miércoles, enero 27, 2010

EDUCACIÓN Y SISTEMA PRODUCTIVO

La tasa de fracaso escolar es del 30%, en los cálculos más optimistas. Esto quiere decir que uno de cada tres alumnos de la Educación Secundaria Obligatoria la abandonan sin conseguir el título mínimo. El título de la ESO podría parecer así que resulta difícil, pero cualquiera podría darse cuenta de que es un título tan barato pedagógicamente hablando que un alumno en condiciones normales debería sacárselo sin problemas. Y ante esto cabe una pregunta: ¿cómo es posible que haya tanto alumnado que no lo consigue?

Pero también quiere decir algo más. Porque hay veces que las preguntas se contestan con la respuesta a otro pregunta. Es más, hay veces que una pregunta que se limita a un campo concreto debe ampliarse para, al menos, encontrar una respuesta satisfactoria. Y la pregunta sobre el fracaso escolar tiene otro lado y lo mismo su respuesta. Reformulemos la pregunta: ¿cómo es posible que una economía pueda permitirse un 30% de fracaso escolar?

Se entra aquí en un campo nuevo que, nos parece, no ha sido muy trillado. Efectivamente, cuando se habla de educación se suele explicar todo de acuerdo a causas endógenas, las estrictamente educativas al referirse a la propia labor docente o leyes educativas, y, como mucho, alguna exógena como la familia y, si acaso, el modelo social televisivo. Así, lo que por supuesto tiene su parte de razón indudable, la causa de los malos resultados educativos está en hechos limitados socialmente, en lo que acontece en la escuela y en casa, o directamente subjetivos, el mayor o menor esfuerzo del alumnado o la pericia docente de sus profesores. Y, repetimos, mucha verdad hay esto. Sin embargo, no toda la verdad. Porque efectivamente ha habido una serie de factores externos a la educacion que también han abocado a esas cifras de fracaso escolar. Y si esas cifras se llevan produciendo años, gobierne quien gobierne, y nadie ha puesto remedio cabe pensar que es porque quizás, aquí se plantea la hipótesis principal, un 30% de fracaso escolar hasta ahora no haya sido malo para el sistema productivo del país.

Nuestro sistema productivo, o sea el de España, es un sistema que en su anterior formación de empleo tenía como motores a la construcción y los servicios y ha estado basado en la baja cualificación profesional y en el contrato temporal. Ello ha permitido, por ejemplo, una afluencia extraordinaria de inmigrantes, o sea tráfico humano, asumidos en poco tiempo como mano de obra barata por esos mismos sectores económicos. Pero, era imposible cubrir esta demanda productiva con solo la inmigración, sino que se necesitaba, y aquí hay cierto patriotismo sin duda, también generar una cantera propia. Efectivamente, el diseño productivo español, con la preeminencia de la construcción y del turismo como los principales sectores emergentes hasta la crisis, no ha necesitado una cualificación para su mano de obra. Y con ello no ha tenido la necesidad de generar un sistema educativo que la ofreciera. Es más, hubiera sido contraproducente para ese mismo sistema productivo.

Tenemos aquí dos hipótesis. La primera es que el sistema educativo español no tenía, ni tiene, calidad alguna y esto era permitido porque al sistema productivo le era indiferente la cualificación de un amplio espectro de su juventud pues los puestos laborales a ocupar no la requerían. La segunda, es que además no solo le era indiferente sino que era beneficioso para ese mismo sistema productiva la baja calidad educativa.

Empecemos por la primera que, a grandes rasgos, ya ha sido explicada. Un sistema productivo que emplea a un contingente importante en construcción, o sea: poner ladrillos, y servicios, o sea: servir en un chiringuito o limpiar el polvo, no necesita una alta cualificación de sus empleados. Efectivamente, cualquiera puede hacerlo. No quiere esto decir que no haya en esos sectores trabajos específicos que sí requieran dicha cualificación alta, sino que el grueso del trabajo se puede realizar sin ninguna preparación profesional exhaustiva. Así, la escuela obligatoria podía generar un fracaso escolar regulado, en cuanto a estar siempre en torno al 30%, porque ese contingente de personas iban a ser asumidos, como así fue, por el propio mercado laboral. Y al hacerlo iban, además, a entrar en la otra faceta productiva del actual capitalismo como es el consumo. Al tener un sueldo, y no estar gastando dinero público en estudiar, dinamizaban a su vez la economía. Y esto, por supuesto, no tiene que ver como un maquiavelismo de la autoridad pública, sino con una inercia de un modelo productivo concreto, en cuanto a estar centrado en construcción y servicios, y del desarrollo del capitalismo, en sí, como modelo productivo que ha convertido el consumo en producción.

Así, al sistema educativo no le importaba el fracaso escolar y esto se ve en que las grandes polémicas sobre el mismo no ha sido tratado esto sino motivos menores: que si la superstición en forma religiosa en las aulas, o la ñoña educación para la ciuudadanía o, el último invento de la derecha, los colegios bilingües. Nada que tuviera que ver con que un 30% de la población no supiera ni leer ni escribir correctamente sino que se peleaba -¿se peleaba?- sobre el espíritu solidario o la salvación, eterna eso sí, de su alma en inglés.

Pero vayamos ahora a la segunda hipótesis. No sólo había indiferencia, sino que también era beneficioso para el sistema productivo este fracaso escolar. ¿Por qué? En primer lugar porque ahorraba al estado el pago de estudios a un número prescindible productivamente. Si hubieran seguido estudiando su gasto social hubiera sido más elevado pues en primer lugar hubieran generado un gasto educativo, con su expulsión se ahorra esto, y en segundo lugar su realidad económica como consumidores, al tener un suledo, se hubiera visto mermada. Así, el fracaso escolar era un ahorro al menos a corto plazo. Pero, en segundo lugar había otra característica propia del sistema español: el despido libre y gratuito encubierto bajo contratación temporal. Resulta curioso, y solo resaltamos lo de curioso porque si bien hay una correlación indudable no es sin embargo tan exacta, que coincidan las cifras entre el índice de fracaso escolar y de contratos temporales en torno al 30%. Efectivamente, una clase trabajadora privada de sus mínimos derechos, y en eso ha consistido la proliferación del contrato temporal, debía ser a su vez una clase obrera escasamente cualificada para su recambio automático. No es que todo contrato temporal implicara un empleado de baja cualificación sino que los sectores productivos fundamentales, construcción y servicios, utilizaban esa táctica de forma arrolladora. Y como sus empleos eran pocos cualificados, su recambio no exigía nada. Y hay aún un tercer punto. Una clase trabajadora poco cualificada o con bajo nivel cultural es menos conflictiva. Y lo es no tanto por una pretendida ausencia de conciencia social desinteresada sino porque entiende, con razón, que su sustitución es más fácil y por lo tanto traga más. Así, el fracaso escolar no importaba porque incluso resultaba beneficioso para la producción en España. Y España aquí, desengañense, no somos todos.

Pero la crisis vino. Y de pronto ese modelo productivo resultó, oh sorpresa, erróneo. Y de pronto nuestros políticos, e incluso esos contertulios capaces de hablar de todo sin rubor, decidieron que el fracaso escolar era insufrible. Pero lo es ahora porque el modelo productivo anterior ya, tal cual era, no es viable. Y se han puesto a hacer un pacto educativo. Y aquí me lanzo a la adivinación. Todo el pacto educativo tan cacareado se va a reducir a facilitar el acceso a la Formación Profesional, de un modo u otro, para formar obreros más cualificados. Pero no, eso no, ciudadanos más cultos. Porque el sistema producitivo manda. Y eso, por supuesto, no quiere decir que no haya una culpa individual en cada alumno que no aprovecha la oportunidad de la educación sino que objetivamente ese porcentaje de fracaso escolar fue asumible y recomendable productivamente. Y por eso nadie lo paró.

Los bonobos son unos primates parecidos a los chimpaces, pero con una característica específica: se pasan el santo día practicando sexo. Y en muchas variantes. El otro día explicaba esto en clase, por un tema relativo a la evolución, y más de un alumno soñaba con semejante vida: comer y copular. Añádanle producir beneficio y tendrán un buen ciudadano. La educación como adquisición cultural, sin duda, sobra. Excepto para producir beneficio como adiestramiento. Porque el resto es fácil: abrirse de piernas o empujar.

6 comentarios:

-_- dijo...

Interesante, profesor.

El sistema educativo español, y posiblemente la mayor parte del occidental industrializado, tenga el gran defecto de potenciar a los buenos estudiantes —el que escribe lo es— y abandonar al resto. Se da la paradoja de que los buenos estudiantes seguirían (-íamos) siéndolo más o menos en cualquier sistema educativo, mientras que los estudiantes que necesitan de más esfuerzo para adquirir los conocimientos y la cultura sí que resultarían más beneficiados de otros sistemas educativos distintos.

En España, que es de donde más tengo noticias, vemos que el sistema educativo de la "escuela estanca" pretende además "comerse" progresivamente a cualquier sistema alternativo.

Hoy he leído una entrevista al sociológo francés F. Dubet que creo que conviene mirarse.

Siempre que hablo de pedagogía y de lo que le falta a la escuela (desde los años 50) recomiendo la lectura de la excelente monografía "Inteligencia emocional" del Dr. Goleman, en los capítulos en los que trata sobre ese tema.

Desde el punto de vista económico, además (y una vez más) nuestra sociedad (o sus "dirigentes") ha confundido el corto plazo con el largo plazo. Que hoy haya un sistema económico productivo no significa que cuando la remesa de estudiantes que hoy se están formando en el sistema educativo se graduen, el sistema económico que haya sea el de hoy, el que había mientras se formaban.

Así, el modelo educativo debería apuntar al largo plazo, a las necesidades que se prevé habrán en el futuro modelo socioeconómico y no a las del presente.

Quizá sea predicar en el desierto en un país en el que si les hablas de la necesidad de atender al largo plazo, de la escuela de Recursos Humanos en la gestión de personal en la empresa o de que la actual crisis económica puede muy bien ser una crisis de Demanda Agregada por la alta polarización de las rentas, prácticamente algunos te escupen en la frente.

Para finalizar, intentaría matizar algo sobre el sexo de la Arcadia feliz de los bonobos, donde en lugar de conflicto político y militar, como los chimpancés o nosotros mismos, resuelven toda disputa a través de la sexualidad. Me parece una simplificación quizá excesiva lo de abrirse de piernas o empujar.

Creo que el sexo de los humanos consta de mucho más. Si lo consideramos en un sentido amplio, la relación sexual puede comenzar mucho antes del mero coito, mientras se cocina una cena romántica y estimulante, con una mirada tierna (o encendida), un trato amable, amistoso (o lujurioso)... Lo otro me resulta demasiado mecánico :-/


Cordialmente,

odradek dijo...

vale, resulta que Goleman y sus naderías divulgativas obvias, pseudocientíficas y mal expresadas son ahora un referente para los buenos estudiantes pagados de sí mismos. Pues si citas eso, mejor no hables de pedagogía, chaval, que esa monografía ni es excelente, ni es científica ni es nada más que una mierdecilla más cercana a la autoayuda que la psicología y la pedagogía. Lee algo más (empieza igual por Piaget, Vigotsky, Montesori, etc.), haces una arqueología de la escuela a la manera foucaultiana -a manera de ejercitación- a ver si vas captando la diferencia y luego ya empiezas a opinar.

Mesa: este artículo es una cadena de tópicos que no tienen en cuenta la realidad histórica y social de este país. Es decir, pura entelequia academicista sin correlato real ni visión global.

Para empezar, el asunto del fracaso escolar es históricamente relativo. Según estadísticas fiables, ese 30% de chavales que no acaban los estudios están escolarizados. En 1975 un 25% de los chicos entre 14 y 16 vagaban por las calles. Esa escolaridad univerdal ya me parece un avance histórico de la escuela democrática, hoy llamada iclusiva por calco del inglés que mola más. Se supone que los profesores deben tener en cuenta las fuentes sociológicas del currículo, y eso supone, entre otras cosas, salir de la torre ebúrnea y empaparse las estadísticas, no limitarse a mirarse el kantiano ombligo tarde tras tarde.

Otra tontería que debería desterrarse de los manuales de filosofía parda: un pueblo culto es mucho menos manejable que uno inculto. Suprema chorrada, ya que la historia demuestra lo contrario: los bárbaros eran incultos vigorosos, el nazismo contaba con el pueblo más culto de Europa a su servicio (Fromm estudió muy bien esto, como todo el mundo sabe), las revoluciones las hicieron analfabetos privados de la cultura y explotados como subhumanos. Por ejemplo los anarquistas de la FAI o los esclavos de Cuba, sí, la revolución cubana tuvo el mérito de acabar con la esclavitud, fue un gran avance de los derechos humanos producido por gente en su mayoría inculta harta de ser tratada como bonobos por la oligarquía al servicio de Occidente, como la de Haití.

Por otro lado, no creo que sea tan difícil de entender que, por motivos variados, hay muchos chicos que no se sienten motivados hacia el estudio dentro del sistema ducativo (o fuera de él) sin que ello les impida convertirse en empresarios de éxito, diputados, deportistas o comerciantes (en el lado acomodaticio) o agentes de cambio en el mundo de la oposición al poder y las luchas de emancipación que usted, que es un marxista de derechas (pronto acabará pidiendo la pena de muerte al estilo Gustavo Bueno) ni conoce, ni comprende, ni en consecuencia valora.

Identificar la cultura y hasta la formación exclusivamente con la escuela es otro error de bulto. Lo mismo que dar por hecho que la gente de la hostelería o la construcción no está cualificada. ¿En qué se basa? He conocido cocineros más cultos y despiertos que la mayoría de los profesores de filosofía de este país, y además sabían mucho de música, de economía, de cine, de derecho... hacían surf y empujaban en un verano más que los académicos apalancados en toda su vida de lectura y recogimiento. Vita beata la suya.
Por cierto que el sexo también forma parte del sistema productivo en la rama del espectáculo y hay peluqueras graduadas en filosofía.

Pero si limitamos el pensamiento sobre lo real a tópicos, conceptos huecos, pedantería y estereotipos nunca veremos eso. Me temo que una vez más entre la realidad y su pensamiento no hay una relación de especularidad. Se limita a proyectar sus prejuicios y a jugar a los tertulianos. Pues bien.
Me borro por una temporada.

-_- dijo...

¡Vaya! Me quedo sorprendido del ímpetu y el aplomo del Sr. Oadrek. Me quedo más sorprendido aún de las confianzas que se toma, ya que yo no se las he dado.

Le voy a dejar una cosa muy clara, Sr. Oadrek: si me vuelve a hablar de tú sin mi permiso y mucho menos a decirme "chaval", será la última vez que crucemos palabra. Eso lo dice ud. en su casa si se lo aguantan. No me gustan los abusones y no pienso aguantarlo.

Tiene otra oportunidad por mi parte de razonar sobre lo que desee con la corrección que todos nos merecemos. Si no lo hace, diríjase al resto de personas porque de mí no encontrará respuesta. Nadie nos obliga a hablar. Y tengo muy claro que no voy hablar con nadie irrespetuoso. Ése es el trato, Sr. Oadrek. Lo toma o lo deja ;-)

Para sostener los propios argumentos habría que exponerlos con una mínima corrección. Si no tenemos eso ya para empezar, es difícil que nos tomen en serio.

Los trabajos del Dr. Goleman revolucionaron la psicología moderna. Explicó, sintetizó y relacionó cosas de una manera que no se habían hecho hasta esa fecha. A mí, personalmente, su obra "Inteligencia emocional" me pareció muy interesante. Y por eso la recomiendo. Tengo pendiente la segunda parte. Entiendo que otros a los que les parezca lo que usted dice que le parece, no la recomienden o incluso prescriban todo lo contrario a lo que hago yo.

Ahora, lo que me cuesta entender es que alguien que pretende ser tomado en serio y que probablemente tenga cosas de provecho que aportar, entre a valorar el trabajo de otros, como el Dr. Goleman, tildándolo de "mierdecilla".

Piaget, Vigotsky, Montesori, Foucault... tomo nota para cuando quiera aprender más sobre el tema. Opinaré en cada momento sobre el tema con lo que sepa y pueda. No me voy a arredrar por "no saberlo todo" o "porque otros sepan más". Porque eso va a suceder siempre. Si otro sabe más, intentaré aprender de él lo que pueda.

De hecho, no he visto por ninguna parte que el autor del artículo haya puesto esos requisitos "para empezar a opinar". Si lo hubiese hecho, entonces yo me habría abstenido porque no los cumplo.

El resto del comentario en lo que no se refiere a mi intervención sino al artículo del Prof. Mesa, me parece interesante aunque no lo comparta.


Un saludo,

Un Oyente de Federico dijo...

No se si tiene Ud. en cuenta que el gobierno de Aznar habia aprobado una Ley de Calidad de la Enseñanza y que en un acto de desobediencia civil el gobierno de Zapatero se negó a aplicarla, empecinándose en la Logse y no queriendo admitir su fracaso.
Desde entonces, por primera vez en España, los escolares no sólo son rehenes de la ineptitud de los políticos, sino también de su fanatismo ideológico y tribal.

Los contratos temporales incluidas las ETT's, son regalos que los sindicatos de izquierda hicieron a los empresarios, arrancandolos de los duramente conseguidos logros sociales de los trabajadores ¿a cambio de que? Se dijo que los trabajadores contratados por CCOO, tienen en su mayoría contratos temporales

Durante la dictadura sólo había un contrato: EL INDEFINIDO. De las escuelas de Formación Profesional se pasaba a trabajar COBRANDO, no gratis, con el cuento de las practicas, como tienen que hacer ahora todos los chavales.

Creo que el proceso es inverso a como Ud. lo pone. La mala preparación, conduce a los trabajos menos cualificados, que son los más prescindibles en epocas críticas. Tomando como ejemplo la construcción, para los puestos cualificados –encofradores, intaladores electricos, soldadores— se recurrió a la mano de obra de los paises exsovieticos, muy preparados técnica e intelectualmente.
En los casos que conozco, uno soldador submarino y un instalador de placas solares, ahora en plena crisis de la construcción, siguen teniendo trabajo.

El caso de Corea es muy evidente, en los 60 era un país equiparable a Egipto. En la actualidad son tanto una potencia puntera económica, como en la educación, según el informe PISA. El progreso ha ido —inprecindiblemente en mi opinión— a la par.

Los resultados de años de basura educativa, no sólo son individuos mál educados, también les ha quitado perspectiva para encaminar su futuro y la repercusión que los emprendedores tienen en su entorno.
Al costo económico de la educación desaprovechada, hay que añadir el gasto que tendrá el paliar —si se puede— los efectos sociales que ello conlleva.

Don Odradek, digale de mi parte a Fromm, que no sea iluso, que los pobres y analfabetos nunca han tenido más tiempo que para sobrevivir, así que no nos cuente milongas. Las revoluciones son obra de burguesitos incluso aristócratas —Kropotkin, que me encanta— ilustrados y los analfabetos son su carne de cañon, que no les duele gastar (vease las correspondencia entre Marx y Bakunin).
Los analfabetos hoy están derrocando un rey y mañana poniendolo otra vez gritando “vivan las caenas”, segun se le antoje al burgues que los maneja.
A mi también me gustó “Novechento”, pero es sólo una película.

Y los de la FAI (muchos de sus lideres anarquistas eran ilustrados masones)¿que revolución han hecho los pobrecitos míos? quitando algún atraco y algúnos curas muertos. Una cosa es que ellos llamen “revolución” a las colectividades durante la Guerra civil y otra que lo sea de verdad.
Y conste que a mi me caen muy bien los los anarquista, cuando deje el catolicismo seguramente me haré anarquista…o bonoboo que tampoco está mal.

-_- dijo...

Ahora que leo a Don Oyente de Federico veo que he escrito "Odradek" mal todo el rato. Mis disculpas. Fue por accidente.

Coincido con el Sr. Oyente de Federico en que las sociedades más y mejor culturizadas serían más difíciles de manipular.

De hecho, tengo entendido que el Gral. A. Hitler nunca consiguió mayoría absoluta en los comicios, luego su candidatura no representaba a la mayoría del electorado alemán.

Para ascender al poder tuvo que iniciar una campaña de actos terroristas-revolucionarios-fascistas —llámeseles como se prefiera—, dar un Golpe de Estado y, entonces sí, tras haber perdido votos en las últimas elecciones democráticas del 32, "ganar" las siguientes del 33, con sus opositores previamente encarcelados y el edificio del Parlamento incendiado una semana antes de las votaciones. Las elecciones del 33 fueron más bien un simulacro, un montaje.

Otro ejemplo de esto lo tendríamos si tomamos, salvando las distancias debidamente, al pensamiento religioso organizado como instrumento de manipulación de masas.

Atendamos al siguiente párrafo de "El espejismo de Dios", del Dr. R. Dawkins:

«
El [estudio] de Michael Shermer, titulado "¿Cómo creemos nosotros?: La búsqueda de Dios en la Era de la Ciencia", describe una gran encuesta a estadounidenses seleccionados al azar, que él y su colega Frank Sulloway llevaron a cabo. Entre sus muchos resultados interesantes estuvo el descubrimiento de que la religiosidad está, de hecho, negativamente correlacionada con la educación. La religiosidad está también negativamente correlacionada con el interés en la ciencia y con el liberalismo [progresismo] político.

(...) Paul Bell [publicó] en Mensa Magazine en 2002 (...): "de las 43 investigaciones llevadas a cabo desde 1927 sobre la relación entre creencia religiosa y/o nivel de educación, todas menos cuatro hallaron una conexión inversa. Eso es, mientras más elevada sea la inteligencia o el nivel educacional de uno, lo menos probable que uno sea religioso (...)

»

El autor utiliza el término "religioso" para ilustrar la religiosidad no tipo Einstein, sinó más bien tipo Torquemada.

Saludos cordiales,

Don Güapo dijo...

Mesa. Visionar un asunto tan inabarcable como el educativo, con múltiples factores que se interrelacionan de manera cuasi anárquica, desde la óptica que usted utiliza, arroja un resultado pobre.

Odradek (no te borres, hombre) tiene bastante razón en algunas de sus reflexiones, que deberían asumirse, para aprehender con mayor perspectiva, esta interesante y vital cuestión.