Cuando éramos jóvenes, siglo pasado, era el tema de cualquier debate en clase: sí o no. Pues no todo es blanco o negro.
Y ya, el aborto. Como siempre en #RadioSofía de Radio Municipal de Casares.
#EPMesaPolemistaProfundo
Y ya, el aborto. Como siempre en #RadioSofía de Radio Municipal de Casares.
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1 comentario:
El aborto moralmente puede ser admisible, como la pena de muerte. Pero éticamente es insostenible.
La ciencia reconoce desde el instante de la fecundidad que lo que se crea es un ser humano, distinto de la madre, con un ADN diferente. Al igual que filosóficamente es un proyecto de ser humano y no de otra cosa. Por tanto si se aborta ese proceso/proyecto, es un ser humano para la biología y para la filosofía lo que termina.
Desde la izquierda se mantiene la idea medievalista tomada de Aristóteles por Santo Tomás:
“La concepción del hombre acaba a los 40 días y la de la mujer a los 90, como dice Aristóteles en el Libro IX De los Animales (De Histor. Animal., H 3, 583b 2-5). S. Agustín añade todavía otros 6 días para completar el cuerpo del hombre”
Y ese dato es importante para completar la espiritualidad de ese ser ya humano:
“Esa disposición sólo se alcanza en el embrión umano hacia el final
de los 40 días, una vez que los organos principales ya están formados”
“El hombre empieza a existir hacia el día 40,
después de la fecundación”
El Senado de Nueva York aprobó el aborto hasta los 9 meses de embarazo.
Este medievalismo que potencia la progresía se debe al interés de favorecer los beneficios millonarios de la multinacional de las casquerías ginecológicas, Planned Parenthood, de Soros, con más sedes en el mundo que McDonalds y financiador de los movimientos feministas internacionales que le hacen la función de representación comercial en las naciones. Además, Planned Parenthood, trafica con los órganos de los fetos.
La Iglesia está en contra del aborto porque, como heredera del judaismo, da valor prioritario a la vida por encima de todo y un embarazo no es un grano muy inflamado, por el que la Iglesia no tendría nada que decir, sino porque la ciencia, y no la curia, afirma la naturaleza humana del feto.
Un Oyente de Federico
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