Se había abierto
una polémica, muy interesante por su contenido y muy importante que se aclarara
realmente, sobre el interés, o no, del gobierno en recortar la libertad de
expresión. Citamos palabras textuales: se trataba de perseguir la desafección a instituciones del gobierno. Se
trataba en definitiva de comprobar si este gobierno no sólo no iba a derogar la
ley mordaza, que la derecha creó y usó para coartar nuestras libertades, sino si
además la iba a ampliar aún más. Era un
debate crucial. Porque la ley mordaza, que había y que se piensa ampliar, no es
para ahora, sino para precarizar
aún más nuestros derechos cuando se acabe la epidemia y empiece la normalidad.
El debate
estaba ahí. Y no era un debate de la derecha, no se engañen porque estaba encantada
con la supresión de la libertad como demostró durante su gobierno, sino de la
izquierda frente al gobierno. Y había que decidirse en estar a favor de la
libertad –nota: se lo aclaro, de la izquierda auténtica- o en contra. Así que, decidió el gobierno que había
que volver a cortarle el rabo al perro.
Hoy salía la
noticia de que los niños podían salir a pasear. Se había anunciado y de pronto
salía, sin esperar a nada. Curiosidad uno.
Y al principio se limitaba la condición de
dichos paseos a ciertos lugares. Todo era absurdo ¿Alguien podía creer la
noticia? ¿Al supermercado? Curiosidad dos.
Y ya luego, al
cabo de cuatro horas, apenas cuatro horas, el gobierno rectificaba sobre el
tema. Curiosidad tres.
Imaginen que
le cortan el rabo a un perro. La que se arma. Este gobierno no sería de la
autoproclamada izquierda ¡Qué especismo miserable! Así que Alcibíades le cortó
la cola al perro y el gobierno rectifica sobre los pobres niños. Ya se sabe que
perros y niños siempre han ido muy juntos en las representaciones de ficción.
Se preparan
tiempos duros. El ajuste de la oligarquía occidental que nosotros hemos llamado
Proceso
de Precarización va a dar una vuelta más. El gobierno español, y por
supuesto la derecha encantada con ello, pone su granito de arena en censurar la
libertad de expresión. Se trata de extender la ley mordaza. Mientras tanto, discutamos si los niños pueden
salir a pasear o no. Mañana, el telediario volverá a empezar con un montón de
niños repelentes, y de clase alta, explicándonos algo muy tierno sin
comprender, y es que son niños, a qué mundo se acercan después de tanta
mutilación. De la suya y de la del pobre perro, siempre tan presente en toda la
historia de la humanidad.
2 comentarios:
Un análisis perfecto, y la predicción sobre el Telediario, cumplida.
Una de las cosas que Ud explica en su video del capítulo 3 del marxismo “La Ideología”, es la creación de la “Falsa conciencia” para que en situación de precaridad social, la ignoráramos creyendo que todo va bien desactivando la necesaria revolución.
Pero como resulta que, desde los 50s, los trabajadores han ido viviendo cada vez mejor. Para prosperar han podido prescindir no sólo de Dios, sino también del Partido y ya no necesitan ninguna revolución ¿Para qué han quedado los partidos marxistas? ¿Que utilidad tienen?
Lo que hace la izquierda actual para sobrevivir , es de manual de estrategias de manipulación: crear problemas para después ofrecer soluciones. Si no hay una situación de precaridad, puedes convencer a los trabajadores de que si la hay, creando una “Falsa conciencia” que les haga pensar que todo va mal. O bien, como la actualidad evidencia, creas desde el Gobierno el estado de precaridad, incluyendo hasta la “cartilla de racionamiento” a la cubana o como en la posguerra, que es lo que es el “salario social”, y ya nuestro futuro volvería a estar, otra vez, en manos de Dios o del Partido. Dependeríamos de su bondad o su ira.
Durante el régimen de Zapatero hubo 4.910.000 parados, que se generaron ante la pasividad e inacción de los sindicatos de clase. Y un desastre así, desconocido para cualquiera de los países democrático europeos que también sufrieron la crisis, con su lógicamente tremenda repercusión, no mereció ni una crítica de la izquierda, incluso lo taparon ¿Por qué? Es obvio favoreció sus posibilidades de medrar. La izquierda sólo se reproduce en un ecosistema de precaridad social. Si no lo hay lo crea, y si no te convence de que lo hay. La precaridad es mucho más necesaria para la izquierda que para la derecha.
Ahora, la absurda gestión de la pandemia por el gobierno, pudiera ser no tan absurda y el orweliano control social de las libertades ciudadanas evidencie un intencionado proyecto totalitario de la ultraizquierda que gobierna.
Un Oyente de Federico
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