Primero,
que el problema de si los animales tienen derechos o no es un problema
filosófico que gira en torno al problema de qué es la Realidad, es un problema
metafísico, y como tal hay que abordarlo -nota: ¿han flipado, eh? Pues lo peor
es que es verdad.-.
Segundo,
que vamos a defender que los seres humanos tienen derechos inalienables por ser
seres racionales y por ello son sujetos de derecho, es decir: tienen derechos
conferidos por su propia existencia, como ya desarrollaremos. Sin embargo, los
animales efectivamente podrán tener derechos, pero no los tendrán por sí mismo,
por su propia existencia, sino dados por otros: serán objetos de derecho. Y esta
diferencia entre ser sujeto u objeto de derecho se dará, precisamente, por una
cuestión filosófica y no emotiva. No se tratará, por tanto, de ser especista, que defendamos al ser humano
como especie tal y como claman los animalistas, sino de defender la primacía de
la razón como el campo de la libertad frente al totalitarismo natural.
Y,
tercero, y como consecuencia de lo anterior, que detrás por lo tanto de las
tesis animalistas no puede haber sino un movimiento reaccionario y totalitario
al que la izquierda, si quiere seguir siendo progresista, debe atacar
necesariamente.
Empecemos.
La
primera parte de este escrito pretende contestar a la pregunta de si los
animales tienen derechos. La respuesta, que para una mejor comprensión la
haremos comparando con los seres humanos, es la siguiente: los animales tienen
derechos limitados al ser objetos de derecho frente a los seres humanos que
tienen derechos inalienables como sujetos de derecho. Ahora, se trata de
explicar la causa de esta diferencia y explicarla.
En
primer lugar, pasemos al hecho de ser objeto o sujeto de derecho. Un ser es
sujeto de derecho cuando por sí mismo y autónomamente, por ser de esa manera y
no de otra, tiene derechos inalienables propios. Algo es objeto de derecho, por el contrario,
cuando tiene derechos porque otro se los ha concedido. La diferencia
fundamental radica en que un sujeto de derecho tiene derechos por su misma
existencia y por sí mismo mientras que aquello que es objeto de derecho posee
derechos donados por un tercero y, por tanto, bajo ciertas circunstancias. Para
decirlo de forma clara: un sujeto de derecho nace con derechos y un objeto de
derecho nace sin ellos pero se le pueden conceder. Nosotros vamos a defender
aquí que cualquier ser racional, obsérvese que no ponemos persona ni homo
sapiens y en seguida veremos por qué, es un sujeto de derecho pero los
animales irracionales sólo podrán ser, y de hecho hay una obligación moral en
ello que luego explicaremos, objetos de derecho. Por tanto, las personas en
cuanto seres racionales, y no como especie animal, tendrán derechos
inalienables pero los animales, o por ejemplo la propiedad, no.
Pero
muy bien, dirán ustedes ¿Y esto por qué es así? Es decir, ¿por qué lo seres
humanos tienen derechos inalienables y los animales no? Este es el auténtico
meollo del problema y su clave.
¿Por
qué los seres humanos tienen derechos y los animales no? La diferencia se
fundamenta en la radical ruptura entre racionalidad y naturaleza.
Los
animales –nota: a partir de ahora y para facilitar el texto cuando hablemos de
animales excluimos al ser humano- pertenecen únicamente a la naturaleza. Por
supuesto, el ser humano en cuanto animal también. Es decir, el ser humano como
especie biológica, como homo sapiens,
sería un ser que pertenecería a la naturaleza. Esta naturaleza es una realidad,
un reino por llamarlo de forma poético/festiva/homenajeaKant, que tiene solo
realidad fáctica. Es decir, es solo Ser, mera existencia concreta y nada sin
más. Cuando usamos el término solo Ser
no estamos pretendiendo contraponerlo a una presunta trascendencia, algo así
como que pudiera existir otro mundo espiritual y superior, sino a que la
naturaleza, el universo como tal, es meramente existencia sin más. Por eso, no
se le puede aplicar un lenguaje más allá de lo fáctico, de lo concreto. Los
seres naturales, por tanto y en cuanto seres naturales, no tiene ni proyecto de
vida ni derechos ni deberes ni pueden ser juzgados moralmente, pues su
existencia es solo existencia fáctica. Son y sólo son tal y como son.
Y
aquí viene la diferencia con el ser humano pero no como ser natural sino
racional. La racionalidad va más allá del Ser y tiene Deber Ser. Pero, ¿qué
significa esto? Empecemos definiendo.
Por
“Ser” entendemos las cosas tal y como son, lo concreto, fáctico y actual que se
da como existente. Pongamos un ejemplo. Por Ser, los embriones del tiburón toro se devoran entre sí
siendo el ganador el más fuerte. Por ser, en la naturaleza rige el principio de
selección natural. Y por ser, todo esto ni está bien ni está mal pues es así y
punto. El Ser es y nada más que es como es.
Pero
Deber Ser, es otra cosa. Por deber ser se entiende algo que va más alIá de lo
existente en un doble sentido: de realidad y de moral. De realidad, en cuanto a
que deber ser se iguala con podría ser y es la capacidad de pensar y hacer lo
real de otra forma distinta a como existe de hecho en la actualidad. De moral,
en cuanto a que es la capacidad de plantearse que lo que hay no debería ser
sino que debería, y no sólo podría como en el anterior, ser otra cosa distinta.
Ejemplificamos para explicarnos mejor.
Yo
podría decir, en el primer sentido de deber ser como podría ser de otra manera,
que por ser, por lo que hay por naturaleza, las corrientes de agua corren por
determinados cauces. Pero alguien podría ir más allá y considerar que podrían
correr por otros: hacer cañerías y grifos. Así, el Deber ser (podría ser) se
transforma en Ser. Yo podría lamentar que los embriones de los tiburones toro
se devoren entre sí y señalar que no debería ser así sino de otra forma: así el
ser se ve juzgado moralmente por el deber ser. De esta manera, hay un mundo del
Ser (el natural, el universo) y un mundo del Deber Ser, el mundo racional, que
no son el mismo y que ambos pueden crear Realidad.
Los
animales pertenecen exclusivamente por sí mismos al mundo del ser. El ser
humano en cuanto homo sapiens,
especie biológica, pertenece igualmente al mundo del Ser pero en tanto ser
racional pertenece al mundo del Deber Ser. Y ahora surgen nuevas preguntas.
¿De
dónde sale ese mundo del Deber Ser?
¿Qué
tiene que ver con el tema de los derechos?
¿Me
pagarán bien por este artículo?
Eso
lo contestaremos en el próximo escrito de esta serie.
Y sí, ya les noto a
ustedes expectantes.