Internet
ha sorprendido a todo el mundo por al menos tres motivos: primero, por su
libertad; segundo, por el acceso a la información en una doble vía, ya como
receptor ya como emisor; tercero, por su espíritu colaborativo. La primera
característica hace referencia a la libertad de expresión aún presente en la
red y la oferta de opinión, donde cabe hasta la mía. La segunda, a la
imposibilidad de ocultar una noticia en la actualidad pues la diversidad de
medios lo impide. Internet ha logrado que, para bien o para mal, todos y cada
uno de nosotros ya no solo seamos receptores de noticias sino también emisores
de las mismas, ya sea a través de páginas creadas exprofeso ya con el empleo de
las redes sociales -incluyendo vídeos de estúpidos gatitos-. La tercera, su
aspecto colaborativo, al hacer que miles de personas compartan gratuitamente
sus conocimientos y habilidades, desde cambiar un grifo hasta explicar mecánica cuántica, en un
intercambio sin precio.
Y,
precisamente, por estas tres características que deberían ser típicas de una
sociedad democrática existe el interés de parar internet y reconvertirlo en
otra cosa. La idea es acabar con el internet que conocemos y llevarlo por la
senda del mercado que es, frente a la
utopía liberal, la senda del control y
el dominio social.
Pero
decir esto suena abstracto: ¿quién y cómo se pretende eso? Durante las últimas semanas
han coincidido, curiosamente o no, dos noticias sobre limitaciones en internet:
una muy comentada como es la idea del histérico y opusino ministro del interior
español contra la libertad de expresión en twitter; otra, de mayor calado, con
el internet de dos velocidades que,
salvo sorpresa, comenzará a funcionar en EEUU.
Nuestro
opusino ministro –y este hecho se nombra porque no es baladí- ha comenzado una caza de brujas, quizás
echando de menos tiempos mejores. La excusa ha sido acabar con la exaltación
del odio y la apología de la violencia en internet. Ahora, nuestro primer paso
es demostrar que se trata de una excusa para llegar el segundo que es aclarar
qué se pretende realmente.
¿Por
qué es una excusa? En el código penal español ya existen los delitos de injurias
y calumnias e igualmente una amplia jurisprudencia sobre la libertad de
expresión. No se trata de delitos novedosos por tanto ni, en realidad, que
generen una gran alarma social o que se trate de algo tan peligroso para la
vida de las personas como para necesitar una reforma penal. Sin embargo el opusino
ministro manifiesta que sí. Y lo hace comparando con el terrorismo islámico y
la formación de células terroristas a través de internet. Y esta comparación es
interesante para demostrar la falacia. Porque la piedra angular y el fundamento
del terrorismo islámico, es decir: aquello que si no existiera no podría darse
la yihad, no es internet sino la religión. Pero el opusino ministro no propone
limitar la superstición religiosa, y no diremos curiosamente, sino internet. Es
decir, se va contra internet y no contra la causa principal de la acción sea
esta cual fuere ¿Por qué entonces contra internet? Porque la religión por
ejemplo, es útil para el dominio e internet, sin embargo, puede ser un instrumento
peligroso. Y por eso no se limita la religión pero sí se busca limitar internet.
Y
aquí viene la segunda parte ¿Qué se pretende realmente con esto? En realidad la
idea no es coartar la libertad de expresión como tal, sino la propia plataforma
y con ello la relevancia de esa expresión. No se trata de ir individualmente
contra cada persona en particular sino generar
el ambiente propicio para atacar e intentar acabar con internet como plataforma
de noticias y comentarios libres. La
clave de todo es, por tanto, no ir contra los individuos sino generar un
ambiente previo que permita ir contra la plataforma de internet, desde sus páginas
hasta los tuits pasando por los blogs, generando una censura previa que acabará
en poner tales condiciones que la gestión de la libre expresión quedará reducida
a las grandes corporaciones. Se trata acabar con internet como campo libre para
convertirlo en coto privado de caza.
El
segunda ataque contra la red se ha dado en EEUU pero pronto podría extenderse
al resto del mundo. Y es un ataque sutil y peligroso. Se trata de la llamada
internet de dos velocidades. Consiste en que una empresa contrata con un
prooveedor que permita a dicha empresa circular a mayor velocidad por la red a
cambio de un precio más elevado. Así,
unas páginas se descargarán antes y otras más despacio concluyendo en dos velocidades,
al menos, en la red; una buena para los que pagan y otra peor para los que pagan
menos. Pero, ¿por qué esto es malo? O mejor aún desde nuestro espíritu
científico: ¿qué se pretende con esto?
Imaginen
que alguno de ustedes quiere comprar un libro sobre cualquier tema: pongamos
sobre religión. Ustedes no saben lo que buscan concreto, sino que ojean los diversos
ejemplares porque aún no tienen una opinión formada sobre el tema. Imaginen ahora
que la librería tiene dos plantas: la planta que da a la calle y un sótano al
que se accede por una escalera casi escondida. Por supuesto, la librería vende
libros ateos, agnósticos y creyentes. Pero, ahora imaginen que ese comercio ha
llegado a un acuerdo con la iglesia católica, y las hay peores y religiones aún más retrasadas
intelectualmente, para que sus libros estén en la planta de la calle. Y comoen
la planta hay sitio limitado y solo caben los suyos la conclusión es obvia: usted,
y yo, ya tenemos lectura. Sin duda escogida libremente pero...
El
internet de dos velocidades es así esa inmensa librería donde todo va a estar, pero...
Shane,
aquel melancólico pistolero interpretado por Alan Ladd en la inolvidable Raíces Profundas,
explicaba que los revólveres eran una herramienta y que dependía de cómo y quién
los usara. Internet, como la poesía pero aquí de verdad, es un arma cargada de
futuro. Y lo que se quiere es que sea un arma, siguiendo con la metáfora,
controlada. Ya se hizo en televisión o con las radios y ahora, usando medios
más sutiles, se quiere hacer con la red. Y el doble frente, legislativo y
económico, busca lo mismo que aquellos terranientes a los que se enfrentaba aquél callado
pistolero.
1 comentario:
Creo que estas equivocado respecto al internet de distintas velocidades.
Hoy en dia las páginas pesan muy poco y con tener contratada una tarifa de 10 megas tardaria nada en cargarte la página. Pero ahora se ha puesto de moda la conexión con fibra óptica, podiendo tener hasta 200 mb reales.
¿Qué implica esto? Que para descargarte el libro tardaras más si tienes contratados menos megas, pero podras ver todas las páginas que quieras para informarte sobre ello ya que las paginas (sin plataforma de base de datos y php) no suelen pesar mas de 1 mb. Siempre que las páginas esten diseñadas y programadas segun el estandar del w3c, con lo inmenso que es internet podras encontrarte paginas que no sea asi, pero google esas paginas suele olvidarlas.
Lo siento si me he expresado mal, pero estoy escribiendote desde el movil y es algo complicado ya que no ves bien lo que vas escribiendo.
Un saludo, me encanta tu blog.
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