jueves, abril 30, 2020

EN RADIOCASARES CON RADIOSOFÍA/17: ¿EXISTE LA REALIDAD?

Resulta que mi ordenador no quería trabajar más, pero al final le obligué: como la vida misma, en fin. No hay nada para que un ordenador se desarrolle como tal que obligarle a trabajar. Y ya estamos aquí.
En fin, que eso: ¿Existe la Realidad?
Y como tras verlo no podrán dejar de preguntarse, pues aquí está la solución:
¿EXISTE LA REALIDAD?/y 2: ARGUMENTOS A FAVOR


jueves, abril 23, 2020

TAREA PARA CASA

Lea este breve texto aquí vinculado en la imagen


y tras las pistas que se le dan a continuación conteste a las siguientes preguntas

DATOS:
Número de veces que aparece cada palabra
Docente-Profesor: 15
Presupuesto: 1
Recursos: 2
Ratio: 0
Horas lectivas: 0
Privado: 4 (siempre al lado público)
Público: 4 (y siempre al lado privado)

PREGUNTAS:
¿Quiénes son los máximos culpables de todo?
¿Quiénes tienen que cambiar en septiembre?
¿Quién no va a invertir más en educación?
¿Quién se va a quedar con el negocio?

martes, abril 21, 2020

ALCIBÍADES, UN PERRO, UNOS NIÑOS Y LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Me imagino que conocen ustedes la historia ya antigua de Alcibíades y su perro. Cuenta la tradición que había rumores en la Atenas clásica (s. V a.C.) sobre la corrupción del gobierno de este mandatario. Y así, Alcibíades, para acallar las críticas y hacer que todo el mundo hablara de otra cosa, le cortó la cola a su hermoso y admirado perro. E inmediatamente, ese tema y no otro fue la comidilla, ¿por qué le había cortado la cola?,  olvidando el anterior.

Se había abierto una polémica, muy interesante por su contenido y muy importante que se aclarara realmente, sobre el interés, o no, del gobierno en recortar la libertad de expresión. Citamos palabras textuales: se trataba de perseguir la desafección a instituciones del gobierno. Se trataba en definitiva de comprobar si este gobierno no sólo no iba a derogar la ley mordaza, que la derecha creó y usó para coartar nuestras libertades, sino si además la iba a ampliar aún más.  Era un debate crucial. Porque la ley mordaza, que había y que se piensa ampliar, no es para ahora, sino para precarizar aún más nuestros derechos cuando se acabe la epidemia y empiece la normalidad.

El debate estaba ahí. Y no era un debate de la derecha, no se engañen porque estaba encantada con la supresión de la libertad como demostró durante su gobierno, sino de la izquierda frente al gobierno. Y había que decidirse en estar a favor de la libertad –nota: se lo aclaro, de la izquierda auténtica-  o en contra. Así que, decidió el gobierno que había que volver a cortarle el rabo al perro.

Hoy salía la noticia de que los niños podían salir a pasear. Se había anunciado y de pronto salía, sin esperar a nada. Curiosidad uno.
 Y al principio se limitaba la condición de dichos paseos a ciertos lugares. Todo era absurdo ¿Alguien podía creer la noticia? ¿Al supermercado? Curiosidad dos.
Y ya luego, al cabo de cuatro horas, apenas cuatro horas, el gobierno rectificaba sobre el tema. Curiosidad tres.

Imaginen que le cortan el rabo a un perro. La que se arma. Este gobierno no sería de la autoproclamada izquierda ¡Qué especismo miserable! Así que Alcibíades le cortó la cola al perro y el gobierno rectifica sobre los pobres niños. Ya se sabe que perros y niños siempre han ido muy juntos en las representaciones de ficción.

Se preparan tiempos duros. El ajuste de la oligarquía occidental que nosotros hemos llamado Proceso de Precarización va a dar una vuelta más. El gobierno español, y por supuesto la derecha encantada con ello, pone su granito de arena en censurar la libertad de expresión. Se trata de extender la ley mordaza.  Mientras tanto, discutamos si los niños pueden salir a pasear o no. Mañana, el telediario volverá a empezar con un montón de niños repelentes, y de clase alta, explicándonos algo muy tierno sin comprender, y es que son niños, a qué mundo se acercan después de tanta mutilación. De la suya y de la del pobre perro, siempre tan presente en toda la historia de la humanidad.

jueves, abril 16, 2020

UNAS NOTAS RÁPIDAS SOBRE LA EDUCACIÓN Y LA EPIDEMIA. ANTE EL ACUERDO MINISTERIO Y AUTONOMÍAS

Resulta que ayer se reunió la Conferencia Sectorial de Educación (formada por el Ministerio y las Autonomías). Y resulta que en su afán por hacer el paripé -nota: obsérvese mi lenguaje anticuado- sacó un texto que ustedes pueden ver AQUÍ.
Bueno, pues con la urgencia que merece el tema, pongo aquí unas notas sobre el texto. Tiene tres partes.
La primera, analiza la parte general del texto.
La segunda, analiza la parte dedicada a Secundaria en ese mismo texto.
La tercera, hace un análisis general de lo aprobado ayer por el Ministerio y las Autonomías.

 1.- ANÁLISIS DEL TEXTO 

(Se analiza la parte general del texto)

PUNTO 1

En primer lugar, se echa de menos un apartado concreto donde se explicite que la Administración educativa se va a preocupar de cuidar a los docentes, sobre todo teniendo en cuenta que en el segundo guion se señala de forma ridícula que los docentes acabarán cuidando a los docentes (la parte contratante de la primera parte y la parte contratante de la segunda parte).

PUNTO 3

En el segundo punto se señala que los centros educativos identificarán al alumnado desconectado o no localizable y prepararán planes específicos de recuperación ¿Y cómo pueden hacerlo los centros educativos, es decir los profesores? ¿Van casita a casita, cual ratoncito Pérez, para preguntar? Debería decirse que serán las administraciones las responsables de identificar esta situación y, para ello, se ayudarán de los servicios sociales. Sin embargo, y esto es interesante, se carga todo el problema a los centros educativos.
De esta forma, hay una constante en el texto de unir administraciones y centros educativos en el mismo nivel de responsabilidad. Así, por ejemplo, se hace en el tema de la puesta a disposición de los estudiantes de los recursos tecnológicos, lo cual es absurdo para los centros educativos que lógicamente no pueden hacer ni eso ni varias de las cosas que allí se presentan. Da la sensación de que la Administración se está librando de su responsabilidad echándosela a los centros y, con ello, a los profesores. Efectivamente, frente a esta actitud cobarde, la Administración debería comprometerse a medidas concretas en relación tanto al alumnado como a los centros y no esconderse detrás de los centros.

PUNTO 4

Este punto constituye un ejemplo claro de cómo a menudo se analiza la situación y se proponen medidas desde un lugar ajeno, o muy lejano, de la realidad educativa. O dicho de otro modo, desde gente que hace muchos, muchos, muchos años no ha pisado un aula o un centro educativo. Esto se percibe especialmente cuando se señala, por ejemplo, que los centros educativos y el profesorado diseñarán actividades globalizadoras interdisciplinares, de modo absolutamente general. Aparte de que no sé muy bien qué serán las actividades globalizadoras interdisciplinares, imagino que algo superguai eso sí,  resulta e la actualidad imposible de cumplir.

PUNTO 5

El punto 5 roza el ridículo legal cuando señala que los centros educativos y el profesorado utilizarán diversas modalidades de evaluación, incluidas la autoevaluación y la coevaluación y combinarán la información cualitativa y cuantitativa dentro del marco general que establezcan las Administraciones educativas. Además, contradice de plano lo que se ha asegurado en rueda de prensa acerca de no aumentar la burocracia.
En este mismo punto, por último, en el renglón sexto, se dice que la promoción de cursos será la norma general en todas las etapas, considerándose la repetición de curso una medida muy especial. Esta recomendación debe leerse como o un desconocimiento de la realidad o un claro desprecio al profesorado, puesto que da por hecho que la repetición de curso es hasta ahora la medida habitual. Se añade, para colmo, que la repetición deberá estar sólidamente argumentada, dando por hecho que los alumnos han repetido curso antes de esta medida sin estar argumentado: tirábamos los exámenes al aire y si caía boca abajo pues ese suspendía. En fin, y esta gente se encarga de la educación.
Otro tema muy grave aquí sería el de la titulación. Se dice que debe ser la práctica general. Es como si -volviendo a lo de antes- la práctica habitual hasta ahora fuera la repetición. No hay ningún tipo de estadística que permita defender que la práctica general hasta ahora no haya sido la titulación. Y no por un aprobado general encubierto, sino por el trabajo de los alumnos y los profesores.

2.- ANÁLISIS DE LOS ACUERDOS ESPECÍFICOS EN EL TEXTO  

(Solamente se valora lo que concierne a Secundaria)

PUNTO 2

Se dice en el punto 2: no obstante se priorizará la evaluación atendiendo a su carácter continuo formativo e integrador a partir de las evaluaciones anteriores y las actividades desarrolladas durante este periodo siempre que ello favorezca al alumno o alumna. La afirmación no es fácilmente comprensible y solo se entiende si presuponemos que su mensaje principal es el de la búsqueda de un aprobado general; porque en el caso de que la evaluación no favorezca al alumno, ¿cómo se le evalúa? Pues aplicando el principio general ya marcado en el punto 5, de modo que aprueba. Aquí aprueba todo el mundo y ya está.
En Bachillerato, en el punto correspondiente al mismo, se añade otra vez que se tendrán en cuenta las evaluaciones anteriores siempre que favorezcan al alumno o alumna. Si no le favorecen, pues no sabemos muy bien que nota hay que poner. Bueno, sí, aprueba también. Que no decaiga.

3.- RESUMEN Y ANÁLISIS GENERAL DE LO APROBADO

Además de todo lo analizado específicamente, se puede hacer una valoración general del espíritu del documento y sus líneas generales de argumentación.
No es fácil desechar la idea de que todo el texto no es más que una excusa para legitimar y facilitar un “aprobado general administrativo”.  

PRIMERO

 La Administración está realizando en la práctica una dejación de funciones permanente, en tanto en cuanto se señala -especialmente en el punto 1 del documento- la misma responsabilidad para los centros educativos y el profesorado que para la Administración general.

SEGUNDO

El documento parte de una realidad educativa absolutamente inexistente e ideal: la adaptación personal de la evaluación, que es realmente imposible de cumplir por los recortes que todas las administraciones, y pone todas aposta, han realizado en los últimos años y por la sobrecarga de trabajo burocrático, el excesivo número de horas lectivas y las ratios abusivas en las aulas que sufre el sistema educativo. Resulta, por todo ello, imposible esa fijación permanente en la adaptación individualizada a cada uno de los alumnos, tanto este curso como el que viene, con la situación actual que existe en los centros públicos. Culpa de ello es el escaso presupuesto educativo que sistemáticamente España ha dedicado a la escuela pública.
Culpables de ello son las mismas administraciones reunidas aquí que ahora se lo exigen al profesorado. 

TERCERO

Cuando se habla del curso siguiente, en ningún momento se señala ninguna acción concreta real y material para la “maravillosa” atención a la diversidad que presuntamente va a poder aplicarse: en ningún caso se habla, por ejemplo, de reducción de la ratio, de contratación de más profesores o de reducir el horario lectivo del profesorado para que pueda atender individualmente y de forma clara cada uno de los alumnos. Todo se hará porque lo dicen los consejeros y la ministra. Y además, porque lo pondrá en la ley. La diferencia, también permanente, entre la educación del burócrata y la real.

CUARTO

Las medidas concretas, y todo el texto en general, lo que esconden en realidad es la idea de un aprobado general, señalando claramente que únicamente en el caso de suspenso y repetición habrá que argumentar claramente dicha nota. Es decir, si el profesor aprueba nadie te pedirá explicaciones, pero si suspendes, uy, uy, uy... Este aprobado general, además, parece más una medida para quitarse el problema de encima que una cuestión pedagógica. Mejorará. eso sí sin duda, las estadísticas de la enseñanza burocratizada.

QUINTO

Por último, y como conclusión, las medidas de futuro resultan ridículas en cuanto que se habla exclusivamente de la adaptación de los currículos y no de ninguna medida económica y educativa concreta en cuanto a la reducción de la carga burocrática del profesorado, su carga lectiva extrema o de la reducción de las ratios y de las condiciones de dar la clase. Es un canto al sol, en el cual a través de la ley y los reglamentos se pretende arreglar una situación real y material. Se trata, en definitiva, de una nueva traición al sistema educativo público de calidad.

miércoles, abril 08, 2020

Y AHORA EN RADIOCASARES CON RADIOSOFÍA/16: MÁS EPIDEMIA Y MÁS PENSAMIENTO CRÍTICO FRENTE A LOS BULOS

De nuevo en #RadioSofía, en Radio Municipal de Casares, explicando cómo el pensamiento crítico no es solo argumentar, sino también saber purgar y juzgar la verdad o no de una noticia. Frente a los bulos, ya saben, "sapere aude".
Lo sé, salgo guapo.
#EPMesaLaVozIlustrada



lunes, abril 06, 2020

EPIDEMIA Y CAPITALISMO/2: LAS CONSECUENCIAS DE LA EPIDEMIA

Como todos los grandes filósofos de nuestra época están opinando del coronavirus y diciendo bobadas, no podía yo faltar a esta cita para hacer lo mismo que las mayores cabezas pensantes. Así pues, heme aquí por segunda vez.

En el artículo anterior veíamos como la epidemia actual no iba a generar ninguna crisis del Capitalismo, sino que podría ser asumida perfectamente por el sistema. En este artículo, vamos a analizar los posibles cambios que generará esta crisis en el modelo social. Y para comenzar este problema –nota: obsérvese mi afán pedagógico- resulta necesario entender primero la relación que existe dentro del Nuevo Capitalismo entre el sistema económico y productivo y el modelo social.


Los sistemas productivos anteriores al Nuevo Capitalismo necesitaban un modelo social determinado. Era así porque se basaban fundamentalmente en la fuerza de trabajo humana. Por ello, necesitaban obligar a trabajar en determinadas condiciones de explotación y para esto la dominación social de unos individuos sobre otros. El resultado era una sociedad con una subyugación política y social y una desigualdad absoluta.

Sin embargo, en el Capitalismo actual, como ya analizamos en el artículo anterior, todo cambia. La figura clave es la producción incesante de mercancías, que surge tanto en el proceso productivo como en el proceso de consumo: la vida en su totalidad es producción de mercancías. Así, en cada momento de nuestra vida generamos mercancías y, con ello, beneficio capitalista. De esta forma, el Capitalismo se libera de la necesidad de un modelo social represivo pues la gente en su vida no reprimida también produce beneficio. Y una mercancía, ya sea en una sociedad represiva o en una sociedad no represiva  o ya la haga él, ella o elle, tendrá el mismo valor como tal mercancía. Como consecuencia, el Nuevo Capitalismo admite desde sociedades dictatoriales y represivas puras, como China, hasta sociedades democráticas y con mucha diversidad. El modelo social se desmarca del sistema productivo, siendo posible distintos modelos sociales, pues lo que importa es la producción incesante de mercancías en toda la vida humana, y no la dominación de la fuerza de trabajo como productor único. El totalitarismo capitalista, paradoja, puede convivir con la política democrática o la sociedad de la diversidad.

Pero por supuesto, esto tampoco nos debe llevar al engaño de que el Capitalismo necesite de una sociedad democrática. De hecho, en Europa desde comienzos del siglo XXI se ha reforzado, con eso que se llamó crisis económica y que acabó en un reajuste de la oligarquía en la distribución de la riqueza, un proceso de precarización.  Y es importante volver a él para analizar las posibles consecuencias de la epidemia.
Como ya hemos hablado aquí repetidas veces, el proceso de precarización consiste en la pérdida acaecida de derechos políticos, sociales y económicos de la clase trabajadora en beneficio del mayor dominio político y social de la oligarquía: es eso que se llama neoliberalismo. Este proceso es posible por el propio desarrollo del Capitalismo pero, y esto es muy importante, no es una necesidad del mismo. Es decir, en el Capitalismo actual podría haber una sociedad con mayores derechos sociales, políticos y económicos sin que esto perturbara al sistema. Diciéndolo claro: el Nuevo Capitalismo como sistema totalitario no necesita ni del control social represivo ni de la desigualdad.

¿Por qué se ha desarrollado entonces el proceso de precarización?
Como ya sabemos, el Capitalismo actual es producción de mercancías, ya no solo en el trabajo sino también, y fundamentalmente, en el consumo. Hasta finales del siglo XX, el problema residía en que si bien la producción laboral capitalista se podría distribuir por distintas partes del globo, sin embargo, debido al escaso desarrollo económico y la situación de sobreexplotación de la clase trabajadora de los países no occidentales, el consumo, la gran generación de mercancías y con ellas de beneficio económico,  solo se podía producir en el mundo occidental por el nivel económico de sus habitantes. Así, el Capitalismo necesitaba ese nivel de vida de la inmensa mayoría de la población occidental, y con ella de su clase trabajadora, para su desarrollo.

Sin embargo, esto se rompe a partir de la globalización, con los países emergentes y los BRIC (Brasil, Rusia, India y, especialmente, China), donde empieza a surgir una clase social trabajadora con posibilidad creciente de consumo. Esto expande el desarrollo capitalista, pues con la globalización se consiguen dos objetivos: primero, expandirse geográficamente a nivel universal como producción y mercado (un clásico, por cierto, del Capitalismo); y segundo, ampliar la producción de mercancías en el consumo, convertir toda la vida humana en producción capitalista, con la incorporación de nueva población.  De esta forma, aparecen millones de nuevos consumidores, millones de nuevas vidas explotadas en su totalidad, que, por baja que sea su capacidad de consumir, pueden suplir el resultado global de consumo de la clase trabajadora occidental.

Y aquí aparece el proceso de precarización. La oligarquía económica y sociopolítica comprende que ya no necesita mantener la capacidad de consumo de la clase trabajadora, pues es sustituible por los consumidores de los países emergentes, y se la puede precarizar. Y para ello, a su vez, es necesario una precarización social y política, quitándole armas de defensa. Pero se trata, y esto es muy importante señalar, no de un proceso necesario del Capitalismo sino de una acción deliberada y ocasional elaborada por la propia oligarquía, que se ha aprovechado de la globalización capitalista para sus intereses. Es un impulso de rapiña, y no una realidad estructural del Capitalismo, lo que lleva a cabo este proceso.

Y aquí es donde por fin entra la epidemia. La epidemia y el gasto que ella conlleve, en cuanto a recursos públicos, va a ser sin duda utilizada como motivo por esta oligarquía para aumentar este proceso de precarización y consolidarlo definitivamente. La excusa del gasto público, durante y después de la epidemia, se va a presentar como la causa perfecta para volver a reducir los derechos económicos, y para hacerlo mejor también los políticos y sociales, de la clase trabajadora en beneficio de la oligarquía. Se hará bajo el discurso de la necesidad social, económica e incluso patriótica.

¿Y cómo se hará? Aumentando el poder, como ya se hizo también durante la crisis, de aquellas instituciones internacionales que, sin ser elegidas por nadie y por tanto no representativas, sin embargo dirigen ya de facto la política económica mundial. Y ese será el triunfo definitivo de este proceso de precarización y la consecuencia final de la epidemia. El problema más grave no es solo lo concreto, perder tal o cual derecho, sino la traslación del poder de decisión político hacia estructuras cada vez más alejadas de todo ámbito representativo. Será el final, en definitiva, de la democracia, ya solo limitada a un festival electoral, y el surgimiento no de una tecnocracia de los expertos, como se pretende presentar, sino de una servidumbre de la oligarquía. Y esto ocurrirá también, como ya ocurrió en la crisis, en Europa.

Lo principal, por tanto, no es ni el confinamiento ni el presunto estado policial y de control social, que no hará falta en ningún momento como no lo ha hecho falta durante la crisis, sino el definitivo empoderamiento –nota: obsérvese la fina ironía- de las instituciones políticas sin representatividad democrática.

Así pues, toda la importancia radical de la epidemia no va a estar durante la epidemia, sino en el periodo posterior de la epidemia. De aquí no va a salir una sociedad más solidaria y más justa, cómo piensa la filosofía cursi, y tampoco va a salir un estado policial de control sociopolítico y represivo de los cuerpos, cómo piensa la trasnochada descendencia de Foucault. Lo que va a salir es lo de siempre: un aprovechamiento por parte de la oligarquía de todo este proceso para aumentar su poder de rapiña.

¿Y es posible combatir esto? Sí, sin duda ¿Y cómo combatirlo? Eso ya otro día.