En este artículo pretendemos reflexionar
sobre lo que vamos a llamar caso Espinar. Como todo
el mundo sabe, Ramón Espinar adquirió una casa de protección pública que le
fue concedida a discreción, sin entrar en ningún concurso, y luego la vendió
consiguiendo un beneficio de unos 20.000 € después de impuestos. Hasta aquí el
dato. Todo esto que hizo Espinar es legal y, por lo tanto, no cabe pedir
ninguna responsabilidad judicial al autor de esta acción. Es más, probablemente
todos hubiéramos hecho lo mismo y yo el primero.
Así, el artículo aparecería acabado
aquí y, de hecho, todas las defensas que han salido de Ramón Espinar han ido por
ahí. En primer lugar, que lo realizado es perfectamente legal. En segundo
lugar, que se trata de una práctica frecuente y que se corresponde con lo que
cualquier otro ciudadano hubiera hecho. En tercer lugar, que lo realizado no es
sino una gota de agua frente a otros casos de malas prácticas en la política en
las cuales la cantidad de dinero conseguida ha sido muy superior. Y, por último
y en cuarto lugar, el argumento de que en el fondo todo esto no es sino un
ataque feroz de la oligarquía frente aquellos que son revolucionarios y buscan
el bienestar del Pueblo. Pues eso.
Pero nosotros sin embargo, en nuestro
afán por ser originales y conseguir un lugar en la cumbre que nos permita ganar
dinero haciendo esto pues carecemos de contactos para que nos asignen
discrecionalmente pisos protegidos, vamos a llevar la crítica a un punto que
consideramos que se ha tenido muy poco en cuenta. Efectivamente, el problema
que vemos en el caso Espinar no es el hecho en sí de que cualquier otro
ciudadano lo hubiera realizado también, yo mismo por ejemplo, sino el hecho de
que aquellos que ha introducido un concepto moral fanático en la política,
luego lo explicamos, sin embargo se lo salten cada vez que son pillados
incumpliendo su propia normativa ética.
Para explicarnos vamos a empezar con
una pequeña cuestión teórica. Podemos es un partido de claro rango populista.
No entendemos aquí populista en un sentido necesariamente negativo, como
sinónimo de demagógico, sino en el sentido doble que de este término dan los
propios teóricos partidarios del populismo. En primer lugar, la introducción de
términos de moral individual en la realidad política. En segundo lugar, la idea
de la división social no por factores socioeconómicos sino a través de una
forma de ser y comportarse determinada.
Efectivamente, el populismo de Podemos
se caracteriza por defender una división social que no guarda relación en
absoluto con la estructura objetiva del desarrollo capitalista sino que tiene
que ver con unas propiedades personales y morales de los individuos. Así la
sociedad se divide en casta, Pueblo y gente.
La Casta sería el grupo social
dominante que se define por una forma material de vida excelsa y a su vez una
moral depravada a la que no le importa el resto de la población y cuyo único
interés personal es explotar a todos los demás ciudadanos para conseguir
mantener sus beneficios.
Frente a ellos estaría el Pueblo, que
es el conjunto de ciudadanos que actúa con unas formas sociales y morales
determinadas que se caracterizan por una cohesión como grupo, unas creencias
morales firmes sobre el trabajo y la honradez y unas relaciones basadas en la
verdad y en una vida sencilla (“la
ropa de Alcampo”). Además este Pueblo se caracteriza por un inconsciente
colectivo que le lleva la defensa de una serie de valores determinados que son
aquellos que explícita el proyecto Podemos, su conciencia, y el populismo en el
fondo no sería más que la representación social del interés colectivo
inconsciente del Pueblo.
Por último, estaría la Gente, el
colectivo social que no es capaz de explicitar su inconsciente colectivo por vivir
reprimido en el anhelo de medrar hasta la oligarquía y cuyo dato inmoral se
percibe claramente en el voto realizado aunque su forma de vida sea honrada (y,
con ello, “popular”). Y por esto ahí están Pablo Iglesias y Errejón discutiendo
sobre si esta gente, como sobre los gentiles en el primer cristianismo, pueden
ser incluidos o no en la buena nueva.
De esta forma, frente al producto Ciudadanos,
destinado a un público que desde la conciencia, generalmente falsa, de ser
clase media pretende medrar y llegar a ser oligarquía (los que usan los campos
de golf municipales y la escuela concertada y miran por encima del hombro en la
cola del Corte Inglés a la chusma),
el producto Podemos se vendería a un público que se sabe ya depauperado y que
en esta condición siente que la realidad de su depauperación no es producto de
unas condiciones objetivas socioeconómicas concretas sino consecuencia de una
oligarquía malvada y corrupta que utiliza torticeramente la política de forma
inmoral para mejorar su condición personal y social: si todos nos amáramos más
la cosa iría mejor.
Y por eso, frente al discurso
marxista que estaba permanentemente teñido, con razón o sin ella, de
instrumentos de análisis socioeconómico y buscando un contenido estructural y
objetivo a todos los aspectos políticos, el discurso podemita reduce toda
realidad a un producto de “ellos frente a nosotros” considerando así que ese ellos son la malvada moral personal y
social y el nosotros es la pureza de
un Pueblo limpio.
Por todo ello, el discurso de Podemos
es populista, no porque sea demagógico, que necesariamente no lo es o al menos
no más que el discurso del Partido Popular cuando dice que no va a subir
impuestos, sino porque postula la moral personal como la base intelectual de
todo el análisis socioeconómico.
Y este es el auténtico problema del
caso Espinar.
Efectivamente, había dos posibles
formas de acercarse al caso Espinar. Por un lado, una forma objetiva que hace
referencia a la crítica de las leyes que permiten dicha acción. Y, por otro, un
análisis de la moral personal en la cual la acción se juzga independientemente
del contexto y sólo en cuanto a relaciones personales.
En el primer caso, lo que el caso
Espinar nos debería llevar a reflexionar es cómo es posible que un piso de
protección oficial, que lo ayudamos a pagar todos los españoles ya sea en todo
o en parte, acabe produciendo ganancia económica en forma especulativa. De esta
forma, esto sería el problema objetivo que plantea el caso Espinar y es un
problema muy importante en referencia a las ayudas sociales y el Estado social
de bienestar.
Pero, y aquí está el segundo caso, siendo
coherentes con el discurso de Podemos, el caso Espinar es el caso claramente de
un especulador inmobiliario que compra una casa de protección oficial y luego
la vende consiguiendo un beneficio que sólo revierte individualmente en él. Por
todo ello, y siendo coherente de nuevo, Ramón Espinar pertenece a eso que se
llama Casta: los que aprovechándose de la situación social concreta logran
privilegios de la misma.
Así, por todo esto los militantes de Podemos,
es decir y en la propia terminología podemita el Pueblo, debería exigir
responsabilidades absolutas a Ramón Espinar y, como mínimo, exigirle
inmediatamente su dimisión de cualquier cargo político pues moralmente ha hecho
una acción inaceptable. Y esto hubiera sido así de ser Ramón Espinar de
cualquier otro partido, pero no lo es porque
Ramón Espinar precisamente es de Podemos. Y esta es la segunda parte.
Efectivamente, en el discurso de Podemos,
como ya hemos visto, la pertenencia al Pueblo no es por una característica
socioeconómica determinada sino que es una forma de ser característica y
esencial. Por lo tanto, quien pertenece al Pueblo por esencia, lo inmutable que
subyace al cambio –nota: a veces se me nota que soy de Filosofía- nunca puede
obrar de forma inmoral y siempre habrá que tener una explicación para dicho
comportamiento que exima de responsabilidad al afectado. Esto, ya paso con
Echenique y vuelve a pasar con Espinar y va a pasar cada vez que se descubra
algún hecho relacionado con un miembro de Podemos. El Pueblo, entendido en un
carácter esencial como el conjunto de personas con una forma de ser concreta,
no puede cambiar su esencia y por lo tanto cualquier relación con un acto que
podríamos considerar como muestra de la esencia inmoral en la Casta, es aquí algo
accidental. De hecho, si se saca esta pequeña anécdota para los militantes de Podemos,
la culpa será sin duda alguna de la propia Casta que pretende acabar con la
grandeza del Pueblo: una campaña mediática de los poderosos.
Concluyamos. Desde un punto de vista
objetivo lo que hizo Ramón Espinar no fue más que aprovecharse de una ley y
especular, pues este es el término, con una vivienda de protección oficial, tal
y como le permitía la propia legislación vigente. Desde un punto de vista
objetivo, este problema nos debería habernos llevado a plantear cómo es posible
que la ley permita a gente con una vivienda de protección oficial, que hemos
pagado entre todos, que pueda llegar a lucrarse obteniendo una plusvalía al
venderla. Por extensión, y de nuevo objetivamente, este problema nos debería
habernos llevado a plantear que las ayudas sociales no pueden ser algo que
acabe generando propiamente desigualdad y que acabe permitiendo a un grupo
determinado de ciudadanos vivir por encima del resto sino algo que contribuya
al progreso general.
Sin embargo, y aquí viene el
auténtico problema, desde el punto de vista de la idea populista que está
detrás de Podemos, si cualquier otro hubiera hecho lo que ha hecho Ramón
Espinar sería un maldito especulador neoliberal, y merecería el fuego eterno
del infierno –porque aunque no lo sepan, los de Podemos no han pasado nunca del
estadio mítico del propio discurso cristiano-. Sin embargo, como lo ha hecho
alguien que es del Pueblo, y además un líder, y como el Pueblo esencialmente
tiene una bondad moral por su propia forma de ser, lo que ha hecho Ramón
Espinar no es sino lo que todos los del Pueblo hubiéramos hecho y, por esa
falacia ad populum –lo sé, me estoy viniendo arriba-, se convierte en algo
moralmente aceptable. Por eso, los militantes de Podemos están en su propia
coherencia, aunque ésta sea ridícula. Efectivamente el populismo de Podemos
tiene una coherencia propia que le permite eximirse de la propia responsabilidad
moral que exige a la Casta: el Pueblo siempre es bueno.
La conversión del concepto “Pueblo”
de una categoría socioeconómica objetiva, como en el marxismo, a una moralista,
como en el populismo, lleva
necesariamente a la idea de rebaño. Es una vieja idea de las religiones. El
populismo, que no es ajeno a las categorías religiosas, sigue manteniéndola. El
Pueblo entendido como un concepto esencial, y no como una entidad de
características socioeconómicas concretas, resulta el protagonista bondadoso de
la película –sí, también en el bobalicón derecho a decidir- mientras que la Casta,
entendida a su vez como gente con una forma de vida concreta moralmente mala,
resulta el malo. Todo lo que hagan los buenos será permanentemente ensalzado y
todo lo que hagan los malos será permanentemente criticado.
El balido del rebaño es la consigna del nuevo populismo.
4 comentarios:
“lo que todos los del Pueblo hubiéramos hecho...”.
Entre los mitos que los pijos se han creado de la casta trabajadora esta la propensión per se, de estos, a la delincuencia, la inmoralidad, los vicios... Lo veo repetido en todos los planteamientos politico-sociológico de esta aristocracia republicana, cuando hablan de trabajo “para que los obreros no tengan que convertirse en delincuentes”; cuando hablan de droga “la heroina se extendió entre los jóvenes trabajadores aprovechándose de su frustración de clase”; cuando hablan de prostitución “se prostituyen para dar de comer a sus hijos”...
“esa falacia ad populum”.
Eso es, como Ud lo dice en su comentario, Don Enrique, una falacia que por repetirla mil veces se ha convertido en verdad. En la última charla radiofónica sobre la LOMCE que tiene Ud. colgada en su blog, dice que una de las ventajas de la educación privada es que al ser los alumnos de clase pudiente, traen de serie un “capital cultural alto”. Pero Ud, no mienta el “capital moral alto” que incorporan los humildes. Puede ser que este a base de de lavado y limpieza ideológica que la LOGSE (y sus secuelas) ha realizado, durante estos años, a los alumnos y a sus padres haya conseguido que este “capital moral” haya desaparecido o haya sido sustituido por otro más laxo, mas ajustado a las premisas que los pijos tienen sobre nosotros. Mi origen es muy humilde y he tenido familiares (tios) viviendo en el poblado chabolista que había en Campamento. Mis tres primos iban todos los días a la escuela, nunca fueron drogadictos; mi tía nunca se prostituyó y mi tio nunca robó.
La catadura moral del Sr. Espinar es tan precaria como la de los demás lideres de PODEMOS incluida la Sr. Carmena. Pero no se queda ahí la cosa, sino que es tan precaria, también, como la de sus seguidores. Que los defienden y justifican como hoolligans, más alla de la razón. Ese es el verdadero problema de España y su corrupción crónica. No son los políticos los que tienen que cambiar, somos nosotros los que tenemos que hacer que cambien. Mientras que cerremos los ojos a la corrupción de los nuestros y nos escandalicemos sólo con la del contrario, los póliticos se sabrán impunes. Prácticamente nadie de mis conocidos de izquierda conoce ningún caso, que no sean los ERES, de corrupción del PSOE, IU, PODEMOS, ERC, BILDU... Y si lo conocieran lo justifican con la “falacia ad populum” que Ud. comenta.
La primera vez que fui consciente de la anestesia ética de la izquierda fue con la dramática biografía inventada de Rigoberta Menchú, que todavía sigue conferenciando. Después el similar caso de Enric Marco exPresidente de la Amicale de Mauthausen del que extraje del foro anarcosindicalista de ‘A las Barricadas” para guardarmelo, los comentarios solidarizandose y justificando las falacias del exsecretario general de CNT que nunca estuvo internado en el campo de exterminio y por contra fue voluntario a una fabrica de armas alemana.
Llego a la conclusión de que los españoles seguimos siendo “la reserva espiritual de occidente” a los que nos sigue moviendo más la fe que la razón. Fíjese que de quienes pudiera calificarse como más alejados de religiones y partidimos, que son los anarquistas, tienen en el himno de CNT:
“El bien más preciado es la libertad
hay que defenderla con fe y valor,”
No dice “hay que defenderla con razón y valor” que sería lo propio. Sabemos que la fe y la razón son incompatibles, así que no tenemos arreglo.
Un Oyente de Federico
Creo que la frase final resume claramente la situación...nada nuevo en la política...
Se cambia el formato, pero el fondo sigue igual. Todos son en la práctica castas entendiéndolas como las de biología, en este caso grupos sociales rígidos en los que se procura que no haya permeabilidad y que llevan a una estratificación (los unos porque no quieren aceptar nuevos "socios" eso implica compartir, y los otros porque desearían ni tener sombra para no parecerse en nada)...y luego, como bien indica el caso de Ciudadanos, el ingenuo, el no puedo, pero quiero y me creo que me van a a dejar...y claro ejemplo el que pone de "me voy a la concertada que es más guay y de más nivel para alejarme de la chusma..."
El caso, para mi,es que con independencia de quien sea el sujeto de la acción (culpables todos) a lo que hay que llegar es a evitar que esas circunstancias puedan producirse. Y eso es lo que parece que ninguno está dispuesto a abordar, porque bien saben que todos están más o menos expuesto a que les "ocurra" y no quieren pillarse los dedos...protección mutua, curioso, en eso sí están todos de acuerdo.
D. Oyente, me alegro de volver a verle por aquí, le echaba de menos...
Creo que hay de todo en todas partes, y por tanto que ese "capital moral alto" del que habla como aportación de los "humildes" tampoco es patrimonio exclusivo, y tampoco presente en todos. Había aspiraciones,sí, y quizás eso es lo que se ha perdido...estabamos tan alejados de la "casta superior" que algunos nos esforzabamos y aspirábamos a mejorar...pero no estaba exento de dificultades...
Mire que la ubicación que indica me pilla muy cerca...y yo sí he vivido a mi alrededor situaciones difíciles, era otra época...Por otra parte,aquí me voy a atrever, desde cierto desconocimiento, a matizar algunas de sus afirmaciones. Cuando habla de Campamento no se si se refiere a unas casitas bajas que había...son las que yo recuerdo, pero no son las chabolas que nos vienen a la cabeza...le pongo algunas fotos de la zona, solo por recordar viejos tiempos...del metro de Campamento
https://c1.staticflickr.com/6/5175/5389915120_76fbef2a5b.jpg
https://farm6.staticflickr.com/5256/5389915154_c4205f0edc_b.jpg
Y en esta otra el mi camino hacia el cole...(esto no es Campamento, lo se, pero es cerca) y no se si aprecia la casita de la izquierda en la foto, pero las que yo recuerdo en Campamento eran algo así (algo peores en cierto)
https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/564x/b8/92/81/b892814aec65284c268277506fc25b7e.jpg
El contexto social ha cambiado mucho, y eso se manifiesta en los ciudadanos y lo que creen que quieren/deben conseguir/exigir, pero no se dan cuenta de que en el fondo todo sigue igual (incluso peor porque lo ganado en todos estos años parece desmoronarse bastante rápido) y que los posicionamientos se mantienen.
Muchas gracias Doña Loli Loligo. es agradable saber que se le echa a uno de menos.
Aunque no me manifieste, todos los días por la mañana durante algún monento de descanso en el trabajo o por la noche, entro a ver que deberes nos ha puesto Don Enrique y muy especialmente los comentarios de sus visitas que, como en su caso, suelen ser muy interesantes y enriquecedoras.
Visito este blog y me desespero cuando veo esa pizarra con dibujitos del Sr Mesa que puso el día 26, y que soy incapaz de comprender lo que Ud. dedujo tan facilmente.
Si no hago comentario, suele ser principalmente porque no se nada sobre el asunto que se trata y últimamente por no encontrar tiempo para escribir algo con un poco de coherencia, pues no destaco por mi agilidad mental y soy lento de ideas y deficiente en ortografía. Por eso les admiro a Uds. que día tras día son capaces de presentar textos perfectamente redactados, lleno de contenido y además entiendo que desempeñando sus trabajos y obligaciones con la dedicación requerida.
El nucleo chabolista de mis tíos en Campamento si pudiera ser como esa casa que Ud. señala. Era muy pequeño y no estoy muy seguro de mis recuerdos. Algo similar a las de la Cañada Real, en terrenos sin aceras siempre embarrados, no tan precarias como las de los gitanos rumanos, pero algo así con tejados de uralita y cortinas en vez de puertas. Este fin de semana a ver si mi madre, que tiene muy buena memoria, me da más información.
El alto contenido moral en los comportamientos de mis vecinos era el común de la época hasta lo 90's, diría yo. Supongo que era porque todavía quedaban reminiscencias de la cultura rural que casi todos, emigrados de los pueblos en los 60, traían. Venían de sociedades pequeñas en las que nada de lo que haces pasa inadvertido y cualquier acto deshonesto, falta de honradez o decencia, marcaba un apellido por varias generaciones. Aunque en la ciudad todo eso se diluía entre la multitud, todavía era el patrón que condicionaba sus vidas.
Ese comportamiento marcaba también su idea de lo que debía ser la educación. Querían que sus hijos fueran mejor que ellos, muchos analfabetos, que prosperara, que fueran como lo que ellos creían que eran los ricos y que hicieran lo que ellos creían que habían hecho para serlo.
Creían que los ricos lo eran porque tenían mucha cultura y conocimiento, por lo que no escatimaban esfuerzos ni sacrificios para que sus hijos lo supieran todo. No se percataron de que los ricos no lo eran por los conocimientos que tenían sino por las artimañas con que los utilizaban.
La generación siguiente, mas espabilados e impregnados por los rescoldos de Mayo del 68, se esforzaron más en que sus hijos aprendieran a ser más sinverguenzas y menos ilustrados. Y ahí tenemos los resultados: Un chaval de familia rica, que compra un piso de Protección Oficial, paga por el 146.224€ y a los 6 meses de escriturarlo lo anuncia en Segundamano (tengo copia del anuncio) por 186.000€ “no negociables”. Su intención era ganar 40.000€.
Acabo de enterarme que ha ganado Ramón Espinar, el candidato del dueño del partido, en las primarias por Madrid. Osea, que es el dirigente en Madrid del partido de las almas puras. Los hipsters krausistas, sublimes e inmaculados de Madrid le han elegido a el como lider.
Si estuviera Leire Pajín de cuerpo presente volvería a decir aquello de “la conjunción planetaria a ambos lados del Atlántico”, Trump allí y Espinar aquí para un nuevo orden mundial.
Buen fin de semana.
Un Oyente de Federico
uysss...D. Oyente, siento no haber leído antes su escrito...yo tampoco tengo tanto tiempo como quisiera.
No me siento yo con todas esas características que me atribuye...al igual que Ud. visito la página para ampliar mi mente, y D. Oyente, no se subestime, sus comentarios son muy valiosos, desde luego para mi, cualquier aportación es siempre útil.
El que nos tiene que sufrir es D. Enrique, que muy probablemente se desespere ante mis elucbraciones, pero ese es el precio que tiene que pagar al querer transmitir su sabiduría...
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