lunes, septiembre 02, 2019

CLASE TRABAJADORA, CLASE MEDIA Y DISCURSO DE IZQUIERDAS/1: DEFINICIONES

¿Usted es clase media o clase trabajadora?

La gente, y yo soy gente, solemos utilizar los términos sin pararnos a pensar en su definición exacta. Así, utilizamos los términos clase media y clase trabajadora como expresiones excluyentes. Además, vemos como en el discurso político la expresión clase trabajadora va desapareciendo y sonando a antiguo,  situando una  primacía política, en cuanto a público de referencia, en la clase media.

Por este motivo, tal vez sea hora de señalar con precisión qué significa cada uno de estos términos y analizar con cuál debería trabajar  la izquierda si quiere formar una política progresista y emancipatoria.

En primer lugar, definamos clase trabajadora. Para ello, no  hemos encontrado mejor aproximación que la definición que da Engels en los Principios del Comunismo (1847). En este texto la define así:
El proletariado es la clase social que consigue sus medios de subsistencia exclusivamente de la venta de su trabajo, y no del rédito de algún capital; es la clase, cuyas dicha y pena, vida y muerte y toda la existencia dependen de la demanda de trabajo, es decir, de los períodos de crisis y de prosperidad de los negocios, de las fluctuaciones de una competencia desenfrenada.

Analizando esta afortunada definición vemos que serían clase trabajadora aquellos individuos que cumplen estas características.

Primera, que necesiten trabajar para vivir de manera permanente, pues no pueden recurrir a otros medios económicos, como tener rentas o propiedades, para su subsistencia a largo plazo. Por ello deberán vender diariamente su fuerza de trabajo.

Segunda,  y como consecuencia de lo anterior, que su existencia concreta y las condiciones en que se desarrolla la misma tiene que ver con la demanda del mercado de trabajo y las condiciones que este marca. Es decir, no pueden dejar de trabajar pues su vida, en las condiciones dadas, depende de la renta conseguida por un salario y dejar de recibirlo implicaría su depauperación absoluta, con lo cual están expuestos permanentemente a las fluctuaciones del mercado laboral y sus condiciones. Así, su vida, en el sentido literal, depende del mercado laboral. Y su existencia cotidiana de las condiciones de contratación de dicho mercado.

Por consiguiente, en esta definición, clase trabajadora sería todos aquellos sujetos que si dejaran de trabajar, y de percibir por tanto su salario durante un periodo prolongado de tiempo, no podrían mantener el nivel medio de renta y caerían por debajo del umbral de pobreza (que, recordemos, es el 60% de la renta media nacional).

Así pues, clase trabajadora es un concepto centrado fundamentalmente en la relación necesaria existente que se da entre la condición laboral del sujeto y la subsistencia económica. O para decirlo de otra manera: ligado fundamentalmente a la explotación diaria y necesaria en el mercado de trabajo. Cuando esta relación es de condición necesaria, el sujeto necesita trabajar para vivir, es clase trabajadora. Cuando es una relación subsidiaria, el sujeto puede elegir entre trabajar o no pues su renta está asegurada por cualquier otra forma, no estaría integrando la clase trabajadora.

Lo fundamental, en definitiva, para definirse usted como clase trabajadora  es que tiene que vender la fuerza de trabajo diariamente como una mercancía sujeta a las condiciones del mercado. La pérdida de empleo, es decir que nadie quiera la única mercancía que posee y de cuya venta depende su  subsistencia, es por ello un drama.

¿Y ahora qué es la clase media? Si la clase trabajadora se  define por su relación de dependencia con el mercado laboral, la clase media se define por su nivel de renta, sin importar de dónde salga dicha renta. Así, la mayoría de los economistas definen clase media como aquella que tiene una renta determinada que se sitúa entre el 60% y el 150% de la renta media nacional. Si la renta mediana española es de unos 14.000 euros anuales, la renta de la clase media estaría entre tener unos ingresos per cápita, es decir personales, de 8.500 a 35.500 aproximadamente.

De esta forma, y curiosamente, se pueden dar a partir de aquí bastantes paradojas como que, por ejemplo, haya clase trabajadora que sea clase media, que haya clase trabajadora que no sea clase media, por abajo o por arriba, o que haya clase media que no sea trabajadora. Es decir, que necesariamente no hay una identificación entre clase trabajadora y clase media. Pero sí puede haber coincidencias.

Por ejemplo, un asalariado que gane más de 35.500 euros al año puede ser clase trabajadora pero no clase media. Es lo primero, clase trabajadora, porque la condición de su supervivencia depende de la venta de su fuerza de trabajo y por tanto de las condiciones del mercado laboral donde debe acudir a venderlo y venderse. Sin embargo, como sobrepasa el umbral de renta, no será ya clase media.

Otro por ejemplo, sería un rentista o un propietario inmobilario, ese típico especulador que vive de los alquileres de sus propiedades, y que probablemente los haya heredado de papi y mami , podrían ser clase media pero no clase trabajadora pues su mercado de supervivencia es la especulación inmobiliaria y no lo laboral.

Un nuevo por ejemplo, sería un trabajador que podría ser clase media, por nivel de renta, y a la vez clase trabajadora, pues su supervivencia depende de su venta de su fuerza de trabajo y por ello de las condiciones establecidas en el mercado laboral, pero cobra una renta salarial suficiente para llegar a ese umbral económico.

De esta manera, la clase trabajadora y la clase media son dos categorías sociales diferentes en su propia realidad y como tales categorías sociales pueden tener intereses distintos. Y es aquí donde está la clave del problema político.

Y vamos a adelantar nuestra opinión, que argumentaremos próximamente. Los intereses de la clase trabajadora son de tradición progresista e izquierdista, en cuanto implican una intervención estatal y una regularización de la economía, la producción y el mercado laboral. Sin embargo, los intereses de la clase media se acercan al desmantelamiento del estado social y de la política fiscal pues su carácter económico basado exclusivamente en la renta, y no en el trabajo necesariamente, implica el cuidado egoísta singular de esa misma renta. Y por eso, la actual política tiende a hablar de clase media y no de clase trabajadora en el proceso de asunción, primero y auge después del nuevo Capitalismo.

Lo que vamos a defender aquí es que para la izquierda, su sujeto político debe ser la clase trabajadora y no la clase media -y por cierto tampoco deben ser los grupos de la diversidad muy diversa-. Pero, ¿por qué?

 Esto, en el próximo artículo.

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