jueves, diciembre 16, 2010

A VECES ACIERTAN

El Parlamento Europeo no es un órgano inofensivo. Antes bien, es un órgano peligroso. Sin embargo, a veces, a saber la causa, acierta en la defensa de los derechos humanos.

Por cierto, también, seamos sinceros, esto demuestra que todavía hay cierta diferencia, como mínimo retórica que no es poco, ente la izquierda y la derecha. Y tal vez en esa diferencia reformista esté una parte muy importante del papel político, en cuanto a institucional, que los partidos y movimientos sociales de izquierdas deben jugar. Ellos que se dediquen a defender los derechos ya existentes y a conseguir más en un plano reformista y que nos dejen a los individuos concretos con nombres y apellidos las ínfulas, o tal vez las reflexiones más reales, revolucionarias.

4 comentarios:

Don Ricardo dijo...

Interesante e inesperada -incluso por lo breve- reflexión. Y no me aprece mal lo que dice. Pero cuando nos encontramos en un contexto de claro e indisimulado ataque a los derechos sociales e incluso civiles y políticos, ¿no cree usted que es necesaria una actitud un tanto más agresiva por parte de la parte atacada?

Anónima dijo...

Estoy totalmente de acuerdo.
Pero -incomprensiblemente para una mentalidad que se dice ilustrada- seguro que usted no comparte el fallo de la Corte Europea que condena a Irlanda por impedir que una mujer enferma de cáncer abortara.

Enrique P. Mesa García dijo...

Doña Anónima:
A mí me enseñaron dos cosas:
1.- No hablar de lo que no conozco. Ese fallo no lo conozco así que no comento.
2.- No señalarle a la gente lo que debería decir o no. La única persona que sabe seguro lo que opinaría sobre un caso concreto creo que sería yo. Igual me equivoco. Esto, por cierto, guarda relación con 1.

D. Ricardo:
No creo que haya una actitud más agresiva que la mía. Lo otro es hacer el animal y recuerde que hace tiempo fueron domesticados.

Don Ricardo dijo...

Creo que me he explicado mal, don EP. No le reclamo a usted una actitud más agresiva, sino a las entidades sociales y políticas (sindicatos y partidos de izquierda).

Y cuando hablo de agresivo, no me refiero necesariamente a quemar cajeros, sino a adoptar una actitud de boicot y de resistencia que perjudique a los intereses que defienden los gobiernos, y no a los gobiernos, que los pobres no son más que intermediarios y capataces.