lunes, febrero 21, 2022

MONETIZAR YOUTUBE Y EL ESPÍRITU DEL NUEVO CAPITALISMO

Pues en esto que les he contado a mis alumnos que tengo un canal de Youtube. Y que en él, tengo algunos vídeos que ya han visto más de 80.000 personas. Y que resulta que son de Filosofía. Y que estaba yo ahí, intentando vender la idea -nota: ojo a la expresión- de que la Filosofía es importante y que en Youtube aparte de idioteces hay cosas interesantes, y aquí no incluyo a mi canal. Pero bueno, estaba yo en esto, además presumiendo cual pavo real, cuando la voz se ha levantado unánime por su parte en todas las clases y en todos los niveles: Profe, monetiza el canal. 

Monetizar youtube es ganar dinero con él. Y ese es su consejo. Y sólo tienen entre 14 y 18 años, pero ya parece que sumen eso. Y lo interesante es que este no ha sido un consejo aislado o después de haber dado yo pie al mismo diciéndoles, por ejemplo, que tuviera dificultades económicas Lo interesante es que ha sido la respuesta unánime y espontánea, automática sería mejor decir, a la noticia de que tenía vídeos con muchas visitas. Es decir, que se ha producido de forma inmediata en el mecanismo estímulo-respuesta. 

No se trata aquí de ponerme ahora en plan santurrón y explicarles a ustedes, desde una supuesta superioridad moral, por qué no voy a monetizar mi canal de youtube. La respuesta, en realidad, es que ya me prostituyo vendiendo mis conocimientos cada día en eso que se llama trabajo asalariado y no lo necesito con urgencia. Lo que interesa, y es el objeto de análisis, es el hecho de que lo primero que se les haya ocurrido a niños y jóvenes haya sido sacar beneficio económico del canal. Lo que interesa es que lo primero no haya sido felicitarme o decir que qué bien porque así habrá más gente que sepa Filosofía o se extenderá la cultura. O incluso, pensar en mi fama personal como futuro influencer y youtuber -nota: ¿se dice así?-.  No, lo primero, lo primero, ha sido pensar en conseguir un beneficio económico y convertir, por tanto, mi canal de Filosofía en una mercancía, algo que, por cierto, ya sé que ya lo es independientemente a mi decisión. Por eso, de lo que se trata es de analizar la perfecta integración que tienen todos y cada uno de mis alumnos, y yo también en tanto en cuanto como ya he dicho todos los días me prostituyo en eso que ustedes llaman trabajo asalariado, en el Nuevo Capitalismo. Porque también sería falso pretender que mis alumnos lo hacen tras haber considerado otras opciones: no, es espontáneo, es asumido.

Efectivamente, resulta muy interesante la respuesta unánime en la búsqueda de convertir en un producto económico incluso aquello que se hace en el tiempo libre y por puro gusto. Y por eso, lo importante aquí, es como mis alumnos, tan alejados lógicamente en otros aspectos de la realidad económica de la vida cotidiana, sin embargo asumen implícitamente y sin necesidad ni tan siquiera de argumentarlo que debo vender mi tiempo y mi esfuerzo no sólo ya en el trabajo sino también en aquello que hago por gusto. Es decir, que aunque no sepan nada del mercado laboral o de la carestía de la vida, estén firmemente convencidos, hasta el punto de darlo como evidente, que  la vida diaria, y cada uno de sus momentos, pues mis vídeos los grabó en momentos de ocio y no son una obligación laboral, debe ser convertida en una pura mercancía para el mercado.

Existen dos maneras que controlar a los individuos en los sistemas de dominación. La primera de ellas es a través de la pura fuerza bruta y la coacción. La segundo, más sutil, es convertir en la mente lo social en algo natural y de sentido común, hasta el punto que el propio sujeto ya sea incapaz de dudar de ello. La primera de ellas es muy fácil de instaurar, pero muy difícil de mantener durante largo tiempo. La segunda, al contrario, es más difícil de lograr pero una vez instaurada resulta muy sencilla de mantener. La sociedad del Nuevo Capitalismo ha elegido, hace tiempo, la segunda vía como forma de dominación y esto implica necesariamente la creación de un nuevo sujeto con unas características determinadas. 

Y una característica fundamental de este nuevo sujeto consiste en situar la producción de beneficio económico como un hecho cotidiano y vital: la economía, entendida como producción de beneficio capitalista, no es algo ajeno sino una experiencia vital cotidiana y apetecible. Se trataría así de un reflejo en su conciencia de como el propio Nuevo Capitalismo ha convertido cada una de las vidas humanas en una producción de beneficio capitalista. Lo que se conseguiría sería que el sujeto acabe asumiendo su propia existencia como un valor de mercado y su propia vida con una producción incesante de mercancías. O diciéndolo de una forma más vulgar pero no por ello menos exacta: se trata de asumir que todo en la vida tiene un precio.

Cuando mis alumnos, de todo corazón y siendo ellos en realidad víctimas y no verdugos o cómplices conscientes, me recomiendan encarecidamente que monetice el youtube, están mostrando la cara de un siniestro éxito: el Nuevo Capitalismo gana por goleada. Lo que me están diciendo, en realidad, es que toda mi vida, incluso aquello que escapa del trabajo asalariado, es ya mercancía: que lo haga explícito y me rinda. Ellos, en realidad viven más en la realidad que yo mismo, ya viejo y que pertenezco a un mundo antiguo y periclitado. 

Cuenta Marx que John Milton, el poeta inglés autor de esa maravilla que es El paraíso perdido, realizó su obra porque le salía de sí como el gusano de seda hace seda. Y añade que era una manifestación de su naturaleza. Sin embargo, Marx continúa y termina entre cínico y triste:  Vendió más tarde su producto por cinco libras esterlinas. 

Les cuento yo que la nueva ley de educación, la LomLoe, del autoproclamado gobierno más progresista de la historia de PSOE y Unidas Podemos, hace constar en su currículo de la ESO dieciocho veces la palabra emprendimiento y ninguna, cero, la palabra filosofía.

Sin duda, más que probable, acabaré monetizando Youtube y de hecho ya hay anuncios en mis vídeos sin que lo pueda impedir ni gane yo nada con ello -nota: obsérvese de nuevo la expresión-. Cuando lo haga, habré contribuido un poco más, de lo que ya a diario contribuyo, a extender el Nuevo Capitalismo. Y cobraré mis cinco libras.


2 comentarios:

Primo Bici dijo...

Vale bastante más de cinco libras... Por fin, estoy entendiendo a Hegel. Un placer enorme haberle encontrado. Nunca es tarde.

Anónimo dijo...

Hay una gran diferencia en trabajar por gusto a trabajar por necesidad.