Y como siempre en Radio Municipal de Casares, en #RadioSofía
#EPMesaComeJamón
"Ilustración es la salida del hombre de su culpable minoría de edad."
¿Quién de nosotros no tiene una vida interior muy grande? ¿Y qué poeta no nos la cuenta una y otra vez? En esta sección mi alma se desnudará. Incluso he comprado una nueva para tenerla más grande. Porque, en el fondo, yo también quiero ser feliz.
En 1755 un terrible terremoto asoló la ciudad de Lisboa. Los muertos se contaron por decenas de miles y, ante este hecho, el librepensador Voltaire publicó un famoso poema señalando que frente a esos filósofos que defendían la armonía de la realidad, pensando probablemente en Leibniz y Pope, la propia naturaleza se nos presentaba como tozudamente ajena a las creencias de los individuos y cruel hacia ellos.
Muchas veces hemos defendido en este blog y es una de las claves de nuestro pensamiento -si es que a esto que hacemos se le puede llamar pensar- que el Nuevo Capitalismo es un sujeto absolutamente independiente a las voluntades humanas personales y peculiares. Creemos, efectivamente, que el Capitalismo ha llegado a un grado tal de progreso que, hoy en día, ya no existe una clase social o un grupo social dirigente que marque su devenir, sino que este se produce por el propio movimiento del sistema económico y de acuerdo a las reglas que él mismo ha llegado a generar. No se trata, por supuesto, de que defendamos una trascendencia y tampoco, una fatalidad del destino o un espíritu preestablecido en la historia, sino que postulamos una realidad objetiva e inmanente, que es además un hecho producido históricamente, que se desarrolla y expande de manera independiente a las acciones particulares de las personas o los gobiernos. Y con ese desarrollo histórico devenido, el propio sistema ha acabado gobernándose a sí mismo sin contar ya con las voluntades peculiares de los individuos.
Donald Trump es sin duda un personaje, y aquí cualquier acepción de esa palabra le cabría. Prácticamente recién elegido presidente de los Estados Unidos, ha decidido cambiar todas las reglas del juego económico que se han desarrollado dentro del Nuevo Capitalismo en los mercados internacionales desde, por lo menos, los años ochenta del pasado siglo. Y lo ha hecho de una forma particular y propia, sorprendiendo a todos, e imponiendo, al menos temporalmente y de momento, su voluntad frente al desarrollo del sistema económico. Se trata, por tanto y al menos aparente o provisionalmente, de una negación de nuestra tesis presentada en el anterior párrafo: Trump parece gobernar la realidad desde la peculiaridad e individualidad voluntaria del dirigente político y de su gobierno, superando al propio sistema económico al que es capaz de reconducir con su acción personal. Por ello, Trump se presentaría como el contramodelo de nuestra idea principal sobre que el Capitalismo es un sujeto autónomo independiente a las voluntades humanas. No es, por tanto, que defendamos un destino histórico en toda la historia de la humanidad que haya determinado el triunfo del Capitalismo, sino que el Nuevo Capitalismo, por su propio desarrollo histórico, ha llegado a ser un sujeto autónomo a las acciones humanas. Y el hecho de que Trump pretenda imponer su ley es una prueba de fuego de nuestra teoría.
Así pues, ha llegado el momento, por lo menos uno de los momentos, de comparar y confrontar nuestra tesis fundamental sobre el Capitalismo, que es un sujeto independiente, frente a la idea de la política concreta, y la voluntad humana, como directora del momento actual de la historia. Si nosotros tenemos razón, y el Nuevo Capitalismo es un sujeto económico autónomo de las voluntades de los individuos, la iniciativa arancelaria de Trump será frenada, de un modo u otro, en su intento de amputación del desarrollo del propio sistema. Y esto se hará en un período corto de tiempo que, como hipótesis, vamos a señalar como un año. Sin embargo, si nosotros estamos equivocados y la historia la siguen haciendo las voluntades individuales enfrentadas o coaligadas al desarrollo del Capitalismo, Trump podrá imponer sus aranceles y todo el Nuevo Capitalismo cambiará radicalmente marcándose un nuevo rumbo del desarrollo histórico.
Este artículo se presenta pues como inconcluso a la espera de la confirmación o de la refutación de nuestra hipótesis. O bien la peculiaridad individual de Trump triunfa y el Capitalismo empezará a comportarse de un modo radicalmente distinto a como lo ha hecho en los últimos cincuenta años o bien las medidas tomadas por Trump desaparecerán, ya sea abrupta o paulatinamente, en un periodo corto de tiempo y pasará a ser una anécdota más pero que al tiempo confirmarán nuestra teoría del Nuevo Capitalismo como sujeto autónomo. La filosofía materialista por tanto se contrasta con la realidad: no me digan que no es interesante.