Yo creo, don EP, que es muy injusto juzgar a Santiago Carrillo -y en general a todas las pesonas que actuaron en el pasado- a partir de las cosas que sabemos hoy. Pero también creo que es estúpido juzgarlas sin tener en cuenta las consecuencias de sus acciones, como si no hubiera ocurrido nada desde entonces, y como si no tuvieran responsabilidad en lo que opcurrió posteriormente.
Tengo escrito en mi blog que considero a Santiago Carrillo uno de los míos, y hay en su vida actitudes y acciones importantes, como la que usted ilustra o -a mi me parece ésta más importante- la independencia que mostró en los años 60 a la URSS, llegado a condenar la invasión de Checoslovaquia. Sin embargo,también tiene episodios no tan brillantes y a mí me parece que aquel por el que tanto se le valora, es su gran error. ç
Sabiendo lo que sabemos hoy, la transición no fue un acuerdo sino una imposición. Y don Santiago hizo -probablemente pensando que era lo más que podía lograr, y lo mejor que podía hacer- que el PCE tragara con esa imposición. No voy a acusar a Carrillo de traidor, porque no creo que lo fuera, y ya he dicho que le considero de los míos, es decir que forma parte del grupo de personas que luchan por las mismas cosas que lucho yo.
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Yo creo, don EP, que es muy injusto juzgar a Santiago Carrillo -y en general a todas las pesonas que actuaron en el pasado- a partir de las cosas que sabemos hoy. Pero también creo que es estúpido juzgarlas sin tener en cuenta las consecuencias de sus acciones, como si no hubiera ocurrido nada desde entonces, y como si no tuvieran responsabilidad en lo que opcurrió posteriormente.
Tengo escrito en mi blog que considero a Santiago Carrillo uno de los míos, y hay en su vida actitudes y acciones importantes, como la que usted ilustra o -a mi me parece ésta más importante- la independencia que mostró en los años 60 a la URSS, llegado a condenar la invasión de Checoslovaquia. Sin embargo,también tiene episodios no tan brillantes y a mí me parece que aquel por el que tanto se le valora, es su gran error. ç
Sabiendo lo que sabemos hoy, la transición no fue un acuerdo sino una imposición. Y don Santiago hizo -probablemente pensando que era lo más que podía lograr, y lo mejor que podía hacer- que el PCE tragara con esa imposición. No voy a acusar a Carrillo de traidor, porque no creo que lo fuera, y ya he dicho que le considero de los míos, es decir que forma parte del grupo de personas que luchan por las mismas cosas que lucho yo.
Pero en la transición se equivocó, y mucho.
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