jueves, septiembre 28, 2006

LA SUCESIÓN

El reciente embarazo de Doña Leticia Ortiz, por cierto: aquí a todo el mundo le llamamos de usted y con su don por delante, ha traído a las crónicas periodísticas el importantísimo tema de la sucesión a la corona -fundamental en el discurso de la Modernidad, y que yo, lo que soy yo, no me iba a ir a la cama así sin resolver porque la injusticia será una cosa, una siesta más o menos…, pero lo que es la sucesión a la corona de España…-
Bien, como todo el mundo sabe la actual sucesión en la monarquía española viene marcada por el sexo: primero, hay que tener un hijo; segundo, el varón tiene preferencia. Así que el sector feminista y progresista de los partidos políticos, siempre preocupados a su vez por problemas fundamentales como ya se vio cuando se llevó y ganó en el Congreso la igualdad de sexo en la sucesión de títulos nobiliarios, ha clamado ante dicho hecho claramente discriminatorio. Y ese mismo Congreso -a su vez siempre preocupado de problemas fundamentales y de sus propias condiciones laborales como demuestran los muchísimos plenos dedicados a los muertos por accidentes laborales en España (por ejemplo)- ha decidido buscar solución a problema tan peliagudo que, junto con la crisis de Raúl, la retirada de Jesulín, y algunos otros conflictos de interés general nos tiene a todos preocupados. Así que, y aquí juntamos nuestras manos y voces haciéndola una sola, ¡hay que superar la discriminación femenina!

Pero, todo el problema de la sucesión trae un nuevo conflicto. Porque si la sucesión se arregla de acuerdo al derecho de primogenitura, ¿no será discriminatorio para los que no somos primogénitos? Efectivamente, tan irracional, y por ello tan antidemocrático, es primar al primogénito como al varón pues una cosa u otra no se corresponde con algo controlable por el sujeto, sino con algo ajeno a él que se le impone. Y, por tanto, hemos pensado en ello. Y como siempre se nos acusa de meros críticos pero no de gente constructiva, alegra hoy con nuestro impasible ademán contribuir a un mundo mejor y más justo, libre de discriminaciones para disfrute de los hombres y mujeres de las clases privilegiadas.
Y desde aquí nos lanzamos a ellos.
Y proponemos un

CONCURSO OPOSICIÓN PARA ACCEDER AL PUESTO DE HEREDERO AL TRONO

Efectivamente, si hay algo democrático es ese espíritu que ahora nos llena de la igualdad de oportunidades. Pero como diría un político, ello no nos puede llevar a la pérdida de la responsabilidad. ¿Porque se imaginan ustedes de reinas de España a sus madres o de reyes de España a sus padres? Gente que, casi seguro, no han estudiado fuera de España, quizá ni han estudiado, gente que no habla cuatro idiomas, ni sabe pedir faisán en dichos cuatro lenguas y otras tres que ahora aprenden. E incluso gente, porque hay gente así, que no es capitán general y almirante de todos los ejércitos a la vez. Así que sí, por supuesto, una opción democrática pero con condiciones. Y dentro de nuestro espíritu de responsabilidad, que debe acompañar a todo político que se precie justo después de las elecciones, proponemos desde aquí las condiciones que deben regir ese concurso-oposición.

1.- Se debe establecer un concurso-oposición abierto a todos los españoles, si somos muy progresistas y de izquierdas se puede incluir a los inmigrantes, para seleccionar, de acuerdo a los criterios de publicidad, mérito e igualdad, no olvidar esto, al sucesor del sucesor, puede calentar en los pasillos de Palacio, de la corona de España.
2.- Dicho concurso-oposición tiene dos fases, y de ahí su nombre concursoguiónoposición. En la primero se baremarán los meritos de los candidatos, en la segunda, y mediante pruebas objetivas, se seleccionará a los mejores. Para que los méritos puedan ser tomados en cuenta se deberá aprobar la fase de examen.
3.- En la fase de concurso se establecerá un concurso de méritos. Dichos méritos guardarán relación con:
a) Vínculos familiares: si papi y mami son o han sido reyes de algún territorio, excepto reyes magos, puntuarán hasta 2 puntos. Si son o han sido nobles, excepto nobles de espíritus, un punto. Por ser ciudadanos, 0’5 puntos. Inmigrantes ilegales: 0 puntos.
b) Formación permanente: como no sería de recibo pretender premiar más a los varones que las hembras, la formación permanente para ser rey se considerará directamente proporcional al número de cursillos sobre el tema que se hayan recibido. Dichos cursos deberán constar de un certificado y ser impartidos por organismos previamente autorizados por Patrimonio Nacional. Igualmente, y para garantizar la igualdad de oportunidades, en los planes de estudio nacionales e incluso autonómicos se incluirá una nueva materia: educación para la monarquía.
c) Experiencia onomástica: por cada nombre de pila se dará un punto completo. Si el sujeto tiene un nombre relativo a otros nombres (tipo: de todos los santos) conseguirá un punto por cada nombre que aparezca en el santoral.

4.- En la fase de examen habrá dos pruebas con carácter eliminatorio.

Prueba A: consistente en una composición escrita sobre el tema “Mi Familia”. En ella el comité de selección puntuará la calidad literaria, el compromiso familiar, el grado de no discriminación en el vínculo familiar y, por supuesto, quién es su familia.
Prueba B: examen teórico consistente en la Monarquía Hispánica. Aquellos opositores que ya hayan contestado a esta pregunta en la prueba A quedarán exentos de hacer este examen siendo puntuados con la máxima nota.

Aquel opositor que haya alcanzado la nota más alta en la suma de la fase de concurso con la fase de pruebas será nombrado Heredero en Prácticas. Durante un año a partir de la fecha de su nombramiento deberá superar dicha fase de prácticas de acuerdo a las normas que se publicarán en su momento. Una vez superadas dicha fase de práctica será nombrado Heredero de Carrera con todos los efectos que marca la ley.

Creemos y lo decimos sinceramente, que con estas medidas solucionamos de manera no discriminatoria la sucesión a la corona y cumplimos con nuestra tarea de ayudar a España.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como siempre, un sentido del humor inigualable. Que bueno.