Plagado de defectos.
Y uno de ellos es, sin duda, no amar a mi tierra. A mí es que la tierra... A mí los tiestos...
Y lamento no poder sentir nada ante trapos coloreados y tonadillas folclóricas.
Lisiado sentimental.
Y claro, me siento vacío.
Por eso, cuando el otro día oía silbar la tonadilla española en la final entre el Barcelona y el Bilbao -ah, ¿pero el Bilbao jugó?- por parte de gente que quería oír su propia copla no sentí dolor alguno.
Vaya, que me dio igual.
Pero recapacito mientras veo amanecer y la luz inunda mi tierra,
y sus campos,
y a sus gentes,
y noto algo ahí dentro.
Por ello, en aras del entendimiento entre distintos paletos propongo un himno que reúna a todos los nacionalismo.
Porque más allá de nuestra tierra todos tenemos el mismo sol.
1 comentario:
Tratando este tipo de asuntos, Ud. lo bordó en este comentario del 2007:
http://epmesa.blogspot.com.es/2007/09/bandera-de-libertad.html
Un Oyente de Federico
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