguro, seguro- no tiene nada que ver con lo anterior. Así que ni sé en realidad para qué lo pongo.

viernes, julio 04, 2008

MALA PERSONA

Yo, personalmente, no soy buena persona. No recuerdo, ahora que lo pienso, haberlo sido nunca. Por lo tanto la solidaridad humana siempre me ha sido un poco ajena. Mi carácter empático, así sin más, está bajo mínimos.

Ayer, el ejército colombiano liberó, esa es la palabra, a la Sra. Betancourt de manos de unos delincuentes, esa es también la palabra. Estos delincuentes, sin embargo, prefieren definirse como guerrilla como si el hecho de ser guerrilla ya les diera la razón. Pero uno, que no tiene esa capacidad de empatizar y al que doscientas imágenes de los profundos ojos del Che le traen al fresco, le da igual. Son delincuentes. Y por lo tanto, entre un gobierno con el que uno no está de acuerdo, y al que considera también culpable de las pésimas condiciones sociales de la población colombiana, y una gentuza sin paliativos uno debe escoger en este caso al primero. Así que se alegra por la Sra. Betancourt y el resto de secuestrados que han sido liberados por la acción policial.

Sin embargo, la –autoproclamada- izquierda radical y antisistema española -por cierto: ¿se han fijado que en la página de la chachiguayymuydeizquierdas la haine todos los países tiene nombre menos España?-, ya ha mostrado su perspicacia habitual. Y uno se los imagina, pero no a todos pues hay que ser justos, entre cañas de cerveza discutiendo lo expuesto en sus artículos. Y confesándose luego a sí mismos que mientras siga la injusticia nunca podrán dormir tranquilos para, después, irse a descansar. Y tal vez con la risa floja de algún porro. Porque son muy, pero que muy radicales.

Este mismo año, tras suspender a un alumno, de forma totalmente justa, en un curso de bachillerato una profesora reconocía el día siguiente, a todo aquel que la quisiera escuchar, que ante el drama no había podido pegar ojo en toda la noche. Buena persona.

Pero al enterarme de dichas palabras yo añadí que como se enterara de que había niños que morían cada día de hambre no iba a poder dormir el resto de su vida. Así que mejor ocultárselo. Y propuse un pacto de silencio.
No ver, no oir y, sobre todo, no pensar.

martes, julio 01, 2008

PREPARANDO EL CURSO QUE VIENE/1: EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA

Yo, aparte de ser un tío fundamentalmente progresista, soy un pringado. Así que me preparo mis clases del curso que viene en verano. Y resulta que este año han cambiado el currriculo, o sea, lo que hay que dar, y claro estoy preocupado. La cosa en Filosofía cambia poco en bachillerato: solo eliminan la metafísica porque como cualquier persona culta sabe que eso nunca fue importante en la historia de la filosofía. E ideología obliga. Así que a cambio me meten -entre autoproclamada izquierda y real derecha, que nadie olvide quien hace el currículo en Madrid- mucha cosa de esas concretas: política sin fundamento. Ya se sabe: gestión.

Pero yo soy un tío fundamentalmente progresista, aparte de un pringado. Y amparándome en el propio currículo, y por supuesto de forma legal, pienso dar metafísica. Aunque, como soy un tío fundamentalmente progresista, aparte de un pringado, será desde una perspectiva crítica y profundamente (autoproclamada) izquierdista: ya he puesto en mis apuntes el ente y –sí- la enta. Porque cuando yo me pongo progresista… (y no les digo cuando me pongo pringado…)

Pero lo de hoy no iba de eso de que desaparezca la metafísica. Que va. Lo de hoy iba porque el próximo año igual soy yo quien tiene que dar Educación para la Ciudadanía. Aunque en desacuerdo. Porque yo, que soy un tío progresista además que un pringado, propuse que mis compañeros que habían votado a los partidos que la apoyaban, aquí en Madrid PSOE e IU, la dieran. Pero creo que son solo progresistas. Así que igual, nunca es seguro, la doy solo yo que además soy un pringado.

Y por ello, y basándome en las propias declaraciones de sus más fervientes defensores, como progresista y pringado me he puesto a desarrollar la programación. Y como la clave de todo es que los alumnos conozcan la constitución pues yo, que ya les digo que soy progresista y pringado, me he puesto a analizarla pedagógicamente.
Y me salen estos bloques.

1.- Mi país: España como unidad indivisible –art. 2-
2.- Mi lengua: el castellano como lengua oficial y cuyo deber es conocerla –art. 3-
3.- Mi bandera: la bandera de España: roja y gualda –art. 4-
4.- Mi rey: España como monarquía parlamentaria –art. 1-
5.- Mi ejército: servidores de la patria –art. 8-

Para una hora a la semana creo que es suficiente.

Y ya me veo dando clase en Barcelona o en San Sebastián donde en el gobierno hay partidos de (autoproclamada) izquierda: qué gritos de satisfacción progresistas.
Ya me veo incluso en cualquier otra parte de España –perdón, estado español- izando la bandera sin partido de fútbol y siendo esperado a la salida por los votantes del PSOE o de IU. O los alternativos. Aplausos unánimes.
Ya me veo felicitado por esos partidos.
Ya me veo apareciendo en los blogs progres.
Ya me veo…