¿Quién de nosotros no tiene una vida interior muy grande? ¿Y qué poeta no nos la cuenta una y otra vez? En esta sección mi alma se desnudará. Incluso he comprado una nueva para tenerla más grande. Porque, en el fondo, yo también quiero ser feliz.
Yo soy un tío con una gran espiritualidad. A veces, incluso, consigo desarrollar mi vida interior y no dormirme. Aunque no siempre.
Siempre he sido un tío,además, volcado en la mística. Hay ocasiones en que oigo algo sobre ella y no me río: ah, el anhelo de la unión con el absoluto.
En fin, que creo que doy el perfil.
Por todo ello, desde aquí presento mi candidatura a que el Espíritu Santo, o en su defecto el cónclave de Roma, me nombren papa (sin acento, no nos hagamos líos). Al fin y al cabo, si no me puedo dar de baja de la empresa me gustaría entrar en el organigrama.
2 comentarios:
Con todo el derecho, pues creo que para ser Papa no hace falta ni ser cura. Sólo ser elegido.
Por un par de indulgencias plenarias y un despachito, cuente con mi voto.
Un Oyente de Federico
Me falla la cobertura con el tal Espíritu Santo. En Mieres no debe haber repetidor. Pero daría lo que fuera por verlo asomado a ese balcón con las sandalias del pescador.
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