Yo sé que soy cansino. Pero, frente a quienes sienten que cualquier evaluación de un servicio público es una concesión al neoliberalismo malvado, estamos los que creemos que esa evaluación es un derecho de la ciudadanía en democracia. Por eso, si ustedes entran en La lechuza de Minerva y van allí a Actividades -donde pone Blogs- pueden ver la crítica de mis alumnos a mi labor como profesor. Muchas, por cierto, muy interesantes.
6 comentarios:
para nada no presete atención a esas críticas usted es uno de los mejores profesores que han pasado por el ies el espinillo. Le escribe uno que estuvo alli 8 años.
D. Anónimo, yo creo que los profesores siempre debemos prestar atención a lo que opinan de nocotros nuestros alumnos. Y otra cosa, es que luego puedan tener razón o no. Al fin y al cabo, un servicio público debe estar sujeto a críticas.
Es Ud sin duda un hombre curioso, con los años se va reciclando (incluso osa disfrutar!) en una profesión tan venida a menos y en piloto automático como la docencia.
He ojeado alguna de las críticas de sus alumnos y he recordado los buenos momentos que se pasaban en el aula con Ud al mando. Veo que sigue marcando a las personas allá por donde pasa.
Siga con su impecable trabajo D. Enrique.
Comparto totalmente el criterio de la necesidad de evaluación de la labor profesional...en todos los sectores y en todos los ámbitos. Naturalmente, evaluación incluye objetividad.
No lo recordaba y al leer los comentarios de sus alumnos, me ha pasado como la vez anterior.
Empiezo creyendo que voy a leer textos de indigentes intelectuales y me encuentro con una mayoría de comentarios muy interesantes y con no pocos de los que yo ya quisiera, a mis años, dilucidar como ellos.
Enhora buena, profesor.
No queda duda de que sus alumnos le valoran, le respetan y le admiran.
Será Ud un buen referente para ellos, durante toda su vida. Que es lo que ha de ser un maestro.
Un Oyente de Federico
Cuando cuelga ud. estas cosas siempre me vienen a la memoria mi antiguo maestro Dº Joan Barneda (Castellano, Literatura, Geografía física y política...) y el vínculo que aún siento con él y sus enseñanzas.
Enseñar es una profesión bella. Manejar grupos debe ser enormemente difícil, y más en estas edades juveniles de tendencia impulsiva, casi de necesidad, a la contestación.
Saludos cordiales,
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