En el artículo anterior de esta serie estuvimos analizando la Teoría del Patriarcado y demostramos que dicha teoría resultaba una falsificación de la historia pues era incapaz de explicar la diferente estratificación social. Efectivamente, analizábamos allí cómo la división en grupos de poder interclasista entre hombres y mujeres era incapaz de explicar los hechos históricos. Ahora, continuando con esta crítica a la Teoría del Patriarcado, pretendemos analizar el motivo por el cual el Capitalismo ha contribuido de una forma extraordinaria a la emancipación de la mujer, cosa que, de nuevo, la Teoría del Patriarcado es incapaz de explicar cómo vamos a ver.
Efectivamente, hay más hechos de los señalados en el artículo anterior que falsifican la Teoría
del Patriarcado y afirman la preeminencia de la producción como causa última. Y
el fundamental es la relación entre el presunto Patriarcado y el desarrollo del
Capitalismo. Fuera de toda duda, el Capitalismo ha sido el sistema económico
bajo el cual ha habido una mayor liberación de la mujer. La pregunta, de ser
cierta la Teoría del Patriarcado, es por qué esto ha sido así si la causa
última es el dominio de los hombres sobre las mujeres, pues en el Capitalismo
sigue habiendo hombres y mujeres. De nuevo, el Patriarcado como explicación del
desarrollo histórico queda así en entredicho pues es incapaz de explicar a qué
se ha debido todo el proceso de la liberación de la mujer dentro del sistema
capitalista sin recurrir a épicas historias del movimiento feminista
liberalizador, tan falsas como las épicas historias del movimiento obrero, por
cierto. E igualmente, tan interesadas.
Si analizamos la historia de acuerdo al
desarrollo de las fuerzas productivas, tal y como hemos defendido aquí, resulta
posible e incluso sencillo explicar el motivo por el cual el Capitalismo ha
liberado a la mujer. Esto se debe a una serie de factores.
En primer lugar, el desarrollo del Capitalismo
implica la Revolución Industrial y con ella la aplicación de la tecnología al
proceso productivo. Esto conlleva que la fuerza física bruta de los seres
humanos no resulte indispensable para la inmensa mayoría de los trabajos puesto
que es sustituida por la tecnología. Por este motivo, la mujer se puede
incorporar de una forma masiva a la producción económica pues la fuerza física
ya no es requerida para el trabajo. Y esto conlleva que al situarse en un plano
de igualdad en la explotación económica como fuerza productiva la mujer tienda a
escalar socialmente hacia el puesto de los mismos hombres explotados: igualdad
en la explotación es igualdad social.
En segundo lugar, el Capitalismo ya no solo
crea una producción de nuevos objetos físicos sino que, a través del consumo, genera la conversión de la propia vida
humana, tanto en el tiempo de trabajo como en el ocio, en producción de beneficio.
Para desarrollar esta producción ya no es necesaria la fuerza bruta sino sólo
la capacidad de adquisición económica. Y para poseer esta, a su vez, es
indiferente pertenecer a un sexo o a otro pues se trata de una abstracción
social que no guarda relación con la forma biológica concreta. Así, la
producción de beneficio ya no está necesariamente relacionada con el sexo
biológico y la fuerza bruta.
Por último, y en tercer lugar, la unificación
entre el desarrollo tecnológico y la creación de un mercado absoluto, en todos
los momentos de la vida, lleva a dos aspectos fundamentales de la liberación de
la mujer que, aunque parezcan muy simples, deben ser reseñados. Por un lado, la
aparición de los electrodomésticos, que permite a la mujer dejar a un lado lo
que hasta ahora había sido su tarea prioritaria en la división social del
trabajo. A su vez, la creación de la educación obligatoria les permite
liberarse parcialmente de la crianza de los niños facilitando su presencia en
el mercado de trabajo. Por último, la revolución sexual con los métodos
anticonceptivos le permite manejar su propia reproducción, con lo que es capaz
de planificar su vida de acuerdo a las condiciones sociales de producción. Todo
ello, lleva a que el sexo femenino adquiera un nuevo protagonismo social a la altura
masculina en la producción económica y que solo la cultura de contenido
machista, todavía presente como residuo del pasado, le impida alcanzarlo en su
vida diaria y concreta.
De esta manera, y no paradójicamente, en el Capitalismo
está el triunfo definitivo de la liberación de la mujer, pues en él ya es
absolutamente despreciable la pertenencia a un sexo o a otro en la relevancia
productiva y de poder. Esto lleva a la paradoja de que el feminismo debería
defender el Capitalismo, pues sin lugar a dudas ha sido el elemento histórico
fundamental en el desarrollo de la igualdad. Así, el Capitalismo libera a la
mujer en cuanto a su discriminación sexual, aunque no como ser humano en su
explotación absoluta.
Efectivamente, el feminismo que adopta el
discurso de la Teoría del Patriarcado tiene que reconocer que con el
Capitalismo aquel ya no se produce y que de hecho, y cada vez con mayor
frecuencia, las mujeres ocupan los cargos que hasta ahora, y merced a la
división social del trabajo, se reservaban a los hombres. Por lo tanto, el Capitalismo
significaría el fin del Patriarcado y con ello el fin, de acuerdo a la
Filosofía de la Historia que explicaría la causa última de todos los hechos
sociales acaecidos en la explotación de los hombres sobre las mujeres por su
sexo biológico, de la propia historia. El Capitalismo es el final feliz de la Teoría
del Patriarcado.
Pero, nos queda una última parte de este análisis. Se trata efectivamente de presentar como toda esta teoría absolutamente falsa sobre la historia sin embargo se sigue manteniendo porque interesa o un grupo oligarca que ha decidido crear una nueva ideología que podríamos llamar feminismo de élite. Pero, dándole aún mayor misterio, eso será otro día.
2 comentarios:
Buenas tardes, hoy hablemos del proceso.
https://www.youtube.com/watch?v=xZeEfXjTNu4
No he podido buscar mucho, pero no encuentro en Internet esa “Teoría del Patriarcado”. Y, si no existe, no se puede rebatir. Se puede debatir si existe o no el Patriarcado, o cómo es, o cómo se formó, pero cada debate dará a luz diferentes teorías del Patriarcado.
En segundo lugar, no veo por qué la existencia del Capitalismo excluiría la existencia del Patriarcado. El Capitalismo es nuestro sistema económico. El Patriarcado es nuestro sistema cultural. Ambos coexisten y se apoyan mutuamente.
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