Como todos los grandes filósofos de nuestra época están opinando del coronavirus y diciendo bobadas, no podía yo faltar a esta cita para hacer lo mismo que las mayores cabezas pensantes.
La Razón
Instrumental es un concepto surgido dentro de la Escuela de Frankfurt, un grupo
de pensadores marxistas –nota: pues sí, marxistas y que además lo mejor que
tienen es precisamente ese marxismo- de la segunda mitad del siglo XX.
La Razón
Instrumental consistiría, en resumen resumido, en identificar lo bueno y lo
verdadero con aquello que genera beneficio económico capitalista y, por
tanto, resulta útil. Además, para la
Escuela de Frankfurt este criterio no pertenecería solamente a las acciones concretas
de la propia oligarquía dirigente, sino
que es estructural y permea todo el proceso social creando una nueva forma de ideología:
pensar así es “lo normal”.
Pongamos
un ejemplo de la vida cotidiana.
Como
profesor que da clase en 2º de Bachillerato, que es el último curso de lo que
se denomina enseñanza secundaria, todos los años veo cómo la primera preguntan
que se plantean los alumnos al elegir sus estudios posteriores es si les van a
permitir conseguir un buen empleo. Así, la elección del estudio se establece de
acuerdo a un criterio de utilidad y pragmatismo: ¿cuánto voy a ganar? Aunque en realidad sea, ¿cuánto va a ganar el
Capitalismo de mí? Es Razón Instrumental.
Lo
interesante de este criterio es que, en realidad, no lo controla el propio
sujeto sino que lo determina la estructura capitalista. El alumno no es quien decide
qué estudios le darán un buen empleo, sino que eso sólo depende del propio
sistema productivo, usando al alumno como mercancía. De esta forma, la Razón
Instrumental es la consagración de la razón que aplicamos a los objetos pero
ahora dominando sobre la vida humana. Y, por eso, concluye la Escuela de
Frankfurt, la Razón Instrumental esclaviza a los hombres.
¿Y
todo este rollo para qué?, se preguntarán. Pues otra vez, por la epidemia de
coronavirus. Y la pregunta es ver si esta Razón Instrumental ha estado presente
aquí. O diciéndolo de modo filosófico: analizar si la Razón Instrumental ha
sido la respuesta formalizada a la propia pandemia –nota: a veces me gusto-.
Para
la Razón Instrumental, la vida humana como hecho objetivo y fáctico no existe
sino solo como una mercancía. Es decir, la Razón Instrumental defiende que la
vida humana como tal sólo posee valor en cuanto genera beneficio capitalista en
la producción y el consumo. Por ello, la
respuesta a todo se basará en ese proceso: beneficio-coste. Y lo importante,
por tanto, será ver si este criterio ha dirigido la actuación durante la
pandemia.
En
primer lugar, destaca la nula previsión de los gobiernos mundiales, comparada por
ejemplo con la gripe A de 2007-2009, incluido el español. Y esto habría, sin duda, que relacionarlo
con la crisis económica posterior y la pérdida subsiguiente del valor mercantil
de la vida humana. Cuando hay crisis, afecta a todas las mercancías. Y la vida
humana está a menos precio que hace 13 años.
En
segundo lugar, el interesante debate sobre el confinamiento o no. La verdadera causa
de la disputa no ha estado en la creación de un nuevo estado policial y
represivo, como se ha pretendido presentar, sino en el PIB. Y así, tanto en países como
Suecia, EEUU o Brasil, que han decidido no confinar a sus ciudadanos, como en los
que sí, entre ellos afortunadamente España, la discusión real no fue por la
salud sino por las consecuencias económicas que podía acarrear. Y de ahí que
todo empezara tan tarde. Pero resaltemos, y será importante, que no es
exactamente lo mismo lo hecho en unos países y otros.
En
tercer lugar, la Razón Instrumental vuelve a brillar en el proceso actual de desescalada
–nota: qué palabra tan fea-. Efectivamente, todo el proceso está regido por la
necesidad económica, aunque de nuevo de forma aún más descarada por parte de la
derecha. Así, la idea general, no hay más que ver las declaraciones de la
Comunidad de Madrid a este respecto, es que la producción económica prime sobre
la vida humana.
Y, en
cuarto lugar, lo más grave será en el proceso final: la nueva normalidad. Como ya hemos señalado en nuestra serie anterior
(Epidemia y Capitalismo: uno, dos y tres), la nueva normalidad va camino de ser un nuevo triunfo
de la Razón Instrumental. Si ya la crisis económica se solventó con una mayor
preponderancia de la Razón Instrumental, y por eso esta epidemia ha sido peor,
sólo cabe esperar una nueva normalidad
aún más capitalista.
Pero…
El pero es algo muy importante en la
Filosofía: diríamos que es su energía vital. Sin pero no hay pensamiento crítico. Por eso, sin pero no hay filosofía ni filósofo.
El pero a veces surge porque algo muy
concreto y aparentemente bueno tiene que ser matizado a través de un pero abstracto. Por ejemplo, cuando Kant explica que no es bueno moralmente
el tendero que no estafa en el peso porque podría perder clientela, pues si la
ganara entonces estafaría. Esos pero
son sin duda los más importantes.
Pero,
el pero a veces surge porque un
razonamiento abstracto y aparentemente bien articulado tiene que ser matizado a
través de un pero concreto: algo más
modesto. Por ejemplo, hablando de la Razón Instrumental y el coronavirus. Hemos
citado aquí cierta diferencia entre unos gobiernos y otros. Y ese pero es importante. Porque a nivel
estructural, la Razón Instrumental está en realidad en todos los gobierno pero
- el pero que ya está aquí- no debemos olvidar que el lema de un gobierno
de derechas hubiera sido el famoso que se jodan, como ya lo fue en la crisis.
¿Y
por qué hay esta diferencia? No es porque la izquierda vaya a actuar más allá
del Capitalismo, no podría además, y ni tan siquiera lo vaya a hacer de una
forma socialdemócrata, que sólo podría hacerlo si como ya hemos señalado Europa
fuera un país. Sino porque, en el mercado electoral, y por eso la democracia es
tan importante y hay que defenderla, necesita separarse de la derecha. Y lo
hará defendiendo otra política que como resultado, tal vez incluso indirecto,
beneficiará mucho más a la población. Hasta en eso hay Razón Instrumental. Y
por eso, hay que apoyar ahora a las políticas de izquierdas.
En
el siglo XVIII hubo el mayor movimiento intelectual de toda la historia de la
humanidad: la Ilustración. Es, sin duda, veraz que en ella germinó la Razón
Instrumental, pero es sin duda aún más cierto que sin ella es imposible
superarla. Y eso también lo sabía la Escuela de Frankfurt.
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