0.- Para ver una explicación más concreta sobre el problema de la propiedad intelectual ver esto.
1.- La globalización como proceso novedoso del Capitalismo no debe entenderse como una conquista exterior, eso está ya en los orígenes del sistema a través del colonialismo, sino fundamentalmente como una conquista del interior, de la vida diaria de los individuos. Es cierto que esa conquista exterior, de la metrópoli a la periferia, tiene ahora un componente nuevo pues no solo implica la búsqueda y adquisición de materias primas sino también la creación de mercados -y por eso la servidumbre occidental ante la dictadura china, por ejemplo- . Sin embargo, lo realmente nuevo es como la vida individual se ha convertido, en cada instante, en creación de beneficio capitalista. Esa es la globalización capitalista auténtica.
2.- Esta vida como productor permanente de beneficio es la constante existencial - déjense de filosofías baratas- del sujeto actual y es la clave del desarrollo novedoso del capitalismo -nota: por supuesto que esto no se entienda como una defensa de la estúpida vida de épocas pasadas cuyo único objetivo era la defensa de la ociosidad de las élites-. Así, el análisis radical del capitalismo ya no puede hacerse desde perspectivas de lucha de clases o explotación en el trabajo sino desde la crítica y análisis de la vida en sí misma como mercancía.
3.- Sin embargo, esto no nubla los aspectos concretos y su comentario, sino que arroja sobre ellos una nueva luz.
4.- El primer punto falso de todo el problema de la propiedad intelectual en internet es presentarla como algo en peligro: nadie lo ha puesto en duda. La propiedad intelectual, es decir que la obra pertenece en su integridad a su autor y no puede plagiarse, está claro. Nadie, confiamos, quiere plagiar Torrente. Por tanto, la propiedad privada del autor no parece correr peligro. Si lo que realmente desea un autor es tener público parece claro que la época del libre tránsito por internet de las obras es la época dorada.
5.- La creación, y los creadores no parecen correr peligro. Es más, al eliminar la figura del intermediario entre obra y espectador, lo que ha logrado internet es posibilitar la utopía de un mundo donde quien quiera puede hacer pública su obra -de hecho si alguien me lee es lo que yo estoy haciendo ahora-. Es decir, una extensión extraordinaria de la cultura como creación. Y algo sin precedentes en la historia. Desde la extensión creativa: gracias internet.
6- No se trata por tanto, no es eso, cuando se critican las descargas de una lucha por la cultura y los creadores. Hay más creadores que nunca y como tales nos va bien. Ni en mis mejores sueños pensé tener este medio a mi alcance. Pero, yo no cobro. Y creador soy, otra cosa es lo de la cultura.
7.- De lo que se trata es de la mercancía cultura, desde que esta tiene un acceso masivo al mercado gracias a la industria. Es decir, lo que está ahora en juego es que la moderna tecnología ha permitido el tránsito directo de las mercancías de esta industria de la cultura a la gente sin necesidad de pagar por ello. Y esto resulta un problema. Jugando con una mercancía de esa misma industria, el deseo de que llueva café en el campo se ha cumplido y de pronto los artistas asalariados se han dado cuenta de que ellos estaban con la malvada multinacional y no con los aguerridos agricultores –por jugar con la falsa dicotomía-. Como en los cuentos de terror se despertaron con el espanto del deseo cumplido.
8.- La máxima extensión cultural posible ha chocado con el interés económico de una industria concreta. Y los autores asalariados de mercancías de la industria cultural se han posicionado con el conglomerado industrial. Viven de ella y puede ser un interés legítimo. Pero nada que ver con el arte, la cultura y la creación.
9.- Y también es ingenuo mantener que los usuarios de descargas lo hagan por un afán revolucionario. Lo hacen para ahorrar dinero.
10.- El arreglo hubiera sido fácil. Al fin y al cabo era solo un asunto económico para las dos partes. Sin embargo, la industria cultural quiere mantener un status que ya no puede de acuerdo al avance tecnológico. Tampoco hay que culparla. Ahí está el carbón como ejemplo.
y 11.- ¿Pero sólo un tratado entre partes? ¿Sólo este problema? Volvamos a 1. Y a 2. Internet forma parte ya, y lo hará aún más, de la vida cotidiana. Vida es producción. Internet, por tanto, no puede estar ajena a ello. Nada es gratis. Y la cultura -¿cultura?- menos. Es el desarrollo del capitalismo.