¿Está en crisis el capitalismo? Por crisis entendemos un proceso que afecta estructuralmente al sistema y, por tanto, lo debilita de forma fundamental. Quienes defienden esta crisis argumentan que así es y que la problemática situación actual no sería sino una consecuencia de esto: el capitalismo se agota. Nosotros, sin embargo, no lo creemos e incluso consideramos que la progresión del capitalismo es demoledora: el capitalismo está más fuerte que nunca.
¿Quién tiene razón?
La creencia de una crisis del capitalismo se ejemplifica, como síntoma, en la actual crisis financiera: esta sería una consecuencia de ese mismo debilitamiento del sistema económico. Así, el capitalismo, en este análisis, se habría agotado como sistema productivo y en su capacidad fundamental de producir beneficios y lo que ocurre ahora es que las clases altas pretenden arrebatar derechos a las clases trabajadora como única forma posible del mantenimiento de su situación privilegiada socialmente. La imposibilidad capitalista de seguir generando producción y beneficio llevaría así a la rapiña social. O diciéndolo de otra forma: el sistema económico ha llegado a un límite productivo que implica su fin. Mientras que, continúa esta teoría a nuestro entender errónea, el sistema fue expansivo -crecía sin parar- se generaban suficientes recursos para que el beneficio fuera compartido por la oligarquía y la población de los países ricos. Una vez ese ciclo expansivo ha desaparecido, la oligarquía solo encuentra su capacidad de beneficio en saquear a esa misma población directamente. El capitalismo así aparece enfermo y, como señala el slogan, otro mundo es posible.
Este análisis presentado, sin embargo, es absolutamente erróneo. Y lo es por varios factores. Primero, porque en él subyace una idea falsa, y decimonónica, de lo que es el capitalismo en la actualidad. Segundo, porque mantiene una errónea concepción de la idea de producción capitalista. Y, tercero, y como conclusión, porque lejos de estar en un ciclo restrictivo el capitalismo se expande como nunca antes lo ha hecho.
Efectivamente, en la idea de su agotamiento hay una concepción falsa del capitalismo como sistema. Tienen razón, sin duda, al señalar a la capacidad productiva como un hecho fundamental a la hora de analizarlo. Si un sistema económico está en crisis es porque su capacidad productiva ha colapsado: no puede aumentarla y comienza a disminuir, haciendo que se reduzca el beneficio que produce socialmente. Así, llega un momento en que el sistema se agota y produce crisis tras crisis hasta su extinción. Esto es teóricamente cierto y, por tanto, la clave para analizar si el capitalismo está en crisis o no es analizar si su producción ha bajado o aumenta. Parece fácil, pero el problema surge cuando hay que definir qué es esa capacidad productiva y cuál es la auténtica producción capitalista: ahí está la clave. Por ello, lo primero es ver qué es la producción en el nuevo capitalismo.
La producción básica del nuevo capitalismo es la vida humana convertida en mercancía. Esto significa que no es la producción tradicional del trabajo y sus productos elaborados como mercancías, tal y como analizó Marx en el siglo XIX, sino que el individuo organizado como vida productiva es la clave del capitalismo: la actual producción capitalista somos las personas como mercancías que producimos constantemente beneficios. No son las fábricas, las industrias o las grandes corporaciones las claves productivas de nuevo capitalismo, sino los individuos cuya vida se ha convertido en explotación absoluta, trabajo y ocio, como generadora de beneficio económico -y ya no a tiempo parcial como lo era exclusivamente en el trabajo de la época de Marx-. Así las cosas, la producción capitalista aumenta cuando cualitativa o cuantitativamente se pueda explotar más a la humanidad, es decir: se aumenta la producción capitalista cuando se aumenta la explotación de la mercancía humana.
La pregunta, ahora, viene automática. ¿Está aumentando la explotación de la mercancía humana? La forma de aumentarla de manera efectiva es cualitativa -que cada individuo sea más explotado- o cuantitativa -conseguir que más población, más personas, sea explotada-. En los paises desarrollados buscar nueva explotación de forma cualitativa resulta difícil: parece que, al menos actualmente, se ha llegado a un límite. Pero, hay todo un mundo sin explorar, un amplio margen de población, donde hasta ahora solo ha funcionado la explotación del trabajo clásica: se llaman países emergentes. Ahora, sí, podemos decir que otro mundo no es solo posible sino real: un mundo globalizado de explotación absoluta.
El aumento cuantitativo de la población que puede ser explotada totalmente implica el aumento del nivel de vida de esa misma población para poder consumir, es decir: su conversión en clase media -nota: definimos clase media a nivel mundial, de acuerdo a una categorización estándar, como aquella población cuya renta anual estaría entre la renta per cápita de Brasil y la de Italia (de 13.000 a 37.000 $ al año)-. Esta clase media puede ser explotada en el trabajo y en el ocio y con ello convertir la totalidad de su vida como producción y beneficio capitalista. Así, el aumento mundial de este colectivo, que haya cada vez más población de clase media, implicaría un aumento de la producción capitalista: un aumento de mercancías. Y una demostración, con ello, de que el sistema capitalista crece y la crisis está lejos de producirse.
Resumamos hasta ahora. Defendemos que no hay crisis en el capitalismo porque su producción aumenta. Defendemos que la clave de esta producción es la creación de la vida humana como mercancía absoluta. Por tanto, la clase media, clave de la explotación, debe aumentar como producción: tiene que subir significativamente el número de personas que puedan convertirse en mercancías. Y para ello, debe aumentar lo que comúnmente se conoce como su nivel de vida ¿Nos dan la razón los datos? ¿Sube la producción de mercancias? Es decir, ¿crece la clase media mundial y con ella la explotación capitalista? Esta pregunta solo hay una forma de contestarla con sentido: ir a los datos.
Bueno, sin duda los hechos son claros. Tanto las predicciones del FMI (ver especialmente a partir de la página 51) como los datos del Banco Mundial señalan que la población de clase media y por ello con una tasa de explotación absoluta, fundamentalmente en los países BRIC -los páises emergentes-, aumentará extraordinariamente -por lo cual, además, es posible el proyecto de precarización de Europa como ya hemos repetido aquí-. Así, por ejemplo, se calcula que la clase media pasará de 430 millones en 2000 a 1.200 millones en 2030. La expansión del capitalismo, el aumento de la explotación, es absoluto. No existe crisis alguna.
¿Pero y la pobreza mundial? Anteponer el ideal a la realidad es un error muy grave y analizar exclusivamente con categorías morales el capitalismo, también. A usted puede ser que le interese la gente que se muere de hambre, al capitalismo le da igual. Para el capitalismo, los seres humanos no existen tal cuales, como sujetos, sino como mercancías o como materia prima. Los primeros producen beneficio en la explotación absoluta de su vida y por eso su existencia es valiosa: es rentable. Los segundos, la materia prima, solo importan o bien en cuanto productores, con lo que como las máquinas su cuidado es parcial a su nivel productivo y obsolescencia, o como yacimientos de los que se podría disponer en el futuro pero ahora prescindibles, con lo cual se les deja morir porque la materia prima es extensa al haber tantos pobres. No ser explotados de forma absoluta implica para el individuo el desinterés y la muerte. Que usted y yo seamos mercancía, totalidad de la vida como explotación, nos hace seguir vivos. La explotación absoluta es nuestra garantía para la existencia. Y ahora, sonría y piense en su vida interior.
¿Está en crisis el capitalismo? Solo desde una perspectiva etnocéntrica - confundiendo la crisis de la zona euro, crisis sostenida por la oligarquía para su aprovechamiento, con una crisis mundial- es posible defenderlo. Nosotros, no lo creemos. Los niños pequeños luchan contra los monstruos cerrando con fuerza los ojos. Los ignorantes negando la evidencia. La filosofía, al menos desde Platón, comprendiendo que hay que salir de la paradójicamente cómoda estancia esclava en la caverna. Y hacer que los ídolos caigan. El capitalismo es más poderoso que nunca: preparemos bien nuestras armas.
26 comentarios:
Don Enrique, permítame aproveche para hacerle aquí una crítica que no le hice en su momento. Es sobre la noción de explotación.
Según usted, la nueva explotación es absoluta porque implica también el tiempo de ocio, a través del consumo. Estoy de acuerdo. Pero si la explotación ha cambiado, hay que replantearse si sigue siendo indeseable.
Tengo una amiga que trabaja de nueve a nueve y a la que han recetado antidepresivos. Eso es explotación. Eso, sin duda, es indeseable. Es resultado de la rapiña oligárquica. No es inherente al capitalismo.
Compare con el panorama desolador que nos plantea usted: un capitalismo que allí donde se asienta lleva la prosperidad, el aumento de la renta de sus mercancías, la reducción de su jornada laboral, tiempo de ocio para explotarlas, es decir, inducirlas a que gasten dinero divirtiéndose en el cine, comprando frigoríficos para tener la leche fresquita, viajando y gastando mucho en los bares.
Esto también es explotación. Esto sí es estructural en el capitalismo. ¿Es indeseable? Puede no ser el sueño de Kant ni el suyo (ni el mío, ya de paso) pero comparado con la verdadera explotación, la de currar de nueve a nueve, es un maravilloso sueño. Y decir que la lucha ha de centrarse contra esta nueva explotación porque la otra es contingente me parece un poco flojo. A lo mejor estoy perdiéndome algo.
Coincido en todo lo que dice en el artículo. Pero creo que cuando nos dicen que el capitalismo se agota quieren decir que se agota como fuente de prosperidad para la mayoría de la población. En esto creo que tienen razón. Leí el otro día que el año previo a la crisis, el 80% de la riqueza estaba en manos del 20% de la población (me he inventado las cifras pero causaban la misma impresión). Esta situación por lo visto sólo tiene un precedente. El año previo a la crisis del 29 -la única comparable en dimensiones y características a la actual- se dieron exactamente las mismas cifras. Antes del 2008 parecía que había clase media, pero era ficticia porque estaba fuertemente endeudada. Llegó un momento en que la desigualdad era tal que la clase media, agonizante, ya no servía como motor del consumo. El modelo previo, que tendía a una progresiva concentración de la riqueza en pocas manos, se había agotado. En eso sí tienen razón.
Pero en fin, a lo que iba, que yo creo que un capitalismo fuertemente controlado para evitar estas situaciones, y para garantizar los plenos derechos de sus mercancías, es tremendamente deseable. Y sí, seremos mercancías, pero ¿quién ha dicho que esto tenga que ser malo? No me parece en absoluto una tontería de pregunta.
Es un tema apasionante. Y sus artículos muy interesantes.
Un cordial saludo.
Ah, se me ha olvidado una cosa.
Usted dice que el modelo no se ha agotado porque, con la globalización, se puede encontrar fuera nuevos espacios de consumo, o nuevas clases medias, o nuevas mercancías, como quiera llamarlo. Pero si se mantiene el modelo que hemos tenido hasta ahora en occidente, tarde o temprano pasará lo mismo. Porque, repito, es un modelo que favorece la progresiva acumulación de la riqueza y la desaparición de la clase media como motor de consumo. Cuando suceda a nivel global y ya no podamos irnos a buscar clases medias a Marte, tendremos un problema. Acabará pasando.
No obstante creo que se trata de un agotamiento de este modelo de capitalismo en concreto, no del capitalismo en sí.
Don Ibarra le hace la pregunta, que yo me vengo haciendo desde que sigo su hipótesis: “¿quién ha dicho que esto tenga que ser malo?”
Pero quizá no sea la pregunta adecuada y fuera mejor preguntar: “¿tenemos una alternativa mejor”.
Un Oyente de Federico
Oigan, pues entre Dº Mesa y Dº Ibarra, se queda uno rascándose el mentón frente a la pantalla, cavilando sobre todo lo dicho. Gracias por hacernos cavilar, claro.
Saludos,
Sobre si es malo (indeseable) o no el Ser sólo Mercancía (con la posibilidad de ser una mercancía más o menos apreciada y, por ello, poder tener algunas personas cierto nivel de vida material) en lugar de Ser Humano con todas sus potencialidades, lo interpreto más o menos como sigue a la luz de los textos del prof. Mesa:
1) es una negación de nuestra completa Humanidad, del Ser Humano como sujeto
El Ser Humano, la persona que sólo es considerada por el Mundo, por la civilización como capital o mercancía no es ese sujeto humano de la Ilustración el cual entendía el Universo que lo rodeaba y lo transformaba según los dictados de la Razón para vivir toda la Humanidad (y no sólo una parte) de una mejor forma, según aquel "buen vivir" aristótelico o similar. Según los valores modernos de libertad, igualdad, fraternidad, justicia, paz, razón...
Al contrario, la persona-capital no es sujeto moderno sino que se la deja en lo que es el capital, casi solamente como un objeto del cual se espera exclusivamente que trabaje y consuma dentro de la Economía de Mercado. La competencia mercantil por el mayor ánimo de lucro, por la mayor rentabilidad como únicos motores sociales arroja a la papelera ese papel emancipador o liberador que la Humanidad soñó en la Ilustración que podría tener. Relega al sujeto moderno a ser sólo objeto capital u objeto mercancía.
2) es antidemocrático
La dicha Economía de Mercado es un sistema que tiende a ocupar el espacio político que debería corresponder a la Democracia (cada vez que colisionan el ánimo de lucro con el ánimo de bienestar universal). Fomenta unas pequeñas élites socioeconómicas enormemente poderosas. Hace poco una buena amiga decía, creo que con tino: "unos pocos tienen mucho y unos muchos tienen poco".
Si mediante la Política democrática se la limita para que eso no suceda, va siendo cada vez menos Economía de Mercado para ir pasando a ser algo distinto.
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Cuando el Capitalismo ha funcionado mejor como sistema productor y distribuidor de riqueza ha sido (está contrastado empíricamente) cuando, en el siglo XX ha sido bien domado por política públicas de corte socialista democrático (no pensemos en p.ej. Zapatero, Schroeder o, mucho menos, Stalin, por favor, sino en p.ej. Olof Palme). El ejemplo paradigmático de ello han sido las sociedades escandinavas. Allí se han dado conjunciones de: altos (en comparación con las demás sociedades) niveles de PIB per cápita, bajos niveles de desempleo, altos niveles de equidad (de dispersión de la renta nacional; no de concentración o polarización), unos servicios públicos universales de gran calidad y extensión financiados de modo justo (impositivo progresivo, no regresivo), altos niveles de igualdad socioeconómica por sexo y raza (o etnia), altos niveles de industrialización, altos niveles de comercio internacional (importaciones y exportaciones)...
De todos modos, aunque el modelo socialista democrático, apoyado en políticas neokeynesianas de modelo social (no de modelo militar, otra variante keynesiana que mejora mucho menos algunas de esas variables macroeconómicas antedichas), sea capaz de arrojar esos resultados, el Capitalismo continúa siendo Capitalismo. Eso quiere decir que, en tales sociedades, pese a conseguirse esa alta valorización del Ser Humano como mercancía, tampoco allí ha dejado de ser objeto mercancía o capital para ser sujeto moderno constructor del Universo humanizado. Parafraseando a la ICAR y su Respublica Christiana medieval, podríamos pensar en la Respublica Humana. El motor de la sociedad (sus valores imperantes que la estimulan) sigue sin ser el genio humano, la creatividad, las necesidades humanas, el bienestar universal... Continúa siendo el susodicho ánimo de maximizar el lucro mediante la competencia mercantil, por mucho que ésta haya sido limitada por el Estado de Derecho Democrático con vocación social.
¿Alternativa? A falta de leer el programa político progresista que elabora el prof. Mesa, uno puede pensar que ese modelo que se siguió en Escandinavia sería mucho mejor que los caminos actuales. ¿Podría extenderse dicho modelo al Mundo entero? En principio sí, promoviendo una globalización económica y jurídico-política de corte socialista democrático y no de corte conservador liberal (neoliberal) como la actual.
Habría un primero pero: los límites naturales del Planeta. No podríamos producir y consumir todas las personas quizá como la Dinamarca del año 2010 pero, según los teóricos económicos del Decrecimiento, sí que podríamos hacerlo como la Francia del año 1970. No es la Edad de Piedra, ciertamente. Que el medio siga siendo habitable por el Ser Humano es una cuestión democrática, ciertamente. Una Democracia racionalizada tiene límites, entiendo. Uno de ellos es que no se puede permitir el empeoramiento universal de las condiciones de vida que supone un medio deteriorado.
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Un segundo pero: el aumento de las condiciones de vida materiales universales (mejorando las de las clases populares por redistribución de las rentas y riquezas de toda la sociedad según aquel principio de "a cada cual según su necesidad de cada cual según su capacidad") no puede ser el fin, no podemos quedarnos ahí. Dicho sistema sigue teniendo élites socioeconómicas y la Democracia supone, entre otras cosas, la negación de éstas (ahí Respublica queda como sinónimo de Democracia, por negación de Oligarquía y Tiranía, si usamos los términos aristótelicos). Si bien tales élites están menos distanciadas de las clases populares p.ej. en Suecia que en p.ej. USA, continúan siendo élites las cuales gozan de una posición de dominio social y económico que, en una Democracia plena, no debería darse.
Decía un sociológo (también promotor empresarial cooperativista y asesor de ayuntamientos) el verano pasado en la Plaza Catalunya de la ciudad de Barcelona, en una charla que dio invitado, que uno de los objetivos de transformación social (alternativa) debería ser el de acabar (transformar, sustituir) con el sistema de trabajo asalariado por cuenta ajena con el que ahora se funciona mayoritariamente en nuestras Economías de Mercado. Su charla trataba sobre las sociedades cooperativas de trabajo asociado sin ánimo de lucro. Fue realmente interesante.
Saludos cordiales a todos,
Lo bueno, y lo malo, de tener lectores tan preparados e inteligentes como ustedes es que exigen mucho y enseguida notan las incosistencias. Efectivamente, la gan pregunta es por qué es mala la explotación capitalista tal y como se da en la actualidad en el nuevo capitalismo. Y es una pregunta con sentido porque va más allá de la mera descripción del sistema para pasar a realizar sobre él un juicio de valor. El SrM, que es incansable, ya señala razones de peso, pero aún así seguimos sin contestar a la pregunta fundamental sobre la maldad o no del capitalismo. O dicho de otra manera, ¿es el capitalismo, cualquiera y en cualquier forma, intrínsecamente malo?
Pues vamos a ponernos a ello porque ahora mismo soy incapaz, lo reconozco, de explicarme.
Es una inconsistencia muy común que se debe, en mi opinión, a que la coexistencia de economía de mercado se asocia a la degradación de valores morales.
Si la eficacia económica del capitalismo no la discute, su bondad moral no la acepta pues establece una, errónea en mi criterio, relación de causalidad entre los dos hechos como concomitantes, y considera que el sistema capitalista descansa en principios o postulados que, siendo en sí mismos éticamente inaceptables, si bien son capaces de producir resultados materiales satisfactorios, forzosamente han de tener efectos moralmente perversos.
Lo de la "mala" explotación capitalista y la incapacidad para explicarlo, no es nuevo.
Platón en "Apología de Sócrates", citando a su maestro:
"Hombre de Atenas, la ciudad de más importancia y renombre en lo que atañe a sabiduría y poder, ¿no te avergüenzas de afanarte por aumentar tus riquezas todo lo posible, así como tu fama y honores, y, en cambio, no cuidarte ni inquietarte por la sabiduría y la verdad, y por que tu alma sea lo mejor posible?"
Quizá aprehender el capitalismo como un sistema inherente, no sólo a la naturaleza humana (la libertad es la base, de ahí sí su control ético sin menoscabo de aquella) sino a la naturaleza física, separando ambas cosas, ayude.
Sr. M, sobre su “(está contrastado empíricamente)” podría tambien decirse sin faltar a la verdad que está contrastado empíricamente el que:
— Sólo en las monarquias capitalistas funciona la socialdemocracia.
Si algo esta demostrado “empíricamente” como Ud. dice es que sólo con un sistema capitalista es posible la Democracia y la práctica de los Derechos Humanos. Tambien que sólo gracias al mayor paradigma del capitalismo, que para la izquierda es USA, las socialdemocracia europea se han librado de los socialismos nazis, fascistas y comunistas, resumiendo del socialismo.
La socialdemocracia, no es otra cosa que una forma mas de liberalismo, y prospera donde prosperaría cualquier tipo de organización social, pues donde Ud la situa son sociedades moralizadas, sin corrupción, trabajadoras y esforzadas.
Keynes era un liberal y aquí ya lo dijo don Enriqie: “Sin Keynes no hay Socialdemocracia pero si hay Keynesianismo sin socialdemocracia”.
Esa misma socialdemocracia, puesta en práctica en España (Felipe Gonzalez), produjo la mayor corrupción conocida en la historia de este país, incluido desapariciones y terrorismo de estado. Algo impensable en las sociedades luteranas nórdicas.
Y digo “Esa misma socialdemocracia” porque el PSOE de Felipe Gonzáez fue diseñado por Olof Palmer y Willy Brandt y financiada su creación con el dinero de los sindicatos USA. —La CIA (no recuerdo si con Nixon o Carter) había hecho un informe donde se decía que en dos elecciones el Partido Comunista se haría con el poder— y pidieron a los sindicatos que fueran ellos los que aportaran los fondos con que se reinvento el PSOE.
Socialdemocracia es tan paradójico como si dijéramos cristianismoracional. Socialismo y democracia se niegan como fe y razón.
Un Oyente de Federico
Don Oyente de Federico,
1- que los Estados escandinavos sean paradigmas de políticas públicas de corte socialista democrático durante el siglo XX no significa que sean los únicos.
Algunos de esos Estados nórdicos son monarquías (como Suecia), tal y como vd. señala. Otros, por el contrario, son repúblicas (como Finlandia).
En la propia república de USA (lejos de la imagen proyectada en los tiempos más o menos actuales por tal Estado), han habido políticas públicas de corte redistributivo durante muchos años en el siglo XX. Pensemos en el New Deal de la Admón. Roseevelt p.ej. Dichas políticas públicas fueron más o menos hegemónicas hasta la llamada revolución conservadora y el reaganismo.
Si vamos a Latinoamérica, veremos que en muchas de aquellas repúblicas se estaban iniciando políticas públicas redistributivas cuando la Operación Cóndor las abortó brutalmente. En la actualidad, superados más o menos los efectos de dicha siniestra operación militar (imperialista, esto es, de dominar o condicionar poderosamente una potencia extranjera a otras), de nuevo se reemprenden dichas políticas en muchas de esas repúblicas. Los resultados, de mejora de condiciones materiales de vida, son de nuevo palpables, a pesar del empobrecimiento acumulado durante dichos regímenes de terror.
2- El Capitalismo no es condición sine qua non para la Democracia. El ideal democrático es mucho anterior al capitalista. Ya el senador Marco Tulio Cicerón, p.ej., hablaba de lo primero, muchos siglos antes de la Ilustración, de la Industrialización y del final del Medievo.
De hecho, en puridad, Capitalismo y Democracia acaban siendo cosas antagónicas. En el Capitalismo el sujeto político acaba siendo el capital (dinero, mercancía, negocio...), mientras que en la Democracia debe serlo el Ser Humano, todos los seres humanos (Demos, el Pueblo, the People...).
No es la Democracia algo propio del Capitalismo. Un ejemplo de Democracia que pretendía cambiar el Capitalismo por otro sistema (y no le dejaron) fue p.ej. la República de Chile presidida por el Dr. Salvador Allende (con una mayoría parlamentario-gubernamental integrada por "marxistas, laicos y cristianos", como enunciaba el Pte. en su discurso de la Universidad de Guadalajara).
(...)
(...)
3- Lo de asociar el Socialismo con el Fascismo creo que es parte de ese sentido del humor que vd. usa a veces y a mí me sorprende, dado mi candor.
Pero, si fuera en serio, sólo apuntaría algo: el Socialismo está basado en las políticas públicas redistributivas. No es tal sin ellas. El Fascismo no las realizó allí donde gobernó. Al contrario, favoreció la concentración de rentas en manos de las élites socioeconómicas. Donde dijeron digo...
¿Por qué Mussolini (su fascismo remedaba a los antiguos sindicatos obreros italianos, los fascios) en Italia, Hitler (su nazi-fascismo se presentaba como un nacional-socialismo) en Alemania, o los falangistas (su franquismo-fascismo se presentaba como un nacional-sindicalismo) en España, quisieron presentarse entonces como próximos a las clases trabajadoras?
Porque necesitaban una masa social amplia que les siguiera y apoyara, y jamás la habrían logrado si se hubieran presentado como próximos a las élites socioeconómicas, las cuales son muy inferiores en número a las clases populares.
Lo mismo está haciendo hoy el Tea Party en USA, p.ej. Pero, de nuevo, nada más lejos de la realidad: son próximos y afines a las grandes fortunas cercanas a la industria farmacéutica y de la sanidad privada yankees. Allí donde alcanzan poder no realizarán políticas públicas redistributivas, favorables a las clases populares.
En la actual España, antes de las elecciones, el Partido Popular llegó a afirmar ser "el partido de los trabajadores" en un gesto de cinismo exagerado. Ahora, ya con el poder institucional, sus políticas públicas son profundamente perjudiciales para las clases trabajadoras (continuación y profundización de las políticas del Gobierno anterior), nada redistributivas y lesivas para nuestros intereses y derechos.
A nivel de tribus urbanas, último ejemplo, informa la Policía de que algunos movimientos de extrema derecha en España han abandonado la estética neonazi para ir adoptando una estética similar a las de las llamadas extremas izquierdas (estalinistas, etc.): cortes de pelo irregulares, pañuelos palestinos, ropas anchas, capuchas negras... Los comandos urbanos violentos y reaccionarios que están usando esa nueva estética habrían comprobado, decía en su informe la Policía, que con ella conseguían mayor base social más fácilmente que con su estética paramilitar anterior: cabello corto, pantalones tejanos remangados, tirantes rojos, chaquetas de aviador (o bombareras), gafas de sol modelo pera (o policía), botas militares...
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4- Interesante lo del fortalecimiento del PSOE de González en la Transición por parte de agentes extranjeros. Es una Historia sobre la que todavía me queda mucho por leer y aprender. Un militante histórico del PSOE me contó en una conversación casual hace pocos meses que González contaba durante la Transición con un equipo de asesores alemanes (me sugería que de tendencia conservadora).
La CIA probablemente consiguió sus objetivos.
La socialdemocracia nórdica quizá debió de sentirse muy decepcionada con la evolución del PSOE desde el 78, cuando en tal organización se fue trabajando incansablemente para ir marginando a los sectores partidarios de políticas públicas redistributivas. Marginaron a los Llopis, Tierno, Criado...
En el 93 (y tras varias huelgas generales) dicho trabajo interno ya había cristalizado en una organización dominada casi por completo por la facción que opinaba aquello que tan bien resumía el Sr. Solbes, cuando decía que se alegraba de la hegemonía institucional internacional de los economistas (conservadores) neoliberales sobre los neokeynesianos (sociales). Fue cuando, por fin (desgraciadamente), abandonaron las políticas redistributivas que, de algún modo, habían implementado entre el 82 y el 93.
Achacar la corrupción española al PSOE me parece muy erróneo. ¿La mayor corrupción conocida en este país? El Estado franquista-fascista era profundamente corrupto. Y esa herencia la llevamos encima hasta el día de hoy, tanto con Filesas como con Gürteles.
5- Keynes era un liberal progresista (reformista), pero eso no significa que sus aportaciones a su ciencia no puedan ser usadas por otras corrientes, de modos distintos a como lo harían en la actual degeneración conservadora que se hace llamar liberal (algunos de quienes hoy se llaman liberales se posicionan fuertemente en contra de cosas defendidas por los Rousseau, Stuart Mill, Jefferson...).
De hecho, los hoy llamados economistas keynesianos son una escuela muy distinta de los hoy llamados economistas liberales (o clásicos). También son distintos de los llamados economistas marxistas, claro. Dº J.M. Keynes se centró mucho en que hubiese pleno empleo en la Economía. No quería que la Demanda Agregada cayese, pretendía que ésta fuese estimulada cuando fuese necesario y como fuese necesario. Para ello no dudaba en defender medidas tales como p.ej.: la reducción de jornada laboral (el reparto del trabajo entre toda la población, sin pérdida de poder adquisitivo cada individuo), el aumento del poder adquisitivo de los trabajadores (vía aumento de la renta salarial), ciertas medidas proteccionistas respecto al comercio internacional...
Los avances de Keynes en Economía, tomados p.ej. por los llamados keynesianos militares, ofrecen resultados muy distintos que si son tomados por los llamados economistas sociales nórdicos. En algunos artículos del blog del economista (y diputado) Dº Alberto Garzón se explica todo esto con más detalle del que yo soy capaz.
En pocas palabras: en el Liberalismo una sociedad es considerada como la suma de sus individuos. En el Socialismo una sociedad es más compleja aún que eso, pues también hay que considerar las relaciones efectivas de poder (vid. Ferdinand Lasalle y sus "factores reales de poder") entre tales individuos.
Saludos cordiales,
SrM, Don Enrique tiene razón, es usted asombroso.
Respecto a su contestación a mi comentario, lo de las cooperativas me parece una gran idea. Imagine un sistema de libre competencia pero en el que los agentes ya no fueran empresas sino cooperativas. Es decir, por ley son dueños todos los trabajadores y los beneficios se reparten. Lo que no excluye que el reparto sea un poco desigual para premiar el mérito, pero desigual en porcentaje, no en términos absolutos. Es decir, yo me llevo el 30% y tú el 70%, pero si los beneficios se duplican, se duplican para todos, para ti y para mí, no sólo para el dueño de los medios productivos. Y siempre estableciendo límites. Por ejemplo, que el que más cobra en una cooperativa no pueda llevarse más del 300% más que el que menos cobra. Y estipulando asimismo sueldos mínimos, esto ya en términos absolutos.
Sería una forma estupenda de evitar esa progresiva acumulación del capital, y sobre todo en la forma aberrante que se da ahora, que no sólo perjudica los derechos inmediatos de la población sino la propia sostenibilidad del sistema.
Nos quedaríamos así con todo lo beneficioso del liberalismo cásico, que es cierto que tiene sus muchas luces - como la tendencia a la eficiencia, los óptimos de Pareto, que cumple unos mínimos, muy mínimos, de satisfacción social, etc. – y habríamos dado un gran paso en cuanto a su necesaria humanización.
De hecho hace un tiempo intenté estudiar cómo funcionaría un modelo de este estilo, partiendo de la teoría más simple de competencia perfecta, manteniendo el mecanismo de fijación de precios con la oferta y la demanda, como en un libro de 1º de economía, pero sustituyendo la noción de empresa por la de cooperativa. Llegué a algunos curiosos resultados.
Por ejemplo, ante una subida del precio, lo óptimo para la cooperativa no siempre sería aumentar la producción y ‘contratar’ más ‘trabajadores’ (en este caso socios). Con empresas siempre lo es. En cooperativas depende de la forma de la curva de producción de cada entidad. Y, caso de producirse tal aumento de producción, sería más leve que en el caso empresarial. Ante una caída de los precios, lo mismo, la cooperativa no siempre querrá disminuir su tamaño despidiendo a trabajadores. Es decir, el mercado laboral sería más estable. Casi serían innecesarias medidas de protección del trabajador contra el despido: el sistema espontáneamente produciría resultados deseables.
Y lo que es mejor, ante una mejora de la curva de producción (mejora de la tecnología) tampoco sería siempre óptimo aumentar el tamaño de la empresa. Esto, que se puede demostrar matemáticamente, es en realidad intuitivamente muy razonable: si tenemos una cooperativa y mejora nuestra tecnología, es decir nuestra capacidad de producir más con menos esfuerzo, a lo mejor preferimos aumentar nuestros sueldos, o trabajar menos, que contratar a más individuos para producir más cobrando una miseria.
Lo que engancha con un comentario suyo muy interesante en otra entrada, SrM, sobre la mejora de la tecnología y el paro estructural. Con la llegada de las máquinas a la agricultura, la sociedad pudo elegir entre dos opciones: Primera, trabajar todos menos horas y cobrar lo mismo. Segunda, trabajar sólo unos pocos, pero mucho, y cobrar lo mismo, y el resto al paro y a buscar nuevas formas de trabajo en el sector servicios. Como las máquinas eran propiedad de unos pocos, que no eran los que trabajaban el campo, tristemente elegimos (nos hicieron elegir) la segunda. Como usted contaba, la historia de la tecnología ha seguido más o menos esta dinámica siempre. Con cooperativas no habría pasado, porque los medios de producción pertenecerían a los propios trabajadores.
Pero ¿seguro? Puede pensarse que si las cooperativas no tienden a aumentar su tamaño y contratar nuevos trabajadores tendríamos igualmente un problema de paro. Nada más lejos de la verdad. Precisamente porque los agentes no tienen esa inclinación a crecer, siempre hay hueco para la creación de nuevos agentes que se dediquen al mismo producto. Y es así porque el consumo se mantiene, ya que, como hemos visto, en un tal sistema el poder adquisitivo de la población es alto. Con empresas esto último es lo que falla, a no ser que estén obligadas por ley a mejorar los sueldos de sus trabajadores.
En resumen: en un sistema cooperativista desaparece la tendencia (individual, es decir, de cada agente) de crecer sin límites. Las multinacionales no existirían. La economía sería más local y controlable políticamente. Recordemos que la estrategia europea actual beneficia fundamentalmente a las multinacionales. Esto me recuerda la propuesta de Don Enrique sobre una Europa como país. Creo que él afirma, con mucha razón, que si la economía se organiza a nivel global, la política debe hacer lo mismo para dirigirla por donde más convenga a la población. La economía al servicio de la voluntad del ser humano y no al revés. Pues bien, propongo una primera acción de ese gobierno europeo: economía cooperativista obligada.
En este caso el principio de maximización del beneficio individual produce resultados distintos, por tan sólo haber añadido una regla más en el juego. Me pregunto qué pensarían de esto los antiguos liberales. Aunque todo esto es un modelo simplísimo. Con todo rigor matemático, es cierto, pero hecho por uno que no sabe economía sino por haber leído un par de libros de texto. De modo que la calidad del modelo y las conclusiones… no sé, no se fíen.
En cuanto a lo que decíamos sobre explotación y el hombre como sujeto, creo que esto debe explicarse mejor. Veamos qué nos cuenta Don Enrique, que se expresa como los ángeles.
Sr. M,:
1.- El ejemplo lo puso Ud. ¿Conoce alguna otra?
El que Salvador Allende fuera suicidado, no le da carnet de demócrata ¿Ha leido Ud. su texis doctoral? ¿Porqué se negó a entregar a criminales nazis refugiados en Chile?
Como curiosidad, hace muy poco han prescrito algunos delitos del delincuente Juez Garzón, entre ellos el gastarse 4000 euros en una cena pantagruélica con Henry Kissinger, el ideólogo del Pan Condor.
Pelillos a la mar, como hizo IU con las 30 penas de muerte aplicadas clandestinamente y sin juicio por el gobierno del PSOE de Felipe Gonzalez. Eso no es fascismo. Lo de los Juicios de Burgos, sí.
2.- No era broma. Mussolini era un socialista destacado y perseguido por serlo. Fue director de Avanti el organo del Partido Socialista Italiano. Según sus propias palabras en una entrevista de una periodista americana, fue cuando vio matarse ente si a los trabajadores de distintos paises cuando comprobo el fracaso del internacionalismo y decidio crear un socialismo de corte nacional y lograr que Italia fuera una República Social Italiana. Era socialismo nacionalista. Su modelo sindical, de elecciones y delegados es el mismo modelo de nuestros sindicatos mayoritarios actuales.
Es el mismo caso de la Falange española. En el año 1945 el NODO (noticiero franquista) publicaba el discurso del lider falangista Arrese en el parlamento español:
http://www.youtube.com/watch?v=E6VMM3nyMEs
Lo mismo puede escucharlo Ud, en boca de destacados lideres socialistas como Fidel, Chaves, Evo, Toxo, Tomás Gómez…
Y ese socialismo que puso en práctica la falange era el que llevaba a la ruina al país (como no podía ser de otra manera. Socialismo = Ruina).
En el año 59 Franco quitó la economía de las manos de Falange y se las dió al Opus, pero les dejo lo social y lo hicieron de forma que ya hubieran querido para si los proletarios de esa URSS que ponía a perritas el órbita.
Sus lideres más joseantonianos, como Hedilla o Dionisio Ridruejo, acabaron exiliados y misiltando en la socialdemocracia, esa que le gusta a Ud. y yo le alabo el gusto.
Es muy aclarador los párrafos que el anarquista histórico Diego Abad de Santillan, le dedico a Jose Antonio en su libro “Porque perdimos la guerra”
Oigan, qué nivel. Es que no paran de sacar temas y así no se puede. A ver si nos aclaramos. Habría un tema fundamental: si el captalismo necesita un alto nivel de vida, ¿por qué sería malo?
Algunos subtemas, si damos prioridad al anterior , serían:
a) De acuerdo a D. Güapo: ¿es el captalismo inherente a la naturaleza humana? -por cierto, yo creo que sí pero eso no le hace bueno-.
b) D. Ibarra: ¿Escaparían las cooperativas a la explotación? Yo, aquí, no tengo opinión. Aún, claro.
c) D. SrM: ¿Cua´l es la relación entre democracia y capitalismo? Y usted la resuelve diciendo que no es necesaria. Yo estaría de acuerdo, sin embargo sí creo que una aparente democracia al menos es necesaria al nuevo capitalismo.
y d) D. Oyente: ¿Relación entre Fascismo y Socialismo? Pues mire usted, yo creo que sí hay relación. De hecho, el fascismo es incomprensible sin lo que se llamó cuestión social. Tal vez la diferencia esté entre que el fascismo acaba pidiendo solidaridad y el socialismo pensaba que el problema era estructural y se pedía justicia social. Lo cual, por cierto, nos lleva a ese problema de la palabra "solidaridad".
Y otra cosa más, ¿a ninguno le gusta el fútbol?
1- Cierto es que, si tocamos todos los temas laterales, la discusión se desborda. Mea culpa también.
2- Sobre lo de Dº Ibarra y las cooperativas había escrito algo (largo) en donde acababa llegando más o menos a la pregunta que formula Dº Mesa en su "b) D. Ibarra: ¿Escaparían las cooperativas a la explotación? Yo, aquí, no tengo opinión. Aún, claro". Lo pegaré aquí después, con permiso del prof. Mesa y a riesgo de ir acabando con su paciencia con los tochos que a veces escribo.
3- Sobre lo de Dº Oyente. En mi punto 1 que contesta ya aparecen países que no son monarquías. Sobre Allende señalaría especialmente que su Gobierno no instaló una dictadura del proletariado y mantuvo un regimen multipartidista. Y sobre el supuesto Socialismo de los fascismos, reiteraría mi argumento central de las políticas públicas redistributivas. Éstas están ausentes en los regímenes fascistas o fascistoides de los Mussolini, Hitler, Franco, Salazar, Pinochet... Y presentes en regímenes democráticos con políticas de cariz socialista como p.ej. Dinamarca, Suecia, Noruega, Finlandia y aquellos países latinoamericanos de antes de la Op. Cóndor y en algunos de los actuales del ALBA...
4- Sobre el Capitalismo versus Democracia que apunta Dº Mesa.
Antes nos decía: "¿es el capitalismo, cualquiera y en cualquier forma, intrínsecamente malo?" y, ahora, añade: "Habría un tema fundamental: si el captalismo necesita un alto nivel de vida, ¿por qué sería malo? (...) ¿Cua´l es la relación entre democracia y capitalismo? Y usted la resuelve diciendo que no es necesaria. Yo estaría de acuerdo, sin embargo sí creo que una aparente democracia al menos es necesaria al nuevo capitalismo".
Apuntaba servidor antes que el Capitalismo acaba siendo anti democrático y anti ilustrado. Más adelante señalaba que la Democracia no nace del Capitalismo, sino que es un ideal muy anterior.
Puede que la Democracia necesitase al Capitalismo (o se sirviese de él) para renacer tras el Medievo. Un Capitalismo de transición podría haber sido quizá algo aceptable en aquel mundo tenebroso de absolutismos, marcadas tiranías y oligarquías, irracionalidad... Las enormes fuerzas económicas que libera el Capitalismo permitieron la transformación del Mundo, también a nivel político y social.
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Pero ¿y luego? Llega en un momento en el cual el desarrollo democrático (más poder para el Ser Humano, para todos y cada una) confronta con el desarrollo capitalista (maximización del lucro mediante la competencia mercantil irrestricta, ergo más poder para los propietarios de fortunas).
El desarrollo democrático entiendo que tendería a limitar paulatinamente al Capitalismo, a ir sacando cosas del circuito de ánimo de lucro como parámetro principal de funcionamiento. Hay cosas que en Democracia no pueden regirse bajo tal criterio. Las más o menos clásicas: educación, sanidad, justicia, seguridad... Y, a medida que se profundiza en la vida democrática, irían surgiendo más, fruto de los nuevos zeitgeist que se vayan dando en el seno de la sociedad.
El desarrollo capitalista tendería (tiende) a ir sustituyendo la Democracia por la Plutocracia, la cual es una forma más de oligarquía.
La apariencia de Democracia, la democracia meramente formal (y no material), al estilo de los primeros liberales y su libertad negativa por no injerencia (pero no positiva por capacidad efectiva), una vez que ya se comprobó a principios del siglo XX que tal sistema no funcionaba y era insuficiente, puede encajar en la definición de ideología en Marx que nos dejaba vd. el otro día en un escrito breve de esta página: "aquellas ideas que buscan ocultar la realidad para preservar el dominio social".
Claro que quien domine a otras personas tendrá más fácil el ejercicio de tal dominio si consigue una apariencia de que no existe tal. Tema central tratado p.ej. en historias de ficción como "Matrix". Un tirano o unos oligarcas que se presenten ante las personas dominadas como tales necesitarán esforzarse más.
Pero la apariencia de Democracia no es la Democracia en sí. Si caso podrá conseguirse tal apariencia con algunos rasgos democráticos de baja calidad.
PD: A mí me gusta el fútbol :-) pero no el opio ideológico en el que lo convierten en nuestra sociedad. Sí que experimento la inyección de adrenalina, oxitocina, serotonina... cuando consigo hacer malabarismos con un balón, o cuando persigo en un sprint al límite de mis fuerzas un pase largo enviado por un compañero de juego. Mas al contrario, personas como, p.ej., el (opino) vándalo antideportivo Dº Mourinho, o el defensor de dictaduras árabes Dº Guardiola, me ponen cada vez de peor humor. El grotesco panem et circenses me acaba soliviantando.
PPD: ahora copiaré el texto que decía, el que escribí pensando en lo escrito por Dº Ibarra. Va principalmente sobre las cooperativas. Acabaré publicándolo, cuando pueda, en mi propio blog, no sé si entero o partido. Si fuese demasiado extenso (creo que son 5 comentarios de éstos), Dº Mesa: siéntase libre para extractarlo, no ponerlo aquí, o lo que fuese oportuno a su buen criterio ;-)
He leído lo que ha escrito sobre el cooperativismo, Dº Ibarra. Me parece muy interesante. En cuanto pueda lo volveré a leer con más detinimiento. ¡Hay tanto por aprender!
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De su comentario, y de lo que señala el prof. Mesa sobre sus lectores, yo me inclino a pensar que, entre todos, aquí y en otros lares de la vasta Red, vamos poco a poco tejiendo una suerte de inteligencia colectiva que analiza, razona, argumenta, perfecciona... Distintos puntos de vista, distintas actitudes y aptitudes... todo lo cual podría ir dando con el tiempo unos resultados ricos y completos. En cualquier caso, por mucho buen resultado que se vaya obteniendo, esos analizar, razonar, etc. entiendo que nunca se acabarían, sino que, simplemente, continuarían con los cambios que se fueran produciendo.
Este pensar y conversar que la Red nos permite, el cual es multidireccional (a diferencia de la eminente unidireccionalidad de p.ej. radio o TV) y muy horizontal jerárquicamente (a diferencia de la eminente verticalidad jerárquica de los medios clásicos de comunicación), podría posibilitar a largo plazo una revolución cultural sin precedentes cercanos, de mucho mayor impacto que el de la ya revolucionaria imprenta, p.ej.
Lástima que haya llegado esta tecnología y sus posibilidades en unos momentos tan convulsos, de debilitamiento (donde los hay, en las Democracias, por pobres en contenido que sean) de derechos civiles tales como el de la libertad de opinión y expresión. Algunos agentes políticos y sociales desearían (a la vista de sus actos y opiniones) abalanzar sus zarpas sobre la vida en la Red y coartar dichos intercambios. Conozco a un abogado y catedrático penalista quien dramatiza diciendo a su auditorio, creo que con bastante tino, algo como: estamos viviendo la caída del segundo Imperio Romano; ya comienza la segunda época de tinieblas, la segunda Edad Media.
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Le haré una glosa, lo mejor que me permita la memoria, de lo que explicaban en aquella conferencia en la Plaça de Catalunya sobre el cooperativismo sin ánimo de lucro. Decía el ponente:
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a) Todo trabajador es también dueño de la empresa. Al margen de las posibles especializaciones funcionales, por ejemplo en gestion, las principales decisiones de gobierno empresarial se toman democráticamente: un trabajador, un voto (a diferencia de la decisión capitalista de: una acción, un voto; de modo que los más ricos pueden tener más votos en la Junta).
b) La retribución percibida por el trabajo está también a medio camino en el concepto de salario y de dividendo. Es variable: oscila entre cero (en caso de pérdidas), lo cual la hace similar al caso del accionista, y entre una cantidad variable (según beneficios) que, en cualquier caso, tiene un límite máximo estatutario (creo que un múltiplo del SMI, como p.ej., digamos 5*SMI, lo cual puede ofrecer una cantidad máxima muy aceptable mas nada opulenta), lo cual ya se asimila en parte a un salario.
c) La diferencia, la horquilla, entre la retribución que percibe el trabajador que menos cobre y el que más cobre está fijada restrictivamente. Creo recordar que nos decían que en una proporción 1:3.
De esto y de lo anterior, puede verse que, p.ej., si quien más cobra (pues no todos cobrarán exactamente igual), en caso de que cobre ya el máximo permitido por la empresa cooperativa, lo hace en 5*SMI, que digamos que es igual a 4.000 € mensuales para este ejemplo, entonces quien menos cobre lo hará en 1.333 € mensuales (1/3).
Si hay beneficios suficientes para pagar dichas retribuciones estipuladas, se paga a todos. Si no hay beneficios suficientes para ello, se paga a prorrata a cada cual. Si hay pérdidas y no se puede pagar, ese mes no cobra nadie (como contrapartida al trabajo sin remunerar, no hay despidos ni reducciones de plantilla).
d) En caso de que haya margen para subir salarios (porque aún no se haya alcanzado dicho máximo estipulado estatutariamente, que en mi ejemplo era de 5*SMI = 4.000 €), si se sube la retribución de un trabajador, se debe subir entonces también la de todos en proporción.
Lo mismo si se baja la retribución de un trabajador: se baja la de los demás en proporción. Todo ello siempre dentro de esos mínimos, máximos y demás condiciones que decíamos.
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P.ej.: si un trabajador pasa de cobrar 3.500 €/mes a cobrar 4.000 €/mes, lo cual supone un incremento del 14,29%, entonces la retribución de todo trabajador se aumentará también un 14,29%. De nuevo, siempre dentro de los límites máximos antes aludidos y demás condiciones.
e) Esta empresa cooperativa tiene como objetivo, tras su supervivencia (económica, pudiendo variar, no obstante, el bien o servicio que se dedique a producir), no el aumento máximo posible del beneficio empresarial a repartir en dividendo (como en la empresa capitalista tradicional), sino la creación de puestos de trabajo.
De esto y lo anterior se concluye que, si hay excedente de beneficio tras haber retribuido el trabajo, entonces puede aumentarse la cuantía de esa retribución dentro de los límites y condiciones estatutarios, propios de esta clase de empresa.
También, si hay excedente de beneficio, entonces debe mantenerse la empresa bien dotada de reservas (para activos tales como maquinaria, amortizaciones, etc.).
Si continúa habiéndolo, entonces debe ir ampliándose la plantilla de trabajadores-dueños.
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Hasta aquí la glosa. No las tengo todas conmigo sobre si he resumido todo lo que dijo allí sin dejarme nada y si, además, lo he hecho fidedignamente.
Obviamente, como a todo modelo, siempre se le podrán hacer críticas. P.ej., el modelo de economía de mercado llamado de competencia perfecta ha demostrado ser bastante alejado de la realidad (con infinitos productores y consumidores precio-aceptantes, con información completa y perfecta, con productos no diferenciados...). En la realidad no se da en ningún caso.
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Yo haría algunas consideraciones a la glosa sobre ese modelo de empresa cooperativa.
1) junto al aumento de la retribución económica por el trabajo si aumenta el beneficio, plantearía la reducción de horas de jornada (hasta las cuatro horas diarias, más o menos).
Es otro modo de contribuir tanto al aumento del poder adquisitivo, como a la creación de puestos de trabajo, como al bienestar.
2) si al objetivo de creación de puestos de trabajo le añadimos la consideración de "útiles a la sociedad", creo que tocamos algo que quedaba desatendido. Una de las tres grandes preguntas de la Economía: qué producir (las otras creo que eran cómo producirlo y cómo distribuirlo).
En el modelo de Economía de mercado esas preguntas las responde el mercado y la empresa privada con ánimo de lucro que compite en el anterior. En la Economía de planificación central, son respondidas por el Estado planificador.
Si fuera posible definir ese "trabajo útil a la sociedad", creo que estaríamos añadiendo algo desatendido tanto en este modelo de organización empresarial cooperativa como, mucho más aún, en el modelo de trabajo asalariado configurado desde la óptica capitalista. El trabajo capitalista se hace a cambio de un salario en una empresa que busca maximizar su lucro mediante la competencia mercantil.
Ese "trabajo útil a la sociedad" bien podría acabar casando con el sueño del Ser Humano sujeto ilustrado, quien trabaja para humanizar el Universo y vivir todos mejor cada vez. Sería un trabajo que nunca se acabaría, pues necesitaríamos constante adaptación al medio y, también, buscaríamos el bienestar, concepto éste tomado desde un punto de vista dinámico, es decir, que cada lo sociedad, en cada época, lo define de modo diferente.
Sin añadir esa consideración de utilidad social al objetivo empresarial cooperativista de "creación de puestos de trabajo", la pregunta de qué producir continúa siendo respondida en cierto modo por el mercado. Y su criterio es el del ánimo de lucro. Ya sabemos que este criterio puede amparar tanto cosas deseables como otras indeseables, p.ej.: maltrato animal, guerras, etc. P.ej.:el aumento de guerras o incendios forestales puede tener un impacto beneficioso en el PIB, lo cual pone en evidencia la ceguera de usar tal criterio como timón. Sin incluir la susodicha consideración sobre la clase de trabajo útil socialmente (el cual determinaría la clase de producción económica que se realizaría), creo que estaríamos modificando el ánimo de lucro de los trabajadores-propietarios, pero no el ánimo de lucro capitalista respecto a qué se está produciendo empresarialmente. Por eso lo señalo.
(...)
(...)
3) ¿Cómo definirlo? ¿Quién lo hará? Mi respuesta ha de pasar por la Democracia (lo deciden todos y cada una) y la Razón (de la forma más racional posible). No se me ocurre nada mejor.
Si miramos hacia algunos intentos pasados de dar una definición, podemos ver p.ej. el fracaso que fue la URSS estalinista, donde, en Economía de planificación central, un Estado dominado por élites burocráticas (a algunos, como a Bertrand Russell, se les cayó el alma a los pies al conocer el fiasco que fue aquello, respecto a lo que parecía prometer en sus inicios) pretendió imponer qué era útil socialmente, según el criterio de aquellos déspotas.
Por supuesto, el reparto de la producción económica distó de ser equitativo, además. Muchos lo han llamado Capitalismo de Estado. En términos de plusvalor (aún me falta leer más sobre esto para opinar con más fundamento), el Estado se quedaba con el mismo, en lugar de devolvérselo al trabajador. En la fabulosa "1984" orwelliana, hacen una semblanza demoledora llamándolo Colectivismo oligárquico.
4) Quizá un ejemplo más exitoso de definición de qué es ese trabajo útil socialmente lo encontremos de nuevo, aunque sea parcialmente, en los Estados que han ido implementado de manera estable políticas públicas propias del Socialismo democrático.
Los liberales preguntaban: ¿cómo decidir qué ha de ser un servicio público del Estado del bienestar? Planteaban la cuestión de que el bienestar era subjetivo, relativo, de que no todo individuo valoraría igual las mismas cosas y que, por tanto, elevar a la categoría objetiva de bienestar algunas de esas cosas discutibles y, como contrapartida, establecerlas como deberes tanto del Estado al prestarlas, como de toda la sociedad al financiarlas impositivamente, era despótico.
Respondían los socialistas democráticos que la forma en que se establecía la respuesta a esa pregunta era la Democracia (la mayoría social votaba a unos partidos con unos programas políticos previamente presentados en campaña electoral con la necesaria honestidad y seriedad; el último sintagma lo añado pensando especialmente en el actual Gobierno de España) y la Razón (ejercitada mediante la decisión del electorado, el debate parlamentario...).
Al hacerlo de este modo, además, el Estado del Bienestar adquiría un carácter dinámico (se iba adaptando a las nuevas demandas sociales de cada tiempo) y de tendencia expansiva. No era pues despótico, sino democrático, al ponerse de acuerdo la mayoría social (la cual generaba la mayoría parlamentario-gubernamental) en que deseaban tales o cuales servicios públicos para su Estado del bienestar.
5) Quizá la definición de esos trabajos útiles socialmente sobre los que yo me interrogaba podría hacerse de un modo similar, a través de la Democracia y la Razón. Esto es, yendo más allá de cómo los socialistas democráticos definían qué sería y qué no un servicio público de Estado del bienestar: abarcando también la definición de las demás clases de trabajo, que podrían ser prestados por dichas empresas cooperativas sin ánimo de lucro.
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Todo las consideraciones que he añadido tras la glosa no las he reflexionado mucho, en cualquier caso. Las he escrito de un tirón. Tendrán puntos débiles que no se me habrán ocurrido.
D. SrM: por supuesto puede poner en esta su casa, qué fino que soy, todo comentario que desee. de hecho, ya sabe que si alguna vez quiere contestar a algo y le queda extenso, con gusto, a usted y a otros significados comentaristas, les cedo el espacio de este blog no solo en los comentarios sino, si se le puede llamar así, en primera plana. Y si lo publica usted en su blog me encantaría, igualmente, que nos pusiera usted aquí o en portada un vínculo. Y ahora, me disculpará pero estamos en pleno final de 2º de bachillerato. Y luego, ya me pondré en contacto con usted (¿sonó misterioso, eh?)
Muy amable, profesor.
Yo también entro en la recta final del curso. De aquí a finales de junio me temo que iré desapareciendo progresivamente, enfrascado en la preparación y realización de exámenes.
Algunos de los comentarios que dejé aquí los fui también convirtiendo en escritos en mi propio blog, con un enlace hacia esta página ;-)
Son, en orden cronológico inverso:
http://ciudadanopublico.blogspot.com.es/2012/05/empresas-cooperativas-sin-animo-de.html
http://ciudadanopublico.blogspot.com.es/2012/05/democracia-y-capitalismo.html
http://ciudadanopublico.blogspot.com.es/2012/05/la-red-es-el-germen-de-una-nueva.html
http://ciudadanopublico.blogspot.com.es/2012/05/conversando-de-democracia-capitalismo-y.html
http://ciudadanopublico.blogspot.com.es/2012/04/el-capitalismo-podria-mejorar-nuestras.html
Cordialmente,
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